“Y me dijo: Estas son las palabras fieles y verdaderas, y el Señor, Dios de los espíritus de los profetas, envió su ángel para mostrar a sus siervos las cosas que están para suceder pronto.”
(APOCALIPSIS 22,6)
Patricia corría sofocada por el inframundo. Estaba sola y asustada, perseguida por decenas de demonios. El terror se reflejaba más y más en su rostro a cada paso que daba. Consiguió esconderse por una oscura galería, dando esquinazo a sus perseguidores, y comenzó a caminar con sigilo. Se le habían agotado las pociones transportadoras, y había perdido el rastro de su familia, por lo que debía encontrar una forma de salir por sí misma. Patricia se acercaba poco a poco a una bifurcación, pero notaba que alguien la acechaba. Caminaba de espaldas cuando de repente chocó con algo...
PRUE: ¡¡¡Aaaaaaaaaaaaagh!!! (chilló aterrada)
PATRICIA: ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAGH!!! (gritó asustada casi al mismo tiempo)
PRUE: ¡¡¡Aaaaagh!!! (chilló de nuevo, esta vez sorprendida por el grito de Patricia) ¡Ey! ¡Patty, que soy yo!
PATRICIA: ... ¡¡¡Prue!!! (exclamó aliviada)
La cara de ambas dibujó una amplia sonrisa, y se abrazaron con fuerza.
PATRICIA: ¿Has visto a alguien? (preguntó inquieta mientras vigilaba por la rocosa esquina del pasillo)
PRUE: No, a menos que con ese “alguien” te refieras a hordas de demonios por doquier... (contestó decepcionada) Perdí de vista a Wyatt y a Phoebe cuando llegaron aquellos estúpidos warlock cabalgando demonios anfibio.
PATRICIA: Esto es peor de lo que me imaginaba... (se lamentaba cabizbaja)
DEMONIO: ¡Por ahí! ¡Ahí hay dos brujas Halliwell!
PATRICIA: ¡¡¡Mierda!!! (saltó sorprendida)
El demonio se acercó a ambas, exhibiendo una sonrisa de satisfacción. Estaba seguro de que la victoria estaba de su lado.
PRUE: Tranquila, yo me encargo. (respondió dando un paso al frente) Tú ponte a vigilar de que no venga ningún demonio más.
Era el primer combato de Prue desde que recuperó sus poderes. Ella, sonriente y relajada, alzó su brazo con rapidez., pero no pasó nada. Prue volvió a insistir con nerviosismo una, dos, tres veces, pero no surtió efecto.
PRUE: ¿Pero qué narices...? (se preguntó a si misma, confusa)
DEMONIO: Vaya... veo que has perdido tus poderes, zorra. (analizó casi relamiéndose)
El demonio, contento por su superioridad, preparó una bola de energía y se la lanzó a Prue, pero ella sonrió y parpadeó levemente, enviando telekinéticamente la bola hacia el incauto demonio, que explotó entre gritos de dolor.
PATRICIA: ¡Prue! ¿Qué ha sido eso? (dijo mientras corría a su posición) ¿Qué está pasando con tus poderes?
PRUE: No lo sé, no lo entiendo... Parece como si mi telekinesis hubiese mermado su fuerza desde que los ancianos me devolvieron los poderes, y sólo fuese capaz de canalizarla con los ojos. ¡Aarg, malditos ancianos! ¡Sois una pandilla de cutres! (gritó furiosa mientras miraba hacia el oscuro techo de la caverna)
PATRICIA: ¡Ale, grita más alto...!
DEMONIOS: ¡¡¡A por ellas!!!
PATRICIA&PRUE: ¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaagh!!! (gritaron asustadas mientras se disponían a huir)
Patricia y Prue corrieron lo más deprisa que pudieron por las cavernosas galerías, pero los innumerables demonios les pisaban los talones. Tras lo que les pareció casi un siglo, ambas llegaron exhaustas a una cámara que les era muy familiar.
PATRICIA: ¡Mira, la mochila de Phoebe! ¡Estamos salvadas! (anunció emocionada)
PRUE: Eh... sí, ya... Y no es lo único que nos estaba esperando aquí.
ALICE: Hola, perdedoras. Si me hubieseis dicho que vendríais habría sacado la vajilla buena...
Prue y Patricia se quedaron prácticamente boquiabiertas, sin saber qué hacer o qué decir. Durante su estado de confusión, decenas de demonios entraron en la cámara y las rodearon, portando entre sus manos afiladas armas con las que pretendían satisfacer su urgente sed de sangre.
ALICE: Alto, ellas son para mí. (les reprendió furiosa)
PRUE: ¡Alice! (saltó decepcionada)
PATRICIA: Alice, por favor. Somos tu familia... (rogó entre lágrimas)
ALICE: ¿Mi familia? ¿La misma familia que me abandonó como a un perro durante meses entre las garras de Tánatos?
PATRICIA: ¡Eso no es cierto! Nosotros no... ¡Yo nunca te abandoné!
ALICE: Mientes...
PATRICIA: Estuve buscando durante meses la forma de liberarte. Hablaba contigo cada noche a través del espejo para poder ayudarte. Tienes que recordarlo... ¡Vamos, tienes que acordarte de eso! (insistió con la mirada enrojecida)
ALICE: Yo... yo... ¡Mientes! ¡¡¡Mientes!!! (gritó iracunda)
PRUE: No sabes lo que dices. James se aprovechó de tu dolor y te ha lavado el cerebro. Sé lo que es eso, a mí también me pasó...
PATRICIA: Alice, por favor. Aun no es demasiado tarde. Aun puedes volver con tu familia y obtener la redención. Estamos muy preocupados por ti y te echamos de menos...
ALICE: (dubitativa) Pero... ¡me dejasteis de lado! No le importaba a nadie, sólo a James...
PATRICIA: ¡Pues claro que nos importabas! Nosotros te dejamos tu espacio, esperábamos que pudieses afrontar lo que te sucedió para que luego lo pudieses compartir con nosotros...
PRUE: ¿No lo ves? Si no nos importaras no volveríamos tantas veces a buscarte. James te ha manipulado, se aprovechó de ti cuando eras más vulnerable...
ALICE: ¡¡¡No!!! ¡Él me rescató! ¡Yo elegí mi camino y él me ayudó a cruzarlo!
PATRICIA: Entonces Mamá tenía razón: tú ya no eres mi hermana... (admitió desolada)
ALICE: Eso simplifica las cosas... (respondió con una sonrisa diabólica)
Alice levantó con rapidez sus brazos y lanzó hacia Patricia y Prue una ola tan fría como un glaciar. Patricia, cabizbaja, también alzó sus brazos y emitió una potente llamarada como un volcán. Ambas chocaron a mitad de camino, pero algo extraño sucedió: el choque de poder tan grande era altamente inestable, y se generó una horrible explosión que lanzó a todos por los aires.
En otro lugar del inframundo, Wyatt paseaba con sigilo sosteniendo firmemente una antorcha.
WYATT: ¡Prue! ¡Patty! ¡Phoebe! (repetía una y otra vez, controlando el volumen para que no le descubriesen)
Wyatt continuó caminando, cada vez más y más agotado. Lo que en principio iba a ser una misión de reconocimiento se había convertido en una emboscada, y llevaba ya mucho tiempo huyendo, escondiéndose y buscando al resto de su familia. Entonces, un ruido detrás suya le distrajo, y cuando quiso mirar hacia atrás para descubrir su origen, únicamente pudo divisar una larga cabellera dorada flotando grácilmente en la carrera, como si fuese a cámara lenta.
WYATT: ¿¡Patty!? ¡Patty, espera! (le instó elevando su tono de voz)
Wyatt se apresuró a perseguirla, pero al doblar la esquina, todo era diferente. Wyatt se encontraba en un laberinto, ese con el que soñaba y que tanto le perturbaba. Esta vez, las paredes eran de un tenebroso ónice pulido, y el suelo estaba cubierto de huesos humanos. El oscuro y tormentoso cielo de vez en cuando dejaba caer algún aterrador relámpago. Wyatt respiraba con dificultad, y se sentía observado. Al girar por un pasillo, descubrió de nuevo a aquella melena rubia ondeando levemente en su carrera gracias a la suave brisa.
WYATT: ¡Patty! ¡Espérame, por favor! (le rogó)
Wyatt sacó todas las fuerzas que le quedaban y corrió tras aquella figura, hasta que al girar otra esquina la encontró completamente quieta. Wyatt se acercó lentamente, con temor, hasta que quedó a pocos centímetros de su espalda. Puso su mano en el hombro, pero al girarse descubrió un putrefacto rostro que le lanzó por los aires. Al abrir los ojos, Wyatt se encontraba de nuevo en el inframundo, y una horrible Furia deseosa de matar le inmovilizaba con fuerza.
WYATT: ¡Aarg! ¡Hija de puta! (se quejó pataleando débilmente)
Wyatt se retorció, intentando orbitar o canalizando su poder a través de los ojos, pero la Furia mostraba una excepcional resistencia. Parecía ser una Reina Furia. Su rostro tatuado se acercó lentamente a Wyatt, preparando su humo para desintegrarle, pero cuando todo parecía perdido la Reina Furia aulló de dolor y desapareció entre llamas, víctima de una estocada en el corazón. Wyatt, al descubrir a su salvador, se llevó una gran sorpresa: era Nahia, sosteniendo firmemente una enorme espada a escasos centímetros de su cuello.
WYATT: ¿Vas a matarme? (preguntó intentando ocultar el temor)
NAHIA: ... Hoy no. (respondió con frialdad)
Nahia se guardó su espada y le tendió a mano a un incrédulo Wyatt.
WYATT: Por lo que veo, parece que la Hermandad de la Rosa Negra no está invitada a la fiesta... (observó jocoso)
NAHIA: Resulta que James y yo tenemos discrepancia de opiniones. Yo quiero su corona, y él... bueno, se podría decir que me quiere ver troceada en el mayor número de pedazos posible.
WYATT: ¡Ah, ya veo! Tú y tu grupito estáis desesperadas...
Nahia, ofendida por sus burlas, agarró por el cuello a Wyatt y le estampó contra la pared, mientras este sonreía.
NAHIA: ¡No me pongas a prueba, mocoso! (saltó furiosa) Si te he salvado la vida únicamente es porque, ahora mismo, tanto tú como el resto de pardillos Halliwell me sois más útiles vivos. Hay ciertas cosas que necesito que sucedan bajo mis designios, y no podré hacerlo si tengo que soportar a James cerca.
WYATT: Espera... ¿me estás diciendo que quieres que acabemos con James por ti? (preguntó sorprendido)
NAHIA: Disfrutaría más encargándome personalmente, pero a estas alturas me da igual, siempre que muera...
WYATT: Eh... vale, estás como una jodida regadera. Aun así, y sin que sirva de precedente, te agradezco que me salvaras de aquella zorra fumadora. Aunque estoy seguro de que a la larga lo lamentarás...
PHOEBE: ¡¡¡Wyaaaaaaaaatt!!! (gritó emocionada mientras huía de hordas de demonios)
Phoebe corría a toda prisa, pero uno de los demonios le atizó con una bola de energía que la lanzó por los aires hasta caer, por fortuna, en los brazos de Wyatt.
PHOEBE: Aaagh, ¡sí que escuece! (se quejó frotándose la rabadilla)
NAHIA: Yo me encargaré de ellos. (dijo a Wyatt) Largaos antes de que me arrepienta.
En el salón de la mansión Halliwell, Rachel y Bobbie veían con temor las noticias. Explosiones de violencia en las calles, asesinatos indiscriminados... Para cualquier desconocedor del tema aquel no era más que un día bastante más agitado de lo usual, pero para un brujo experimentado eso no era más que la horrible crónica de una orgía descontrolada de demonios deseosos de destruir. Justo cuando avisaban de la repentina desaparición de un niño, Wyatt y Phoebe llegaron orbitando.
