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3. TRAICIÓN

Anthony se había quedado intrigado después de la repentina ida al pueblo de Rolan
-¿Por qué habrá ido al pueblo?-volvió a preguntar Anthony
-No lo sé… quizá querrá comprar algo para el bebé, le habrá hecho ilusión-comentó clara tocándose con cariño la barriga
-no sé Clara… no me da buena espina-
-Oh Anthony no empieces, llevamos con Rolan mucho tiempo, no hay nada de lo que temer—dijo con una sonrisa intentando calmarle.
-No sé… voy a ir-dijo levantándose de golpe
-¡Anthony!-dijo Clara indignada- estará haciendo cosas suyas-
-será sólo un momento en un abrir y cerrar de ojos-
-Nada de magia-Dijo Clara levantándose- Nada de magia Anthony-
-No pensaba usarla, iré corriendo-salió corriendo por la puerta dejando a Clara un poco mosqueada.
Rolan caminaba cabizbajo, seguido de una multitud. Iban recogiendo piedras por el camino, habían decidido que la hoguera era una pérdida de tiempo, la mejor solución sería la sepultura.
Anthony llegó al pueblo y lo encontró extrañamente vacío, fue corriendo a la calle del mercado y sólo estaban abiertos dos o tres puestos y no había casi nadie comprando.
-¿Qué pasa aquí?-Preguntó a un tendero
-Se han ido todos, van a sepultar a unos brujos- comentó mirándole fijamente –Tú no eres…-
-tengo que irme- la cabeza de Anthony pensaba a toda velocidad lo primero que pensó fue en Traición. Rolan los había traicionado a él y a Clara…¡Clara! La había dejado sola en la casa tenía que darse prisa.

-¡Sal bruja!- dijo un aldeano en la puerta de la casa
Varios aldeanos empezaron a tirar piedras a la casa
Clara soltó el osito de trapo que estaba cosiendo para su bebé y se asomó por la ventana aterrada
-Sal y enfréntate a tu destino-dijo el que llevaba la voz cantante del grupo
-Tendrás que entrar tú y sacarla-le dijo el cabecilla a Rolan.
Rolan se tragó sus escrúpulos y entró en su casa en busca de Clara. La encontró sentada en una silla abrazada al inacabado osito de trapo. Cuando Rolan entró le miró con lágrimas en los ojos y una sonrisa amarga.
-¿Cuánto te han pagado?-preguntó limpiándose una lágrima- ¿20 monedas?
-Clara… es mi deber- dijo Rolan soltando la soga que llevaba en la mano en el suelo- No me han pagado nada-
-¿Dónde está Anthony?-preguntó nerviosa
-¿Anthony?-dudó Rolan… no estaba con ella, había desaparecido, la había abandonado –Anthony te ha abandonado-
-¡Imposible!- dijo comenzando a llorar sin control –él nunca haría eso-
-¿Lo ves aquí ahora?- dijo señalando la habitación-Te ha abandonado… Clara… sabes que te quiero, y lo mejor es que te entregues, no quiero hacerte daño-
-¿No quieres hacerme daño?-gritó histérica-¡Vas a entregarme ante unos pueblerinos con ansias de matar brujas!-
-Es por tu bien… ¿A caso te parece bien usar los poderes del diablo?¿Ser una cierva suya?-
Clara no contestó, cuando ella había descubierto lo que era también se sintió así, pensaba que se estaba revelando contra dios. Y ahora sus más fanáticos querían matarla por ir en contra de su ley. Agachando la cabeza y aceptando su destino, Clara extendió las manos y Rolan se las amarró con la soga.

Anthony corría todo lo que podía intentaba no caerse con las piedras por el camino y de repente se acordó de que no necesitaba correr. Pensó en la cabaña de madera, en la casa de Rolan, en la que le estaría esperando Clara. Pero para su sorpresa seguía en el camino, no funcionaba, lo intentó otra vez, pero nada, no dio resultado. Algo estaba pasando.