RACHEL: ¡Phoebe! ¡Wyatt!
WYATT: Lo siento Rachel, pero no tengo tiempo de hablar. He de volver a por...
Antes de que pudiese acabar la frase, los destellos de una poción transportadora iluminaron el salón, y Prue y Patricia salieron disparadas hasta estamparse con la chimenea.
WYATT: ¡Prue! ¡Patty! ¿Estáis heridas? (preguntó preocupado)
PATRICIA: No... pero casi no lo contamos de milagro. (afirmó entristecida)
RACHEL: ¿Pero qué os ha pasado?
PRUE: Alice. Ella es lo que nos ha pasado. Nos la encontramos mientras huíamos, y todo lo que puedo decir es que no estaba muy comunicativa que digamos...
BOBBIE: ¿Y por qué venís cada uno por un lado?
PHOEBE: Nos comenzaron a atacar nada más bajar, y nos distanciamos mientras escapábamos.
RACHEL: ¿Entonces nuestras madres tenían razón?
PRUE: Por desgracia, eso me temo. Todas las facciones parecen haber aparcado sus diferencias y han aceptado sin reservas el liderato de James para unirse en la noble tarea de hacernos picadillo...
WYATT: Bueno, no todas. Nahia nos ayudó a Phoebe y a mí ahí abajo. Según parece, en el nuevo régimen de James no hay cabida para la Rosa Negra. Están casi tan jodidas como nosotras...
BOBBIE: Entonces, el enemigo de mi enemigo es mi amigo... (reflexionó para sí)
RACHEL: Yo no me fiaría. Recordad que ellas fueron las que liberaron a la zorra de Kendra, que por poco nos vaporiza...
PHOEBE: Así que estamos solos... Pues menuda novedad.
WYATT: Ya que hablas de soledad, ¿dónde se han metido mis hermanos? ¿Y Dag? ¿Y Jared? (preguntó confuso)
RACHEL: Avisaron desde la escuela de magia por la niña, así que Chris orbitó a Melinda hasta allí. Dag decidió acoplarse justo en el último minuto, y Jared... bueno... (se mantuvo callada, pensativa)
BOBBIE: Jared lleva encerrado en el ático toda la tarde, mirando entre todos los libros mágicos que hay y rebuscando como loco en el Libro de las Sombras (apuntó tras un incómodo silencio)
WYATT: ¿Y qué está buscando con tanta urgencia? (preguntó interesado)
BOBBIE: Esa es la cuestión, que no lo sabemos. Y tampoco pone de su parte en contárnoslo...
WYATT: ¿Pero se puede saber por qué puñetas se comporta así? No es momento para distraerse y aislarse, ¡¡¡estamos en guerra!!! (se quejó enfadado)
Nadie sabía qué responder. Es cierto que todos estaban preocupados porque el comportamiento de Jared había cambiado drásticamente desde que regresó de entre los difuntos, y ya apenas se comunicaba con nadie, pero Wyatt estaba siendo tremendamente duro. Phoebe cerró los ojos e intentó concentrarse en el ático con su empatía.
PHOEBE: ... Sus emociones se mezclan. No... no estoy segura de... ¡¡¡AAAAAAAAAGH!!! (chilló llena de dolor mientras se sostenía la cabeza)
PATRICIA: ¡¡¡Phoebeeeee!!!
Phoebe se retorcía en el suelo de dolor, y todos corrieron a su alrededor intentando socorrerla.
PHOEBE: (con la voz de Jared) ¡¡¡¿Por qué me hacéis esto?!!! ¡Estaba preparado para morir, y me habéis utilizado de marioneta! Ahora... ahora tengo que vivir pensando que en cualquier momento podría volver a desaparecer... ¡No quiero perderlas!
WYATT: ¡Phoebe, despierta!
PHOEBE: (desorientada y llena de lágrimas) Él... él... Tanto dolor... ¡Está tan triste!
PRUE: Está sufriendo. La muerte te deja una horrible huella en el corazón... (respondió frotándose los ojos)
BOBBIE: Pero se repondrá, ¿no? ¿Verdad? (preguntó preocupada)
PHOEBE: Cada vez va a peor...
PRUE: El dolor es en ocasiones indescriptible, y a veces creo que nunca llega a desaparecer del todo. Hay momentos en los que piensas en tirar la toalla y desaparecer...
PATRICIA: (sorprendida) Prue... ¿tú...?
PRUE: Algunas veces, sí. (admitió avergonzada) Y cuando descubrí que mi tiempo era limitado y que mi vida se desvanecía, una parte de mí se alegraba por ello. Pero entonces conocí a Billie. Ella se preocupó por mí cuando yo ya ni lo hacía y me ayudó a entender que aun había cosas hermosas por las que merecía vivir. Ella fue mi ancla, la que me mantuvo agarrada a la vida.
Era la primera vez que Prue se sinceraba de esta manera sobre sus sentimientos desde que regresó a la vida. Ella ya les había contado todo lo que había sufrido hasta que regresó de Hong Kong, pero nunca habló de cómo le había afectado aquello. Todos estaban sorprendidos aunque aliviados de que todo eso ya hubiera pasado, pero al mismo tiempo les preocupaba por lo que pudiese hacer Jared.
PRUE: Jared necesita a su ancla. Necesita a Melinda, quiera o no. Antes de que haga algo que todos lamentemos...
En la escuela de magia, Chris mataba el tiempo rebuscando entre los libros de la biblioteca mientras Dag intentaba cazar un hada que pululaba por allí.
BIBLIOTECARIA: No es necesario que busque, señor Halliwell. Ya sabe que puedo encargarme yo misma de buscarle el libro que precise... (dijo algo cortada y sonrojada)
CHRIS: ¡¡¡Oooogh!!! Vaya, no te he visto llegar... (admitió sorprendido) No hace falta que te molestes, no estoy buscando nada en especial. Sólo estoy matando el tiempo mientras mi hermana – alias “La bestia” – termina de echarle un buen rapapolvo a la directora.
Chris señaló con el pulgar hacia el pasillo de su espalda, de donde se oían llegar unos horribles gritos.
BIBLIOTECARIA: Oh, así que todo ese ruido... Tiene unos buenos pulmones. (apuntó entre risas)
CHRIS: Es parte del encanto Halliwell. La mala leche viene incluida con los poderes...
De repente el ruido de una enorme explosión llegó a través del pasillo, y Chris y la Bibliotecaria se pusieron a reír a carcajadas.
BIBLIOTECARIA: Esto... perdón que me entrometa, pero... hace un par de semanas que no le vemos a usted ni a su hermano por aquí, señor Halliwell. Se les echa de menos... (reconoció algo avergonzada)
CHRIS: Llámame Chris, y tutéame por favor, ¡que no soy tan mayor! (le rogó entre risas) Últimamente estamos teniendo un gran lío con el tema de James, y además está mi trabajo en el museo de historia natural de Chicago y el de Wyatt en el bufete de abogados, así que no damos abasto. Le avisamos a la directora de que hasta que no acabemos con ese bastardo no podríamos venir tan a menudo a dar clases, y parecía muy comprensiva, pero con el jaleo que está montando mi hermana...
En ese momento, Wyatt llegó orbitando hasta la biblioteca, y por su cara parecía estar de malas pulgas. Chris puso una expresión agria al verle.
WYATT: ¿Dónde está Melinda? (preguntó exigente)
CHRIS: ¿Pero a qué viene tanta prisa? Estaba en mitad de una conversación...
WYATT: ¡Los flirteos pueden esperar! Llévame hasta ella de una maldita vez... (sentenció con dureza)
CHRIS: Sí, mi amo... ¡Dag, nos vamos!
DAG: ¡Joooooo! (se quejó mientras sostenía a aquella hada de sus alitas) ¿Sabes que eres como una persona en miniatura? Me pregunto si será comestible...
El hada, ofendida ante aquella amenaza, soltó unos polvos brillantes, y Dag comenzó a estornudar como un loco. Asustado, Dag decidió soltar a aquel bichejo y correr tras Wyatt y Chris, que ya habían llegado al despacho de Fiona, la directora de la escuela de magia.
MELINDA: ¡¡¡Oye, tú!!! ¡¿Pero cómo te atreves a decirme eso?! (gritó malhumorada)
WYATT: ¡Ejem, ejem! (carraspeó enérgicamente)
FIONA: ¡Wyatt! Siempre es un placer verte. (reconoció sonriente) Como ves, ahora mismo estoy manteniendo una productiva conversación con tu hermana Melinda, pero puedes coger una galleta o servirte una taza de té si te apetece.
MELINDA: ¡¿Productiva conversación?! ¡¡Y una mierda!!
CHRIS: Melinda, que es una de las brujas más reputadas del mundo... (susurró avergonzado)
MELINDA: ¡¡Me importa un comino!! Mucho Embrujadas esto, y Halliwell lo otro... ¡pero cuando necesito mantener aquí protegida a mi hija mientras luchamos contra James bien que nos manda al carajo! (insistió decepcionada)
FIONA: Entiéndelo, Melinda. Nosotros estamos encantados de que tu preciosa hija venga a esta escuela, pero si corren las noticias de que tu bebé reside de manera permanente aquí, existe un gran riesgo de que acudan incursiones enemigas hasta el centro, y debo velar por mis alumnos y el personal a mi cargo... (aclaró apenada)
MELINDA: Oh, lo entiendo perfectamente... (contestó irónica mientras cogía a Bianca de la sillita) En fin, ya veo que no hay manera...
CHRIS: ¡Por fiiiiiiiiiiin! (dijo aliviado)
Melinda salió airada del despacho, seguida de cerca por Wyatt y un avergonzado Chris. Dag fue el último en salir, no sin antes llenarse los bolsillos de pastas y galletitas.
WYATT: Melinda...
MELINDA: Pues la casa de nuestros padres está hecha un desastre, así que parece que la niña tendrá que quedarse en casa con nosotros en estos duros tiempos...
WYATT: La protegeremos a toda costa, pero eso no es lo que más me preocupa ahora mismo.
MELINDA: ¿A qué te refieres? (preguntó nerviosa)
WYATT: Es... Jared.
En el salón de la mansión Halliwell ya sólo quedaba Rachel, que estaba limpiando en absoluto silencio. El resto de su familia había subido a las habitaciones a descansar de la dura batalla. Rachel estaba recogiendo los cristales rotos de la ventana cuando, al caer en que por fin estaba sola, se derrumbó y comenzó a llorar con fuerza. Había mantenido la entereza tantas horas por ellos, sobre todo por Henry... pero finalmente había permitido que todo ese dolor aflorase por primera vez ahora que nadie podía verla. Estaba tan concentrada en sus sentimientos que no se percató de que alguien había bajado las escaleras y entraba en el salón.
PRUE: Rachel cariño, ¿quieres que te ayude a limpiar? (se ofreció mientras se acercaba)
RACHEL: (limpiándose con rapidez las lágrimas y dedicándole una fingida sonrisa) ¡No! Puedo encargarme yo, gracias.
PRUE: Insisto. Por favor, déjame ayudarte.
Prue se agachó a su lado con cuidado y empezó a recoger los desperdicios con un pequeño cepillo. Un silencio sepulcral invadió la habitación. El dolor se palpaba en el ambiente, pero ninguna se atrevía a mediar palabra. Finalmente, Prue fue la que decidió dar el primer paso.
PRUE: Esta mañana estaba frente al lavabo, y durante unos minutos me he quedado observando cómo el agua caía del grifo. Al mirarme al espejo, he cerrado los ojos con fuerza, y por un segundo sentí que estaba de nuevo en el año 2001, que había recuperado mi vida. Pero al abrir los ojos de nuevo descubrí que esa vida había escapado a mi alcance, y sin embargo el agua seguía corriendo como si nada... A veces suceden cosas que escapan a nuestro control. Sé que has intentado mostrar una imagen impasible para no desmoronarte, pero tienes que saber que tu familia siempre estará aquí, ya sea para ayudarte o simplemente para darte nuestro apoyo. Supongo que no soy la persona más apropiada para decir esto, porque yo también acostumbro a ocultar mis sentimientos, pero en fin... Yo no puedo darte respuestas, pero quiero que sepas que estoy aquí. Siempre.
Prue apoyó su mano en el hombro de Rachel como gesto de apoyo y le dedicó una tierna sonrisa de complicidad. Rachel, tras asimilarlo, apoyó su mano sobre la de Prue, y tras unos segundos empezó a dibujar lentamente una débil sonrisa en su rostro mientras una lágrima se derramaba por su mejilla.
RACHEL: He... he ido a ver a Henry. A la comisaría, digo. (admitió titubeando) Ha sido sólo unos minutos después de que os marchaseis.
PRUE: ¿Y qué ha pasado? ¿Cómo está?
RACHEL: Están presionándole para que confiese. Estaba en la escena del crimen, con la ropa cubierta de su sangre y con sus huellas en el arma homicida. Para ellos es suficiente, creen que fue un crimen pasional... (se llevó las manos al rostro, llorando) ¡El pobre está muerto de miedo!
Prue, desolada ante aquel relato, hizo lo único que podía hacer en ese momento: abrazarla con fuerza para intentar calmarla. Rachel correspondió al abrazo y apoyó su cabeza en el hombro de Prue, llorando en silencio.
En el ático, Jared no paraba quieto. Tratado sobre la vida y la muerte, Maleficios y sus efectos, Compendio de hechizos curativos y sus aplicaciones... todos ellos inútiles para sus propósitos. Incluso el Libro de las Sombras comenzaba a ser de poca ayuda. Jared estaba harto, y cada vez más la confusión se apoderaba de él. Cruzaba la sala de una esquina a otra balbuceando y frotándose la cara con fuerza en señal de cansancio. Desesperado por no encontrar la respuesta a sus problemas, Jared decidió buscar de nuevo aquel Hechizo para desvelar enigmas ocultos que había ojeado un par de veces de pasada en el Libro de las Sombras.
JARED: Necesito una señal. Sólo una señal, ¡por favor! (rogó al cielo) Semillas de karimara, sal bendita, cola de salamandra, polvo de nácar... y sangre.
Jared, decidido, cogió el ázame con firmeza y lo aproximó a su mano, pero un segundo antes de practicar el corte descubrió algo en lo que no se había fijado hasta ahora: la cicatriz de su antebrazo que se hizo con cuatro años había desaparecido. Jared se levantó con rapidez y se dirigió al enorme espejo mientras se descamisaba, y efectivamente, la cicatriz de su operación de apendicitis tampoco estaba, al igual que el corte de su espalda fruto de aquella agresión que sufrió cuando de niño estuvo internado en el sanatorio. El desconcierto y el pánico se reflejaban en el rostro de Jared, hasta que una extraña perturbadora idea se le pasó por la cabeza. Cogió con temor el ázame sobre la mesa y la locura le invadió al comenzar a hacerse cortes en los brazos mientras lágrimas de tristeza surcaban su rostro. A continuación, se acercó al baúl en donde guardaba las reliquias de su familia, y rebuscó hasta encontrar una vieja caja de zapatos. Un sudor frío recorría su frente mientras que la caja sucumbía a los pequeños temblores que el terror le provocaba. Se sentó frente a la mesa baja y abrió la vieja caja, revelando ante él un viejo y reluciente revolver de su abuelo de la guerra de Vietnam. Introdujo con cuidado una bala y aproximó lentamente el arma hasta hacer contacto con su sien derecha...
En el pasillo del primer piso de la mansión Halliwell, Wyatt, Chris, Melinda y Dag acababan de llegar orbitando desde la escuela de magia.
WYATT: Melinda, yo...
MELINDA: No, Wyatt. (le interrumpió ofendida) Me da igual lo que diga Prue. Él ha pasado por algo horrible y es normal que esté distante hasta que lo asimile.
CHRIS: Lo siento Mel, pero tú no viste el rostro desencajado de Phoebe ni percibiste el dolor conque Prue nos detalló su historia...
MELINDA: (llorando de rabia) Estás hablando de mi marido, y el padre de mi hija. No voy a permitir que...
Antes de que Melinda pudiese acabar la frase, el intenso sonido de un disparo desgarró el silencio de la noche.
CHRIS: ¿Eso es...?
WYATT: Un disparo. En el ático.
MELINDA: ... ¡¡¡Jared!!!
Melinda, aterrada y llena de lágrimas, se dispuso a subir corriendo las escaleras hasta el ático. Llegó a la puerta, y abrumada por lo que se pudiese encontrar, se dispuso a girar con cuidado el picaporte. Abrió la puerta lentamente, y pudo observar a Jared sospechosamente inclinado sobre la mesita baja.
MELINDA: ¿Jjjjjjajajared? (tartamudeó asustada)
Al no recibir respuesta, el corazón de Melinda comenzó a latir con más intensidad que nunca. Melinda apoyó con cuidado su mano sobre la espalda de Jared.
JARED: (girándose sorprendido) ¿Melinda? No te había oído llegar...
MELINDA: ¿Qué... qué estás haciendo? (preguntó confusa)
JARED: ¡Oh, perdona! Es que encontré por casualidad en mi baúl el revolver de mi abuelo y me puse a limpiarlo, pero no me había dado cuenta de que estaba cargado y se me ha disparado solo...
MELINDA: ¿Qu...? ¿Es que te has vuelto loco? ¡¡¡Las armas son muy peligrosas!!! (le recriminó enfadada) No podemos tener ese trasto en casa con un bebé...
JARED: Yo... Tienes razón, perdóname. (reconoció avergonzado guardándolo de nuevo en la caja) Me desharé de él.
Jared miró a los furiosos ojos de Melinda y le dedicó una leve sonrisa. Entonces ella, sin que Jared lo anticipase, se abalanzó sobre él y le abrazó con fuerza.
MELINDA: ¡Me has dado un susto de muerte! No sé qué haría si te perdiese de nuevo...
JARED: Tranquila, no me iré de tu lado. Nunca... (admitió con el rostro embargado de tristeza)
Jared rodaba con cuidado un casquillo de bala por sus brazos, libres de aquellos profundos cortes que se había autoinfligido, mientras una gota de sangre se deslizaba lentamente por su mejilla desde su sien derecha.
????: Pronto... pronto...
JARED: ¿¡Donde estás?! ¿Quién eres? (preguntó asustado)
????: Poco a poco llegará... cada vez más, desde las sombras.
JARED: ¡¿Qué llegará?!
????: El tiempo se acaba...
Jared se adentró un poco más en la oscuridad, buscando el origen de los guturales susurros. Fuese el lugar que fuese, conocía ese sitio perfectamente, era aquel sitio de reunión más allá de la vida y la muerte. Pero ahora parecía mucho más sombrío y siniestro, casi aterrador. Con cuidado deslizó una viscosa y oscura pared de algo tan repugnante que ni siquiera quiso imaginar qué era, y se introdujo por un pequeño resquicio hasta llegar a una enorme sala de una oscuridad tan infinita como su tamaño. Sin embargo, a lo lejos se podía oír un ruido periódico que rasgaba el aire y un desagradable gruñido acompañado de un repiqueteo metálico. Una intensa explosión de luz repentina cegó a Jared, pero este fue capaz durante una centésima de segundo de divisar a lo lejos a una horrible criatura alada que se retorcía entre gruesas cadenas...
JARED: ¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaagh!!! (emitió en un grito sordo mientras se despertaba)
Jared observó a su alrededor inquieto y bañado en sudor, recostado en la cama. Aun era de noche, las 5:52 AM según el reloj. Melinda se había quedado dormida recostada en el butacón cercano a la cuna, con Bianca también dormida en sus brazos. Jared se acercó a ellas y las arropó con una manta para que no cogiesen frío, y entonces procedió a vestirse lo más silenciosamente posible. Una vez finalizó, besó tiernamente a su mujer y a su hija y salió de la habitación. Jared se quedó quieto en la puerta, apoyando su cabeza en ella y sin saber qué hacer.
Alrededor de las 8 AM, Melinda se despertaba. Los primeros rayos del sol iluminaban su rostro mientras su bebé pataleaba débilmente y le miraba fijamente con los ojos muy abiertos, como intentando memorizar cada centímetro de piel de su mamá, lo que hizo que a Melinda se le escapara una pequeña sonrisa. Miró hacia la cama, esperando ver a su esposo, pero únicamente pudo divisar la huella que su cuerpo dejó entre las sábanas. Desconcertada, Melinda sostuvo con cuidado a la pequeña Bianca y se dispuso a bajar las escaleras que le llevaban hasta la planta baja. La tenue luz matinal destacaba cada desconchón, cada desperfecto, cada cristal roto... haciendo que el aspecto de la mansión fuese dantesco. Melinda se aproximó en el más profundo silencio hacia la cocina, y para su sorpresa se encontró con una más que activa Prue, que estaba bebiendo café mientras anotaba en un cuaderno y releía algunas páginas del Libro de las Sombras. Al oír el débil murmullo de pisadas sobre el parquet, Prue salió instantáneamente de su estado de concentración y sonrió a Melinda mientras se quitaba sus gafas.
PRUE: Buenos días, Mel. ¿Quieres una taza de café? (preguntó mientras se dirigía a la cafetera)
MELINDA: (recostando al bebé en su sillita) Claro, es lo que necesitaba...
PRUE: Aquí tienes. (dijo pasándole la taza) Espero que no te importe que sea solo, se nos ha gastado la leche y no hemos tenido ocasión de comprar más. Ah, y está cargado. Lo siento, es que es como me gusta más, es una vieja manía...
MELINDA: Bah, tranquila. (respondió sonriente) Yo también lo prefiero así, aunque mi madre diga que parece alquitrán más que otra cosa. Por cierto, ¿has visto a Jared por algún lado?
PRUE: ¿No está durmiendo? (preguntó confusa)
MELINDA: (negando con la cabeza) No, y pensaba que estaría por aquí...
PRUE: Llevo despierta alrededor de una hora y puedo asegurarte que nadie se ha levantado antes de que tú lo hicieses. Debió irse más pronto todavía...
Melinda afirmó con la cabeza, como un acto reflejo. Agachó la cabeza un momento, mirando fijamente el vapor que emanaba de su café caliente, y entonces comenzó a llorar.
PRUE: Oh, Melinda... (dijo apenada mientras se inclinaba a abrazarla)
MELINDA: Me siento como una tonta...
PRUE: No digas eso. Tienes derecho a emocionarte (le aclaró con firmeza)
MELINDA: Durante meses me despertaba cada día con una sensación, una horrible sensación de que algo malo sucedería. Intentaba ignorarla, porque pensaba que eran paranoias mías, pero entonces me llamaron del hospital, y... (hipó un segundo y se limpió las lágrimas con una servilleta) Me senté en la iglesia y recé. Recé por un milagro imposible, pero de repente él volvió inexplicablemente a mi. Alguien escuchó mis oraciones y le devolvió a la vida. Pensé que por fin podía ser feliz, pero las cosas sólo fueron a peor... A veces pienso que cada vez que busco la felicidad traigo la desgracia a los que me rodean.
PRUE: ¡Melinda! ¿Pero cómo puedes decir eso? (preguntó incrédula)
MELINDA: Con todas las cosas que han pasado... no sólo a mí, sino a todos... Helen, Rose, Angela, Alison, Esther... ¿A cuántos más tendremos que perder? ¿Cuántos más deberán sufrir por nuestra culpa? (insistió desolada)
PRUE: Melinda, yo...
MELINDA: Estos poderes sólo han traído dolor, tanto a los que nos rodean como a nosotros mismos...
PRUE: ¡Melinda, no voy a permitir que te hundas! (le advirtió algo alterada) Esta familia seguirá adelante, ¡aunque tenga que arrastraros por el camino yo misma!