Clara salió de la casa escoltada por Rolan, la soga le picaba en las muñecas y estaba muy apretada. Miraba hacia abajo, no quería mirar a la cara a ninguno de los campesinos que estaba allí, esperando para ver su muerte.
-¡Bruja!-gritó una aldeana que tenía a su bebé en brazos
-Vas a morir- le dijo el Alcalde levantándole la cabeza
Clara aprovechó y le dio una patada en la entre pierna, aprovechó el momento para salir corriendo, pero no pudo dar 5 pasos cuando la tiraron al suelo.
-¿Dónde crees que vas bruja?-dijo un hombre rudo
-¿Vas a buscar tu escoba y salir volando?- preguntó una mujer de nariz halagüeña
El hombre rudo le pegó una patada en la barriga. Ocasionando que el bebé chocase contra sus órganos internos
-Mí bebé- Dijo llorando-Clemencia señor, estoy esperando un retoño-
-Con más motivo bruja-dijo el Alcalde-Ese niño es hijo de la magia, es un discípulo directo de Satán, y merece la muerte en el vientre de su madre muerta-Dos hombres la cogieron y a rastras la amarraron a un árbol. Clara los intentó paralizar pero no daba resultado.
-He puesto una hierba con propiedades para anular tus conjuros-dijo Rolan agachando la cabeza
-Hipócrita- dijo sin poder para de llorar- ¡Hipócritas todos! Ejecutando a una bruja y usando hierbas mágicas para pararla-
Depositaron un montón de piedras a una distancia prudente del árbol, las piedras que habían cogido por el camino.
Anthony tenía la sensación de que se le iban a caer las piernas de tanto correr, no había corrido tanto en su vida. Intentó varias veces más tele transportarse hasta la cabaña de Rolan, pero sin resultado.
-Quién esté libre de pecado que tire la primera piedra- dijo Clara buscando su última compasión
Nadie le hizo caso
-Hemos decidido-dijo el Alcalde- que él-señalando a Rolan- tirará la primera piedra-
Rolan le miró buscando perdón en la mirada de Clara, y lo encontró, después de todo Clara no podía guardarle rencor, aunque él fuese el desencadenante
Anthony llegó a una colina desde la que podía ver el horror que le estaban causando a Clara. Podía oír como los aldeanos la insultaban, las vejaban y la llamaban bruja. Clara estaba a punto de morir y por intuición miró hacía Anthony. Sus miradas se encontraron y Anthony se quedó paralizado. Una parte de Clara pedía que saltase desde la colina en su rescate, y otra, que saliese corriendo lo más rápido que pudiera. Anthony desvió la mirada y se dio la vuelta. Y Clara… Clara simplemente de dejó morir.
Los aldeanos desataron el cuerpo de clara del árbol, un cuerpo que ya no se parecía nada al suyo. Comprobaron que la criatura que engendraban también había muerto. Cavaron una pequeña zanja en el bosque y mal enterraron su cuerpo allí.
Rolan se encargó de sacar todas las cosas de Clara y Anthony de la casa, serio, muy serio. No había vuelto a decir nada. Pero tenía una corazonada, Anthony no estaba allí y lo estaría buscando. Decidió quemarlas, quemar todas sus ropas y pertenencias, así se purificarían. Las llevó a una cima, la cima más alta de la aldea. Creó una pequeña hoguera y poco a poco lo iba quemando todo.
-Por fin te encuentro-dijo Anthony apareciéndose detrás suyo.
-Era mi deber- comentó Rolan sin volverse.
-Llevaba nuestro hijo, maldito desgraciado-
-Correrás el mismo camino-le advirtió
-No lo creo-Le replicó Anthony.
Acto seguido Rolan se volvió rápidamente con el arco tensado para atacar, pero Anthony fue más rápido, un golpe certero con un machete en el cuello y Rolan calló sobre su propio fuego. Rolan le miró sorprendido desde las llamas, intentaba sujetarse el cuello, pero era inútil. Se desangraba como se había desangrado Clara. Rolan pidió clemencia en los ojos de Anthony, pero sólo encontró odio y un inmenso vacío. El fuego se ocupó de Rolan y al cabo de un rato no se escuchaba ya nada. Anthony decidido se acercó al borde de la cima, miro hacia abajo y se tiró.

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