Melinda cortó en seco su llantina y se quedó mirando a Prue con una cierta sorpresa en su mirada. Prue, en cambio, le devolvió una amplia sonrisa al comprobar que se había calmado un poco.
PRUE: Así me gusta, fuerte como sólo una Halliwell puede ser. Ven aquí... (la abraza nuevamente)
CHRIS: ¿Me he perdido algo? (preguntó sonriente desde la puerta)
PRUE: Nada. Charla de... “hermanas” (confesó entre risas, apostillando con sus dedos la palabra hermanas)
PHOEBE: ¡Paso, pasooooooo! (instó con la cara llena de un potingue asqueroso mientras corría hacia la cafetera)
CHRIS: ¡Jajajaja! ¿Y a qué viene la pinta de gremlin? (dijo roto de risa mientras cogía al bebé y le daba un biberón)
PHOEBE: ¡Christopher Perry Halliwell, nada de cachondeos! (le amenazó enervada, intentando imitar a su tía Piper patéticamente y sin éxito) ¡Estoy muy estresada! Levantarme es un horror cuando tengo que percibir los ataques de somnolencia de toda la casa, ¡y encima parezco un mapache de las pedazo de ojeras que tengo! Y por si fuera poco, nos atacan cada dos por tres, tengo que terminar para el lunes un trabajo de estructuras metálicas de 50 páginas que por supuesto aun no he podido empezar y estudiar para el examen de urbanismo del miércoles... Y encima alguien que yo me sé no hace más que aparecer por aquí cuando me dijo que nunca volvería, ¡y sin embargo no viene nunca cuando yo le llamo!
MELINDA: Chica, eres la reina del drama... (ironizó entre risas)
PHOEBE: (mirando furiosa hacia el techo) ¡¡¡QUIERO... A... MI... NOVIO!!! ¡¡¡YA!!! ¡Hemos hecho todas vuestras mierdas, y creo que me lo merezco!
PATRICIA: (tambaleándose hacia la puerta, aun con legañas y pelos de loca) ¿Pero a qué viene tanto grito?
CHRIS: Nada, tu hermana gritando al cielo, esperando que le escuchen los señoritos brillantes...
PATRICIA: Pues si le hacen el mismo caso que a Prue...
Prue entornó los ojos, mientras que Patricia se acercó dando tumbos a la cafetera y se sirvió una taza de café con leche.
CHRIS: ¿Y qué has estado investigando, Prue? (preguntó curioso al ver sus anotaciones)
PRUE: He estado buscando información en el libro sobre las distintas facciones demoníacas. He separado en una lista aquellas que son más letales o más complicadas de derrotar, he anotado los ingredientes que nos hacen falta para preparar las pociones necesarias y he inventado algunos sencillos conjuros que nos podrían ayudar en la batalla.
MELINDA: Vaya, qué organizada... ¿Y esto qué es? (señalando una lista con dos columnas)
PRUE: Es una lista de objetivos tácticos. Básicamente, he separado los colectivos que apoyan a James de aquellos que están en su contra, para saber con quién podríamos pactar una alianza temporal.
MELINDA: Vaya... ¿así que los únicos que no nos quieren matar son la Hermandad de la Rosa Negra y el clan Zaraq? (observó con curiosidad) Qué novedad...
PRUE: Pues... sí. Pero no podemos obviar la ventaja estratégica que podríamos conseguir haciendo un pacto con...
PATRICIA: ¡¡¡Y UNA PUTA MIERDA!!! ¡¡¡Me niego a colaborar con las zorras psicópatas que mataron a Isabel!!! (le interrumpió furiosa)
PRUE: Pues sólo nos queda...
MELINDA: ¡Ah no, no...! Conmigo no cuentes para pactar con esos cretinos Zaraq que intentaron matar a mi hijita. (le interrumpió con una falsa sonrisa)
PRUE: Bien, pues de nuevo estamos solos...
CHRIS: Mejor di que estamos jodidos... (le corrigió mientras jugueteaba con la pequeña Bianca)
PATRICIA: ¡Puaj! ¡Qué asco de café! (se quejó mientras escupía en la pila) ¿Pero quien lo ha puesto tan cargado?
Prue comenzó a reírse a carcajadas, y el resto poco a poco se fue contagiando por su risa. Mientras tanto, Bobbie entró en la cocina tosiendo y con muy mala cara, cubierta por una gruesa y larga bata.
MELINDA: ¡Dios santo, Bobbie! ¿Te encuentras bien? (preguntó preocupada)
PHOEBE: Se te ve hecha un asquito... (añadió con lástima)
BOBBIE: No es nada, tranquilos... (aclaró restándole importancia)
PRUE: A ver... (le pone la mano en la frente) ¡¿Cómo que no es nada?! ¡Estás ardiendo!
BOBBIE: Debo haber pillado un resfriado tonto... (dijo entre risas)
PRUE: Deberías recostarte en el sofá y descansar un poco. (le aconsejó con dulzura)
BOBBIE: No, se me pasará. Lo que necesito ahora es mantenerme activa (insistió con amabilidad)
PATRICIA: Esto... lamento interrumpir, pero... ¿acaso una de nuestras defensas contra ataques demoníacos es que la casa se eleve en el aire unos diez metros? (preguntó confusa mientras miraba por la ventana)
CHRIS: Mierda...
Para calmar los nervios, Rachel había salido temprano a correr un rato. Había mucho que reflexionar, mucho por asumir y muy poco tiempo. Sin embargo, en aquel momento estaba en paz. Los auriculares, la rigidez del oscuro asfalto, el rítmico latido de su corazón, el olor de la primera hornada de pan recién hecho de la pastelería... todo le ayudaba a mantener la mente relajada y libre de preocupaciones. Después de recorrer una vuelta al barrio decidió regresar a casa para una relajante y merecida ducha reparadora, pero cuando llegó al terreno de la mansión lo encontró inexplicablemente vacío.
RACHEL: ¡¿Pero qué...?! (exclamó incrédula)
Rachel miró a su alrededor confusa, hasta que finalmente dirigió sus ojos al cielo y se sorprendió al divisar la mansión suspendida en el aire a una gran altura. Unos segundos más tarde, lo que fuese que estuviera sosteniendo a la mansión dejó de actuar, y cayó disparada, directa a estamparse sobre el suelo. Rachel intentó frenar la caída usando su poder como una burbuja, forzándose hasta provocar que su nariz sangrase, pero el peso de la casa al completo era demasiado para ella, por lo que la burbuja energética estalló y la casa impactó violentamente contra el suelo, provocando que las alarmas de los coches a la redonda saltasen. Rachel corrió hacia la casa, llena de polvo y escombros y combada hacia un lado, y se dirigió a la cocina, donde encontró a su familia tirada por los suelos.
RACHEL: ¡¿Qué demonios ha pasado?! (preguntó entre sorprendida y preocupada)
Chris de repente apareció entre órbitas en mitad de la cocina, sosteniendo en sus brazos al bebé.
CHRIS: ¡¡¡WYAAAAAAAAAAAAT!!! (gritó furioso mirando hacia el techo)
En ese momento, el techo del recibidor cedió, y la cama de Wyatt cayó al piso de abajo, con él dentro aun durmiendo.
Alice abrió los ojos. A su alrededor, un majestuoso bosque de coníferas se alzaba, repleto de un hermoso verdor. Parecía un lugar idílico y lleno de paz, aunque había algo que a Alice le desconcertaba. Ni el viento agitando las ramas, ni el canto de los pájaros... nada. No se oía nada. El frío era insoportable, por lo que Alice decidió avanzar por el bosque lo más deprisa posible. Pero entonces un intenso sonido muy agudo comenzó a taladrar sus oídos, haciendo que cayera al suelo. Alice se giró para observar la fuente de aquel horrible chirrido, pero únicamente pudo ver la oscuridad más absoluta a lo lejos de aquella dirección. Sin embargo, no era una oscuridad normal: ésta avanzaba con rapidez, como una aterradora sombra. Alice usó todas sus fuerzas para levantarse y comenzó a correr, asustada por lo que aquella sombra fuese. Corrió y corrió, más rápido de lo que lo hizo jamás, hasta que llegó a un claro. Un lago de aguas cristalinas había frente a ella, reflejando un oscuro cielo tormentoso del que caía una aterradora lluvia de fuego.
ALICE: Conozco este lugar... (pensó en voz alta)
HENRY: A... lice (llamó con dificultad)
Alice miró a su alrededor, intentando buscarle, hasta que sus ojos finalmente se centraron en los restos derruidos de un pequeño embarcadero. Corrió con las fuerzas que le quedaban y retiró los restos de tablones hasta descubrir el ensangrentado cuerpo de Henry, el cual tenía el pecho completamente abierto y el corazón arrancado, pero que aun temblaba en sus últimos segundos de vida. Alice, desolada, se arrodilló a su lado, agarrándole la mano.
HENRY: ¿Pppo... por qqqué? (preguntó decepcionado)
ALICE: ¡¡Henry!! (dijo con lágrimas en los ojos)
HENRY: Mme aban... donasttte. Nno... no... ¡no qqquiero morir!
ALICE: ¡¡Henry, no!! ¡Perdóname! (respondió culpable)
HENRY: Ayúddddammme... Ddebbbes esss...cogggeer.
Mientras que Alice atendía a Henry, la oscuridad avanzaba con rapidez. Sin que ella se diese cuenta, una figura salió de las sombras y se acercó, clavándole a Henry una enorme espada en el estómago.
HENRY: ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAGH!!!
ALICE: ¡¡¡Noooooooooooooooooooo!!!
JAMES: Tú elegiste el camino, y yo te ayudé a cruzarlo. (se acercó a su oído) Y si te atreves a cambiar de idea, acabaré contigo...
...
ALICE: ¡¡¡Cállate!!! (gritó furiosa)
JAMES: ... Alice, ¿ocurre algo? (preguntó confuso)
Alice tomó conciencia de sí misma al oír aquellas palabras. Estaba en la sala del trono de La Fuente, sentada en el sillón correspondiente a la reina, y se había quedado dormida por unos segundos.
ALICE: ... Nada. Todo va perfectamente (mintió sonriente)
JAMES: Bien. Como iba diciendo, necesitamos ser cuidadosos. Puede que nuestro número sea superior, pero no olvidemos que estamos hablando de la familia Halliwell. Por algún motivo, siempre consiguen salirse con la suya y escapar a la muerte...
L’YCHTE: ¡Déjate de cuidados! ¡Vayamos a matarles, ya! (gritó furioso el líder grimlock)
SOVIN: Es cierto... (asintió la reina aracne) Ellos han matado a muchas de mis queridas hijas. ¡Quiero venganza!
JAMES: ¡Silencio! (se impuso agobiado por tantas voces hablando a la vez) Recordad que la actuación desorganizada es lo que nos ha costado la derrota a cada uno de nosotros en tan contadas ocasiones.
DEIMOS: Deberíamos mandar a todos los guerreros de cada facción contra los Halliwell, así no tendrán oportunidad de hacernos frente. (apuntó el orgulloso líder warlock)
TODOS: ¡Sí, sí!
JAMES: ¡Idiotas! ¡Sólo conseguiríamos llamar innecesariamente la atención de los humanos! (le reprendió histérico)
OBERON: ¡A la porra con los humanos! ¡Son estúpidos y débiles! (afirmó el líder Horz)
TODOS: ¡Sí, sí!
JAMES: Cometéis un grave error al infravalorar al ser humano. No tienen poder, pero lo compensan su elevadísimo número y su desarrollada ciencia. Una actuación en masa como la que proponéis nos expondría al mundo y provocaría el temor y la ira en la gente, y os aseguro que esa es una guerra que podríamos no ganar.
Al oír aquellas palabras, todos comenzaron a abuchear furiosos.
JANO: La Fuente tiene razón. (se impuso entre los abucheos la líder cambiaformas) Nuestro poder sobre el hombre radica en nuestra clandestinidad. No sería prudente tratar de descubrir si mantenemos dicha ventaja una vez nuestra existencia fuese revelada...
JAMES: Así es. Además, todos habéis olvidado que de aquella manera dejaríais desprotegido el inframundo. ¿Acaso queréis que esas putas de la Rosa Negra merodeen donde no deben y se hagan con el poder mientras no estáis? (añadió con desprecio)
TODOS: ¡¡¡Noooooooooooo!!!
JAMES: Entonces escuchadme atentamente. (se impuso elevando la voz) Ellos, a pesar de todo, tienen una ventaja: juegan en su terreno. Tenemos que llevarlos a nuestro terreno, obligarles a bajar aquí, y entonces podremos atacarles todos juntos.
JANO: ¿Y cómo haremos para que vengan? (preguntó desconcertada)
JAMES: Paciencia, mi leal Jano... (le indicó con una perturbadora sonrisa) Aun faltan unos pequeños detalles por concretar, pero os aseguro que habrá fuegos artificiales. Pero hasta entonces, quiero que os organicéis para realizar pequeñas incursiones sistemáticas en la mansión Halliwell cada hora aproximadamente, para mantenerles confundidos. No será tarea difícil, sobre todo después de la confusión que les trajo mi reina al inculpar a ese estúpido Mitchell.
Alice le dedicó una leve y fingida sonrisa, pero aquel comentario supuso una dolorosa punzada en su corazón. Henry sufría, y era culpa suya.
El cielo comenzó a oscurecerse poco a poco. Los escasos rayos de sol se cubrían de espesas y aterradoras nubes de tormenta, y el aire cada vez soplaba más y más fuerte. Sin embargo, un ave se atrevía a plantarle cara al temporal, una majestuosa y enorme águila. Volaba grácilmente sobre los edificios, inusualmente alejada de su hábitat natural. Jared alzó la vista al cielo y observó detenidamente a aquella maravillosa criatura maravillado, casi celoso por la libertad que gozaba. No había dolor ni preocupaciones, sólo la suave brisa que golpeaba elegantemente sobre aquel aerodinámico cuerpo. Jared subió con cuidado el escalón que tenía enfrente, y temeroso cerró sus ojos y abrió sus brazos, como dejando que el aire que azotaba su cuerpo le permitiese flotar. Inclinó su cuerpo hacia delante un poco, y entonces cayó. Una caída que parecía infinita, pero que a Jared le llenaba de tranquilidad y le hacía sentir libre...
MUJER: ¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaagh!!!
HOMBRE: ¡Ha saltado! ¡¡¡Ese hombre ha saltado desde lo alto del rascacielos!!!
A la salida del centro comercial, Piper y Phoebe iban cargadas de bolsas y alguna caja algo pesadas.
PHOEBE: Piper, me alegro de que aproveches que los demonios han destrozado prácticamente toda la casa para hacerle una reforma general, pero no creo que mi traumatólogo estuviese muy contento contigo al ver lo que le estás haciendo a mis pobres lumbares con tanto trasto... (se quejó agotada)
PIPER: Agh... ¡calla, vieja! ¿Crees que a mi me hace gracia tener que encargarme de todo esto? (respondió huraña)
PHOEBE: ¿Y por qué no llamáis a un contratista profesional y os evitáis tanto lío?
PIPER: ¡Anda! ¿Pero cómo no se me habrá ocurrido? (apuntó mordaz) No podemos permitirnos semejante gasto después de soltar un pastón para renovar la instalación de agua del restaurante. ¿Es que no te acuerdas? Dios, si es que a veces pienso que tengo que mandar un email a tu columna para que me hagas caso...
PHOEBE: Eso ayudaría, no te lo niego... (Piper la fulmina con la mirada) ¡Ey, que es una broma! Ya sabes que puedo prestarte cuanto necesites, al fin y al cabo es donde todas nos criamos. Bueno, menos Paige, más o menos...
PIPER: Oh, Paige...
PHOEBE: Pobrecilla... Creo que deberíamos ir a verla después y animarla un poco, a ver si se le pasa el soponcio por lo de Henry...
PIPER: ... (la ignora)
PHOEBE: ¿Me oyes? ¡Abuela, el sonotone! (saltó jocosa)
PIPER: Allí ha pasado algo. (señalando a la multitud) Vamos a ver...
PHOEBE: Pero mira que eres cotilla...
Piper se intenta acercar lo más rápido posible seguida de cerca por Phoebe, ambas cuidando que no se le caigan los bártulos. Cuando se mezclaron con la multitud, Piper se dispuso a indagar.
PIPER: Perdone señora, ¿sabe que ha sucedido aquí? (preguntó con amabilidad)
SEÑORA: Pues no lo sé... Dicen que alguien se ha caído, pero yo no veo a nadie.
HOMBRE: (interrumpiéndola) ¡Yo lo he visto! Un tío ha saltado de lo alto del rascacielos, y parecía que se había matado, pero... ¡Bang! ¡Va y de repente se levanta de repente sin un rasguño! Ha sido como en las películas...
SEÑORA: ¡Esta juventud siempre tan exagerada! Seguro que es algún truco publicitario de esos...
Piper se puso de puntillas para poder ver mejor, y entonces pudo divisar un agrietado suelo de adoquines cubierto de sangre.
PIPER: Qué raro... (le susurra a Phoebe)
PHOEBE: ... Oye, ¿no es ese tu yerno? (señala a lo lejos, al otro lado del corrillo)
PIPER: ... Phoebe, ese hombre es calvo, barrigón y difícilmente baja de los cincuenta. (le recrimina con dureza)
PHOEBE: ¡Ese no, ese! (señala de nuevo)
Mientras tanto, en la comisaría de policía parecía un día absolutamente normal. El Inspector Brewster perseguía por los pasillos a la Inspectora Ryan, casi atosigándola.
INSP. BREWSTER: ... Pero lo que quiero decir es que... ¡venga! ¡Es la misma familia! Wyatt Halliwell: homicidio involuntario. Prudence Halliwell: agresión en serie. Henry Mitchell: homicidio en primer grado…
INSP. RYAN: Por última vez, no te metas en mis asuntos. (le amenazó con frialdad) Es mi investigación y no pienso compartirla, y menos con el memo del video porno.
INSP. BREWSTER: Eso... eso es un golpe bajo. ¿Ves? Así va a ser difícil que seamos amiguitos.
INSP. RYAN: Déjate de bromas, es muy poco profesional y degrada tu escasa credibilidad. (se da la vuelta y se aleja) Y si en algo valoras tu carrera, ¡deja de tocarle las narices al Inspector Mull con el Caso Sandford!
INSP. BREWSTER: Sí, mamá... (respondió entre risas)
El Inspector Brewster observó atentamente cómo se alejaba la Inspectora Ryan, y cuando finalmente dobló la esquina decidió ponerse en acción. Había oído que el Inspector Mull estaba interrogando al acusado, así que tenía unos cuantos minutos para registrar su despacho. Se dirigió con rapidez y sigilo hasta la puerta, pero antes de poder agarrar el picaporte, la puerta se abrió repentinamente, sorprendiéndole. Tras ella, una chica pelirroja con gafas le observaba desconcertada.
INSP. BREWSTER: ¿Se puede saber quién es usted? ¡Este sitio no está abierto al público! (le espetó duramente)
PAULEY: Oh, yo... Discúlpeme, creo que me he perdido. Verá, me llamo Dorothea Gish y soy secretaria... quiero decir, ¡que estoy aquí para la entrevista de secretaria! Buff, qué nerviosa estoy... Estaba buscando el baño para refrescarme un poco y bueno...
INSP. BREWSTER: Pues como puede ver perfectamente, eso no es el baño.
PAULEY: ... ¡Sí! Dios mío, qué vergüenza. Qué tonta soy... (respondió fingiendo)
INSP. BREWSTER: (señalando con la mano) Al fondo, en la puerta que pone “Baño”.
PAULEY: Sí, muchísimas gracias... (sonríe falsamente en señal de cortesía)
El Inspector Brewster se quedó mirando fijamente a aquella pelirroja de torpes andares mientras se marchaba. Él sabía que había algo sospechoso en aquella chica, pero no tenía tiempo, necesitaba rebuscar lo más rápido posible entre los archivos del Inspector Mull si no quería que le pillasen.
Por su parte, Pauley salía nerviosa de la comisaría, y tras tomar dos pastillas de su frasco de diazepán, procedió a llamar con su móvil.
PAULEY: Está... hecho. (dijo sofocada)
KAREN: Perfecto. Eso les mantendrá ocupados hasta que sea demasiado tarde...
A la entrada de la mansión Halliwell, Melinda acababa de regresar de hacer la compra con su jeep eléctrico. Estaba recogiendo las bolsas del maletero mientras charlaba agitada por el manos libres del móvil.
MELINDA: ... Que no...
PIPER: ¡Pues yo te aseguro que lo he visto!
MELINDA: ¡Que no, mamá! Debes haberte confundido. ¡¿Pero cómo piensas que puede recorrer la mitad del país en un par de horas?!
PIPER: Hija, que somos brujas...
MELINDA: ... ¡Me da igual! Jared no tiene ningún motivo para marcharse hasta San Francisco, ¡y menos en mitad de la noche! (le espetó hartándose)
PIPER: Por favor, que estamos hablando de un hombre... Ellos siempre están ocultando secretos y haciendo gilipolleces.
MELINDA: ¡¡Mamá!! (saltó ofendida)
PIPER: Pues me da igual lo que digas, ¡yo te aseguro que le he visto a la salida del centro comercial! Dijeron que un hombre había saltado de lo alto de un rascacielos y que se levantó como si nada...
MELINDA: ... Mamá, ¿se te ha vuelto a ir la mano con el vino para cocinar? (le acusó con dureza)
PIPER: ... ¡¡¡¿PERO CÓMO TE ATREVES, MOCOSA ENGREÍDA?!!! ¡¡¡Acaso te crees que soy una vieja chocha que se inventa las cosas?!!!
Melinda cerró el maletero del coche y se dirigió a la puerta principal mientras en sus oídos estallaban los gritos inentendibles de su iracunda madre.
MELINDA: ¿Me...? ¿Me dej...? ¿Me quieres dejar hab...? ¡¡¡Aarg!!! ¡¡¡Cómprate un gato, vieja!!! (le gritó enfadada)
PIPER: ¡¡¡PRUDENCE MELINDA HALLI...!!!
Melinda colgó el teléfono antes de que su madre pudiera acabar de hablar. Entonces cruzó la puerta hasta el recibidor, justo a tiempo para ver a Chris saltando por los aires.
MELINDA: ¡¿Pero qué...?!
Antes de poder reaccionar, una bola de energía impactó sobre Melinda y la hizo volar por los aires hasta el salón. Una demonio se acercaba hasta ella con una bola de fuego en sus manos, dispuesta a acabar el trabajo.
PRUE: (le silba) ¡Aquí, zorra!
La demonio se giró hacia Prue, únicamente para ver cómo ella le lanzaba un ázame directo a su corazón que le hizo estallar entre llamas. Prue se acercó sonriente a Melinda, dispuesta a ayudarla a levantarse.
MELINDA: (lloriqueando) ¡Joooooo, estoy perdida de huevo!
PRUE: Vamos, te ayudaré a limpiarte...
MELINDA: ¡¡¡Prue, cuidado!!! (gritó asustada)
Uno de los demonios se acercó corriendo a ellas pillándolas por sorpresa, empuñando con fiereza unas dagas katar en sendas manos. Prue intentó usar su poder, pero el demonio era tremendamente resistente y esquivo. Pero cuando parecía todo perdido, de repente se acercó Bobbie que, con un firme movimiento de su brazo, generó una ráfaga de púas tóxicas que impactaron sobre el demonio y le causaron un dolor atroz, obligándole a escapar.
PRUE: Vaya... No sabía que podías hacer eso, Bobbie (afirmó impresionada)
BOBBIE: Sí, bueno... Parece que también soy un cactus... (reconoció jadeante)
En la cocina, mientras tanto, Phoebe y Patricia preparaban infinidad de pociones que pudiesen ayudarles de cara a la batalla final.
PATRICIA: Voy a buscar el polvo de jengibre (empieza a rebuscar, pero se emboba mirando por la ventana) Vaya, no pensé que Alex se fuese a dar tanta prisa en hacer la mudanza...
PHOEBE: Y acabamos de tener una buena pelea, ¡pero nooooo! Él no pasea su culo por aquí para ver si estoy bien... (replicó indignada)
PATRICIA: Ni siquiera hemos vuelto a hablar desde lo de Isabel...
PHOEBE: Y lo último que me hace falta es encontrarme en la facultad a esa zorra pija de Sharon Gilligan, presumiendo del anillo de compromiso de diamantes que le ha regalado su novio francés. Il est mon amour... ¡¡¡zorra!!!
PATRICIA: Creo que me odia, aunque a veces pienso que no puedo reprochárselo...
PHOEBE: Tampoco es que quiera casarme, porque soy demasiado joven aun. (mira hacia el techo) ¡¿Pero acaso sería demasiado pedir una oportunidad después de todo lo que hemos vivido?!
PATRICIA: Pero debería hablar con él, ¿no crees? Al menos antes de que se vaya...
PHOEBE: ¿Por qué siempre las mujeres tenemos que acabar persiguiendo a los hombres?
PATRICIA: ¡Son hombres! No les busques la lógica...
Melinda, Prue y Bobbie entraron sofocadas en la cocina tras la dura pelea.
MELINDA: Bueno, pues aquí tenéis los ingredientes que falt... ¡auch! (se queja tras recibir un chispazo) ¿Por qué os habéis rodeado con los cristales?
PATRICIA: Es que si tenemos que cocinar y luchar al mismo tiempo... vamos jodidas.
PRUE: ¡Pero mira que sois comodonas! (saltó sorprendida)
MELINDA: Pedazo de vagas...
PHOEBE: ... ¡¡¡Ha sido idea suya!!! (señalando a Patricia)
PATRICIA: ¡¡¡Phoebe!!! (dijo avergonzada)
PHOEBE: Espera... Algo no va bien (informó mareada)
MELINDA: ¿Te ocurre algo? (preguntó preocupada)
PHOEBE: No, yo no soy...
De repente, Bobbie se desmayó y se desplomó en el suelo.
PATRICIA: ¡¡Bobbie!!
MELINDA: ... ¡¡¡RAAAAAAAAAAAAAAAAAAACHEL!!!
En San Francisco, las llamas de un edificio de viviendas acababan de ser sofocadas. Unos paramédicos transportaban en una camilla un cuerpo dentro de una bolsa para cadáveres.
BOMBERO: ¿Queda alguno más?
PARAMÉDICO: No, es el último. El pobre se ha asado hasta quedar irreconocible...
Los paramédicos se dirigieron hacia la ambulancia mientras un policía hablaba con una madre y su niña.
MADRE: Hija mía, cuéntale al agente lo que me has dicho.
NIÑA: ... Estaba jugando con mis muñecas y oí un gran ¡boom!. Salí de mi habitación, había mucho fuego y humo y no podía ver nada, pero ese señor abrió la puerta y me sacó de allí.
POLICÍA: El hombre que se coló antes de que se apagara el incendio... (pensó en voz alta, negando con la cabeza mientras observaba a los paramédicos subiendo la camilla a la ambulancia)
NIÑA: Me dijo que no tuviera miedo y que todo saldría bien... (dijo sonriente)
????: ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAARG!!!
El policía, al oír el grito, corrió hacia la ambulancia. Al llegar, se encontró al paramédico inconsciente, y la bolsa para cadáveres vacía.
POLICÍA: (agitando al paramédico) ¡Ey! ¡Ey tío, despierta! ¿Estás bien?
PARAMÉDICO: (volviendo lentamente en sí) ¡Agh! Maldito...
POLICÍA: ¿Qué te ha pasado? (preguntó preocupado) Ese grito ha sido acojonante...
PARAMÉDICO: Tío, ¡no estoy loco! (respondió asustado) Te lo juro, ese tío ha salido de la bolsa como si nada...
POLICÍA: ¡¡¿QUÉEEE?!!
PARAMÉDICO: ¡Estaba muerto, joder! ¡¡Frito como un puto pollo!! (insistió aterrado)
Transcurridos unos minutos después, Bobbie estaba acostada en la cama, rodeada por Prue y Dag. Rachel, junto con Wyatt y Chris, observaban en la puerta.
BOBBIE: Siento haberos dado este susto. Creo que me he sofocado en exceso tras la pelea... (admitió sonriente)
DAG: Sopa de pollo, sopa de pollo, sopa de pollo... ¡sopa de pollo! (dijo mientras le pasaba un bol) Cuando estás malito, ♪¡sooooopa de pooooollo!♪
BOBBIE: Gracias, eres muy divertido...
PRUE: A partir de ahora tienes que tomarte las cosas con un poquito más de calma si no quieres empeorar, ¿vale?
BOBBIE: Sí... qué resfriado tonto, ¡jeje! (la risa se le mezcla con un ataque compulsivo de tos)
Rachel, al oír toser a Bobbie de aquella manera, salió disparada de la habitación y se dirigió al ático. Wyatt y Chris, preocupados, la siguieron de inmediato. Al llegar al ático se encontraron a Rachel apoyada sobre la pared en cuclillas, hiperventilando y llorando a mares.
CHRIS: ¡Rachel! ¿Qué te pasa? (preguntó preocupado)
RACHEL: No... no puedo respirar... (respondió con dificultad)
Mediante señas, Rachel indicó el bolso sobre el perchero. Wyatt lo cogió de inmediato y se lo entregó, y Rachel rebuscó hasta encontrar su inhalador. Tras un par de aspiraciones, Rachel volvió a respirar con normalidad, aunque seguía muy alterada.
RACHEL: No... puedo... (dijo sofocada) No puedo con todo esto...
WYATT: Rachel, tranquilízate. Te va a dar un ataque de ansiedad.
RACHEL: Henry... y ahora Bobbie...
CHRIS: Pero Bobbie está bien, ¿verdad? (preguntó mirándola a los ojos) ... ¡¿Verdad?!
RACHEL: Tiene 40 de fiebre, problemas respiratorios y digestivos, temblores, náuseas, migrañas, hipersensibilidad y sangrado nasal, de uñas, oídos y ojos...
WYATT: Entonces... ¿qué tiene? ¿Qué es lo que le pasa exactamente? (preguntó confuso)
RACHEL: ¡¡¡NO LO SÉ!!! Su sintomatología no coincide con nada que yo conozca. ¡¡¡No sé lo que tiene, pero creo que la está matando!!! (gritó desolada)
CHRIS: No puede ser... (dijo con una sonrisa de incredulidad) Quiero decir, ella estaba bien hace un par de días...
RACHEL: ¡¡¡Te crees que no lo sé!!! No tiene ningún sentido, es todo demasiado rápido...
WYATT: En ese caso... ¿por qué no quieres que la llevemos a un hospital? Deberíamos llevarla, para que confirmen lo que le sucede. (afirmó tajante)
RACHEL: ¡No, por favor! (suplicó entre lágrimas) Ella, por algún motivo, está tremendamente sensible desde que regresó de la sucursal de Suiza, y parece no querer salir de la mansión. Recordad lo histérica que se puso cuando se llevó a Jared, a Dag y a la niña a su piso hace unos cuantos días...
CHRIS: ... Bueno, siempre podemos drogarla... (pensó en voz alta)
Wyatt le dirigió una mirada de vergüenza ajena, mientras que Rachel ahogaba una leve risilla.
WYATT: Rachel, debemos hacerlo. Bobbie necesita ayuda urgentemente, más de la que tú sola podrías darle. (le advirtió preocupado) Y no te preocupes por Henry, yo me encargaré de todo.
RACHEL: Bu... bueno, supongo que... tienes razón. No hay más remedio. (admitió derrotada)
Wyatt tendió su mano hacia Rachel y la ayudó a levantarse. Juntos los tres se dirigieron al piso inferior.
En la habitación, Bobbie permanecía semiinconsciente. Por el resquicio de la puerta se acercó caminando Saul, el farsante minino, y de un salto trepó a la cama y se acurrucó a su lado.
BOBBIE: Mi gatito Spock... (susurró adormilada) Después de todo, la magia tiene un precio...
Saul miró a los ojos a Bobbie y emitió un débil maullido. Entonces su cuerpo comenzó a brillar y a crecer de tamaño, hasta que recuperó su forma humana.
SAUL: ¡Shhhhh! Yo te ayudaré... (dijo con una extraña sonrisa)
Saul sacó una especie de raíz de su bolsillo y la acercó a la nariz de Bobbie, que se durmió al instante. Entonces Saul cogió su teléfono móvil y marcó un número de teléfono.
SAUL: Ha empezado.
KAREN: ¿Cuál es su estado?
SAUL: (inspeccionando a Bobbie) Tiene las pupilas dilatadas, y... 40 de fiebre. Rigidez abdominal, llagas sangrantes a lo largo del cuerpo...
KAREN: (interrumpiéndole) Necesito una muestra de sangre de inmediato.
SAUL: Por supuesto, señora Andrews.
Saul echó mano a su bolsillo y sacó una jeringuilla. Con cuidado se dispuso a clavársela en el brazo y extraerle sangre.
CHRIS: ¡¡¿Quién coño eres tú?!! (gritó abriendo la puerta de golpe)
RACHEL: ¡¿Qué puñetas le estás haciendo a mi novia?! (le lanza con su onda expansiva)
SAUL: ¡¡¡AARG!!! ¡¡¡Malditos Halliwell!!! (se quejó mientras se levantaba)
Saul les lanzó una bola de fuego para distraerles mientras intentaba recoger la muestra de sangre, pero Wyatt fue más listo y le atizó con una ráfaga calorífica que le dejó muy malherido y le obligó a escapar. Wyatt y Chris corrieron a comprobar el estado de Bobbie, mientras que Rachel se quedaba mirando sorprendida.
WYATT: No parece que le haya herido... ¿Y la jeringa?
CHRIS: Parece que sólo le estaba sacando sangre.
WYATT: Entonces deberíamos orbitar cuanto antes al hospital. ¿No crees, Rachel?
RACHEL: (distraída) ...
CHRIS: Rachel, ¿estás bien? (preguntó preocupado)
RACHEL: ... Creo que he visto antes a ese demonio (afirmó asustada)
...
9 MESES ANTES
Rachel caminaba por un pasillo, hablando por su teléfono móvil.
HENRY: ¡Maldito Arazot! Seguro que es culpa suya...
RACHEL: Henry, estoy bien... (fingió)
HENRY: ¡Has visto a Helen! ¿Cómo vas a estar bien?
RACHEL: Bueno, pues lo estaré. Ahora te tengo que dejar, que tengo una reunión urgente.
Rachel colgó el teléfono y se acercó a un mostrador.
PAULEY: Buenos días... (señaló mirándola con mala cara) ¿Quería usted algo de la presidenta?
RACHEL: Hola, me llamo Rachel Mitchell. La señora Andrews concertó hoy una cita conmigo a las 9.
PAULEY: Ah, claro. Cómo no... (asintió hosca mientras accionaba el interfono) Señora Andrews, ha llegado su visita de las 9.
KAREN: Hágala pasar, por favor.
PAULEY: Ya ha oído. Adelante (le señaló la puerta con desgana)
RACHEL: ... Vale (dijo confusa, como si no entendiese ese trato)
Rachel se dirigió a la puerta, mirando de reojo a Pauley completamente extrañada mientras ella le devolvía una dura mirada, como si la escanease con rayos X. Entonces la puerta se abrió inesperadamente y Rachel se chocó con el hombre que salía por ella.
RACHEL: ¡Oh, perdone! No debería ir tan distraída... (admitió avergonzada)
SAUL: No se preocupe. (Cedió sonriente) Bueno, que pase un buen día...
...
CHRIS: ¿Rachel? (insistió preocupado) Rachel, me estás asustando...
RACHEL: ... ¡¡¡PHOEBE!!! (gritó de repente aterrada) ¡¡¡Phoebe, ven aquí!!! ¡¡¡Es urgente!!!
Chris y Wyatt se miraban extrañados, mientras que Rachel permanecía sofocada por el pánico. A lo lejos podían oírse las pisadas de Phoebe a lo largo de la escalera mientras refunfuñaba.
PHOEBE: ... a la tonta de Phoebe, siempre. ¡Cómo no! Todo el mundo pidiéndome cosas estúpidas o peligrosas, pero yo pido una mísera cosa y me mandan a la mierda... (entrando a la habitación) ¿Ocurre algo?
RACHEL: Phoebe, escúchame atentamente: necesito ver el pasado de Bobbie, necesito saber la verdad.
PHOEBE: ¿Su... pasado? Pero es mucho tiempo, ¿no? (apuntó confusa)
RACHEL: No lo necesito todo, sólo algo en concreto. No puedo ser más específica, es algo que sabré de lo que se trata en cuanto lo encontremos.
WYATT: Rachel, no tenemos tiempo para...
RACHEL: ¡Lo sé, Wyatt! (le interrumpió enervada) Esto es importante. Creo que Bobbie esconde algo importante desde hace tiempo, y que podría ser la explicación a su estado. Y Phoebe, es preciso que yo también lo vea. ¿Puedes hacerlo?
PHOEBE: (dudando) Eh... bueno, creo que podría intentar invertir mi habilidad empática para que te contagies de mi poder de premonición. Otra cosa es que podamos ver algo, porque nunca he hecho nada parecido...
RACHEL: (agarrándola por los hombros) Confío en ti, Phoebs. Pero por el bien de Bobbie tenemos que darnos prisa...
Phoebe tragó saliva y se sentó en la cama al lado de Bobbie, sosteniendo la mano de Rachel. Cerró los ojos y comenzó a concentrarse.
CHRIS: ... ¿Cómo sabremos si funciona? (susurró a Wyatt)
PHOEBE: ¡¡¡Shhhhhhhh!!! (susurró arisca, tras lo que volvió a concentrarse) ... Creo... que ya... Creo que ya he establecido la conexión.
Phoebe, manteniendo la concentración, agarró con su otra mano la mano izquierda de Bobbie.
PHOEBE: Cuesta sacar algo en claro. Es como si Bobbie se resistiese... (le advirtió preocupada)
...
2015. Bobbie jugaba alegremente con Spock en el patio de la casa de su tía Debby.
BOBBIE: ¡¡¡Túmbate Spock!!! (le rasca la panza)
SPOCK: Grrrrrr... (ronronea)
DEBBY: Roberta, ven aquí por favor. (le avisó con seriedad)
Bobbie se acercó corriendo hasta la puerta del patio, donde le esperaba su tía Debby y un policía. Debby se agachó hasta la altura de la pequeña Bobbie y le miró llorosa a los ojos.
BOBBIE: ¿Cuándo viene papá? (preguntó impaciente) Me dijo que me llevaría al zoo...
DEBBY: (llorando) Cariño, verás... Papá y mamá no van a poder venir. En la carretera había mucho hielo, y su coche ha tenido un accidente.
...
RACHEL: No es aquí. (le advirtió con tristeza) Estamos demasiado atrás...
...
2024. Bobbie subía emocionada las escaleras de un puente peatonal mientras releía la nota que Susie Davis le dejó en su mochila aquella mañana.
“Bobbie, me gustas. No puedo parar de pensar en ti. Reúnete conmigo esta tarde en el puente”
Cuando llegó a la mitad del recorrido del puente apareció de repente Susie Davis, acompañada por sus amigas y algunos chicos del equipo de football, y comenzaron a tirarle huevos podridos.
TODOS: ¡¡¡BOLLERA!!! ¡¡¡BOLLERA!!! ¡¡¡BOLLERA!!! ¡¡¡BOLLERA!!!
...
RACHEL: ¡Para! (le suplicó entre lágrimas) Es más adelante...
PHOEBE: Hay algo... No consigo llegar a esta premonición, me está bloqueando.
Phoebe se concentró con todas sus fuerzas para desbloquear aquel recuerdo, provocando que su nariz sangrase. La habitación comenzó a llenarse poco a poco de electricidad estática, hasta que empezaron a salir disparadas violentas descargas eléctricas. Wyatt y Chris se acercaron para socorrerlas, pero una potente onda expansiva les lanzó por los aires.
...
Eleanor miró fijamente a Bobbie.
ELEANOR: Karen Andrews abre puertas que no conoce. No debes dejar que se acerque a ella. Siempre ella, o no funciona. Duele. Bendición. Roberta Weisz ha encontrado el caballo negro. Rachel Mitchell no le conoce. El ángel vuelve a volar. ¡¡¡La tiene!!! (gritó llena de terror) No está sola. Los va a matar a todos...
...
BOBBIE: ¿Pero qué es el Proyecto Náyade? ... ¡¡¡Oh dios mío!!!
...
BENJAMIN: Esto... es demasiado fuerte. (dijo muy impresionado)
BOBBIE: ¡Sí! Es como si intentara hacer algo a lo X-Men, pero mucho más retorcido. ¡Tiene a más de 200 personas en el sótano conectadas a multitud de tubos, y hace creer a los trabajadores que son enfermos terminales! Creo que les ha secuestrado. Tienen algo en su código genético que quiere reproducir para que cualquiera pueda tener superpoderes, ¡o lo que puñetas sean! (dijo muy asustada)
BENJAMIN: ¿Pero para qué querrá Karen hacer todo esto? (reflexionó en voz alta)
...
KAREN: No, no, no.
Al fondo del vestíbulo, podían ver únicamente un pequeño punto anaranjado, del cigarrillo que Karen fumaba.
BOBBIE: ¿Ocurre algo... señora Andrews? (preguntó aterrorizada)
KAREN: Llámame Karen, por favor. Es lo justo, si pretendes tocarme las narices.
...
KAREN: Adelante, Marc.
MARC: Señora, yo...
KAREN: ¡Hazlo, o serás el siguiente! (le amenazó con una expresión aterradora)
Marc activó la secuencia de operaciones. Justo en ese momento, Bobbie despertó.
BOBBIE: ¿Dónde estoy? ¡¿Por qué estoy atada?! (dirigió su mirada al cristal, donde estaba Karen sonriendo) ¡¡¡SOCORROOOO!!!
Marc accionó una serie de botones y luego comenzó a teclear una secuencia en el ordenador. Finalmente, pulsó un botón rojo, y una especie de alarma comenzó a sonar. Todo se llenó de una tenue luz azulada, y de repente, la cámara de experimentación se iluminó con una luz que hacía daño a la vista.
MARC: Niveles energéticos aun estables. Pulso acelerado, ondas alfa y beta por encima de los límites habituales.
KAREN: Continúa con el experimento.
La transmutación de ADN comenzó, y Bobbie no paraba de chillar de dolor. Su pulso estaba muy acelerado, y sentía un dolor indescriptible por lo que le parecieron horas. Cuando parecía que todo había acabado, Bobbie sintió cientos de microagujas clavarse en su espalda. No pudo soportar tanto dolor, así que cayó inconsciente.
RACHEL: ¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!! (chilló entre lágrimas)
En la casa de al lado, Alex estaba terminando de empaquetar sus cosas y sacando sus cajas hasta el camión de mudanza. Patricia se acercó algo indecisa, abrazándose el pecho.
PATRICIA: Al final te marchas... (susurró con tristeza)
ALEX: (sin mirarla, soltando una pesada caja en el camión) Eso parece...
PATRICIA: Oh... claro, ya veo. (respondió incómoda)
ALEX: ... Perdóname Patty, no te lo mereces (dijo mirándola por fin a la cara)
PATRICIA: No... si yo entiendo que...
ALEX: Pues sería fantástico si me lo explicases, porque yo estoy completamente perdido... (admitió con tristeza) Sólo sé que durante estas semanas he estado volcando mi rabia en quien no debía.
PATRICIA: Era tu hermana, no tienes que darme explicaciones. Yo no sé qué haría si le pasase algo a Phoebe... o a Alice...
ALEX: Ya, pero siento que llevo bastante tiempo sin hacer las cosas como debería. Si hubiera dicho algo, o hubiese actuado mejor, quizá ella siguiese a mi lado... y tú y yo podríamos ser felices juntos. (confesó apenado)
Patricia se quedó sin palabras, mirándole a sus vidriosos ojos llenos de dolor. Sin pensárselo dos veces, Patricia se dejó llevar por el corazón y se lanzó a los brazos de Alex, besándole con más pasión de la que podría imaginar. Alex la estrechó con ternura entre sus brazos y se dejó llevar por el calor del beso. Cuando separaron sus labios, Patricia, en vez de estar repleta de felicidad, sintió una terrible tristeza.
PATRICIA: Has dicho “podríamos”, no “podemos”...
ALEX: No puedo quedarme aquí, no después de todo lo que ha pasado. Demasiados recuerdos horribles...
PATRICIA: ... ¿Adónde?
ALEX: He conseguido un buen trabajo en Pasadena, Texas. Está muy cerca de Houston, así que podré visitar con frecuencia a Rebecca y a mi hijo.
PATRICIA: Entonces... ¿esto es todo? (preguntó ofendida) ¿Pensabas irte sin más y dejarme aquí sola?
ALEX: Patty, sé que tu familia es muy importante para ti. Ellos te necesitan, y tú a ellos. No podría pedirte que vengas conmigo y los dejes...
PATRICIA: Pero... no sé. (respondió confusa) ¡Pero yo... te quiero!
ALEX: Y Dios sabe que yo te quiero a ti, pero hay cosas que no pueden cambiar.
PATRICIA: (llorando) Supongo... que a pesar de todo... no era nuestro destino estar juntos...
Alex abrazó con fuerza a Patricia y le dio un tierno beso de despedida. Patricia observó detenidamente por última vez su forma de caminar, y tras verle cruzar el umbral, se quedó pensativa, recordando los buenos momentos que juntos vivieron y que ya no podrían ser.
Entonces, un ruido de cristales rotos y un intenso grito le sacaron de su ensimismamiento. Patricia, asustada, corrió hacia el interior de la casa de su exnovio. Alex estaba inconsciente tirado por los suelos, rodeado por dos mujeres demonio.
PATRICIA: ¡¡Alex!! (gritó preocupada) ¡¿Qué coño le habéis hecho, perras?!
Patricia, enfurecida, les lanzó una poderosa llamarada que apenas pudieron esquivar.
SASHA: ¡¡Aaaagh!! ¡Es la novia Halliwell! No podemos perder el tiempo con ella...
RINA: ¡Yo la distraeré, mi señora! ¡¡Usted escape con el humano!!
PATRICIA: ¡¡¡Noooooo!!!
Patricia intentó acercarse a Alex, pero Rina lanzó una bola de energía que le impidió acercarse, tiempo suficiente para que Sasha le agarrase y fluctuase con él.
PATRICIA: Has cometido un error, puta... (dijo con frialdad) ... Y eso te costará la vida.
RINA: Ya lo veremos... (respondió sonriente)
Rina le lanzó varias bolas de energía seguidas, pero Patricia las desvió generando una pantalla de fuego frente a ella. Entonces Rina aprovechó el fogonazo generado para fluctuar a su espalda y sorprenderla, pero Patricia estuvo más atenta y se giró al instante, clavándole en el pecho el ázame que había sacado de su bolso.
RINA: ¡¡Aagh!! Puta... (se quejó de dolor mientras se consumía entre llamas)
PATRICIA: No sabes cuanto... (replicó furiosa)
Patricia, sin perder ni un momento, rebuscó rápido en su bolso una poción transportadora, dispuesta a rescatar a Alex a toda costa.
Rachel se quitó la camiseta de andar por casa que llevaba puesta y cogió un blusa de vestir que usaba para el trabajo. Se dirigió al tocador y con rapidez se recogió el pelo en un improvisado moño. Cogió su perfume favorito y se aplicó unos pequeños toques sobre el cuello y las muñecas. Sacó su colorete del cajón y procedió a aplicárselo, mirando atentamente a su reflejo. Unos toques de gloss en sus labios y un poco de rimel en sus pestañas completaron el proceso. Rachel estaba lista, pero se concedió un segundo para reflexionar. Divisó por un momento el reflejo de Bobbie en la cama, y entonces se derrumbó y comenzó a llorar en silencio.
PHOEBE: (al otro lado de la puerta) ¿Estás bien, Rachel?
RACHEL: (limpiándose las lágrimas) Estoy bien, Phoebs. Ahora mismo salgo.
En el salón todos estaban reunidos, esperando. Finalmente, Rachel bajó las escaleras y se reunió con el resto.
CHRIS: Bien, pues... ya estamos todos aquí.
PHOEBE: ¡Espera! Falta Patty.
MELINDA: Se ha ido a despedirse de Alex, dejémosla su espacio. (mirando a Rachel) Puedes empezar, Rachel.
RACHEL: (tomó aire) Hace 9 meses recibí una extraña llamada al móvil de Karen Andrews citándome para una reunión. Me dijo que conocía a Wyatt porque su bufete se encargaba de los asuntos legales de la compañía, y que le había hecho una recomendación sobre mí, algo que me resultó muy extraño...
WYATT: (interrumpiéndola) No la he visto en mi vida...
RACHEL: En fin, ella me ofreció ese magnífico puesto. Estaba tan emocionada que ignoré por completo todas mis dudas y reticencias. Soy tan tonta... (se llevó las manos a la cabeza)
PRUE: (le sostiene la mano) No te martirices Rachel, no es culpa tuya. Yo tampoco hice caso a las señales cuando me ofrecieron un puesto de tasadora en Buckland.
RACHEL: (toma aire de nuevo) Está bien, os voy a contar algo que he tenido que ocultar por el acuerdo de confidencialidad: cuando me incorporé a mi puesto, me ofrecieron encargarme de la división farmacológica de un revolucionario proyecto de ingeniería genética. Una anomalía genética en supervivientes del desastre de Chernobyl les había proporcionado inmunidad ante una gran cantidad de tipos de cáncer y muchas otras enfermedades que en la actualidad tienen una tasa de mortalidad muy elevada. Karen pretendía replicar ese efecto en un tratamiento que pudiese ser empleado en cualquiera, pero para garantizar el éxito necesitaba que desarrollase un fármaco para evitar el rechazo genético.
CHRIS: Vale, tengo una ligera idea de por donde vas y no me está gustando ni un pelo... (admitió asustado)
RACHEL: Claro, porque... ¿quién se arriesgaría a perder toda su fortuna con el desarrollo de un tratamiento que dejaría obsoleta a la industria farmacológica?
MELINDA: (pensando en voz alta) He visto por la televisión a esa Karen Andrews, y da más impresión de zorra que de santa...
PHOEBE: Es una zorra Melinda, te lo aseguro. Lo he visto. (aclaró sonriente)
RACHEL: Cuando Jared estaba enfermo, pensé en el tratamiento. Me colé en el área de experimentación, pero me llevé una gran sorpresa al ver que ya habían comenzado a hacer pruebas con voluntarios, o al menos es lo que parecía.
PRUE: ¿Es que no les estaban haciendo pruebas? ¿O no eran voluntarios? (Preguntó confusa)
RACHEL: Ambos. Todos ellos fueron secuestrados para el experimento, pero no para probarlo con ellos, sino para entender cómo funcionaban.
CHRIS: ... Joder, me lo estaba temiendo... (confesó asqueado) ¿Estás diciendo... que todos aquellos que viste... eran brujos como nosotros?
RACHEL: (llorando) Cientos de ellos, encerrados contra su voluntad y completamente sedados...
MELINDA: Espera... ¿todo esto es por los poderes? (preguntó desconcertada)
RACHEL: Ese es el objetivo del Proyecto Náyade: replicar los poderes de los brujos para que cualquiera pueda usar la magia.
PRUE: (completamente horrorizada) ¡¡Oh, Dios mío!! ¡¡¡Bobbie!!!
RACHEL: Nunca me pregunté de donde habían salido sus poderes. Desde que lo descubrí sólo pensaba que con lo tímida y reservada que es, no había tenido la confianza suficiente para contármelo hasta entonces.
PRUE: (apenada) Está sufriendo un rechazo...
PHOEBE: (confundida) Pero... pero le dieron el fármaco, ¿no? Lo vi en la premonición...
RACHEL: (negando con la cabeza) Cuando te hacen un trasplante, no basta con tomar una pastilla tras la operación, necesitas un tratamiento de por vida. Bobbie necesita el fármaco si queremos que sobreviva.
MELINDA: (desganada) ¡Genial, más preocupaciones...! ¿Cuál es el plan?
CHRIS: Pues...
WYATT: (interrumpiéndole) Yo iré a la comisaría para intentar arreglar lo de Henry y ponerle al día, y Rachel y Chris irán a Red Swan a sacar toda la información posible y a recoger todas las muestras que puedan de la medicina. El resto os quedaréis aquí en casa preparando pociones y hechizos, no olvidemos que los hombres de James pueden atacar en cualquier momento.
RACHEL: Wyatt, creo que sería mejor que fuese yo sola. Aun no sospechan que lo sé todo y además podré moverme más fácilmente por el edificio.
WYATT: ... Esta bien, pero Chris estará atento desde aquí por si necesitas llamarle.
Wyatt orbitó con rapidez hacia la comisaría, mientras que Rachel corrió hacia la puerta para dirigirse al coche.
CHRIS: ... ¡Ey, gracias por contar con mi opinión! (saltó ofendido mirando al techo)
PRUE: (le da una palmadita en el hombro) No te lo tomes a mal, Chris...
CHRIS: (anda hacia la cocina) A veces siento que no se me valora... Él desaparece durante semanas y todos corren en busca de su consejo, ¡y a mí que me zurzan!
PRUE: (le sigue) Pero no lo hiciste nada mal como cabeza de familia cuando él no estaba... (dijo quitándole hierro al asunto)
PHOEBE: Me voy a hacer más pociones... (mira hacia arriba) ... ¡¡ya que es lo único que esperan de mí esos cretinos que no me hacen ni caso!!
DAG: (canturrea) ♪¡¡Aquí solitos los treeeeeeees...!! ♪
MELINDA: Seee... tú, yo... (mira despectiva) ... y la máquina de hacer cacotas. Déjame cogerla, Dag.
DAG: (se la pasa) Bianca no es una máquina, es un ser vivo orgánico. Pero sí que hace muchas cacotas... (admitió pensativo)
MELINDA: En fin... (le mira desganada) ¿Y tú, mi vida? ¿Dónde estará tu papi, eh? Porque se va a ganar una buena bronca en cuanto vuelva...
DAG: ¿Henry está en la cárcel, no? (preguntó confuso)
MELINDA: Algo así. ¿Por?
DAG: Hace un rato te ha llamado, pero por su voz parecía que había envejecido 500 años.
MELINDA: (atravesándole con la mirada) Ese es mi tío Henry, el padre del Henry que conoces.
DAG: Extraño ritual humano otorgar el mismo nombre a sus vástagos...
MELINDA: (enervada) ¿Y qué quería?
DAG: (confuso) ¿Qué quería quién?
MELINDA: (furiosa) ¡¡¡Mi tío Henry!!!
DAG: Algo de que un compañero suyo ha visto a alguien parecido a Jared en un...
MELINDA: (interrumpiéndole) ¡¿Pero otra vez estamos con esas?! Primero mi madre, ahora tío Henry... ¡¿¡Es que me quieren volver loca!?! ¡¡Jared no se iría de la ciudad sin avisarme!!
DAG: ¿Y dónde está?
MELINDA: ... Yo qué se... (mira a Bianca) ¡¿¡Dónde puñetas se ha ido tu papá!?!
Bianca parecía contenta con las rabietas de su mamá, a juzgar por la sonrisa que se había dibujado en su rostro. El bebé levantó con cuidado su bracito y posó su manita sobre la cara de Melinda, transmitiéndole una premonición.
...
Jared estaba moribundo en la cama del hospital, hablando con James.
JAMES: ¡Jared! (dijo mientras se acercaba y le acariciaba el rostro) Tú y yo somos hermanos. Tenemos un pacto de sangre, y no puedo permitir que estés en esta situación. Voy a salvarte...
JARED: Sssssiemmmmppprrrre ppppprrrotttteggiennndonosss...
JAMES: Exacto, siempre protegiéndonos. Siempre salvándonos. Y yo te voy a salvar de este horrible destino.
James se acercó al respirador y lo desenchufó. Sonriente, se acercó a Jared, y sin que él se lo esperase, le apretó el cuello con fuerza, asfixiándole.
JAMES: Hoy es el día de mi graduación, hermanito. ¡¡Gracias a ti abandonaré hasta el último atisbo de inocencia de mi ser y me alzaré como el demonio más poderoso que jamás haya existido!!
La cara de James era absolutamente diabólica, mientras arrebataba los últimos suspiros de vida de Jared...
...
DAG: ¿Estás bien, Melinda?
Melinda estaba absolutamente seria, con una furia inusitada reflejándose en sus ojos. Se levantó repentinamente, dejando al bebé en brazos de Dag, y se dirigió con rapidez hacia la cocina. Sin mediar palabra, Melinda recogió varios frascos de pociones y caminó con rapidez hacia el ático para coger varias armas afiladas. Sin apenas parpadear, Melinda cogió una poción transportadora y la lanzó a sus pies.
En el cementerio de San Francisco, Jared paseaba con el semblante serio por entre las lápidas bajo el sol del atardecer. Parecía llevar bastante tiempo buscando sin éxito entre las lápidas, hasta que finalmente se sentó frente a una de ellas: “Bianca Evelyn Bradford, 1982-2017”.
JARED: No sé que me está pasando. Por más que intento pensar, no encuentro una respuesta. Estaba... preparado para morir, lo había asumido. Sentí cómo la vida se escapaba de mis dedos y ascendía hacia el más allá, pero una horrible fuerza me empujaba brutalmente de regreso. ¡Pero no ha sido algo casual! Por más que lo intento, esa fuerza me empuja dolorosamente de nuevo a la vida. Si puedes oírme, por favor... ¡ayúdame madre!
????: ¿Otra vez estás hablando sólo? (preguntó en tono jocoso)
En la mansión Halliwell, Prue se encontraba en el cuarto de Rachel, cambiándole la toalla húmeda de la frente a Bobbie, que parecía empezar a volver en sí.
BOBBIE: ¿Qué? ¿Dónde...?
PRUE: ¡Shhh! Tranquila Bobbie, vamos a ayudarte.
BOBBIE: (preocupada) ¿Dónde está Rachel?
PRUE: (dudando) Esto... Ha ido a su trabajo, a buscar algo para ayudarte.
BOBBIE: ... Vale. (sonrió) Por favor, ¿puedes traerme un vaso de agua? Estoy sedienta...
PRUE: Por supuesto.
Prue se dirigió a la puerta, y una vez que estuvo fuera, Bobbie se esforzó por incorporarse. Se acercó al cajón de la cómoda y sacó unos vaqueros y una camiseta, y se vistió y calzó lo más rápido que sus escasas fuerzas podían dejarle. Una vez lista, se acercó hacia la ventana y la abrió.
PRUE: ¡¡Bobbie!! ¡Vuelve ahora mismo a la cama! (le exigió preocupada)
BOBBIE: (negando con la cabeza) No puedo dejar a Rachel allí, es demasiado peligroso...
PRUE: ¡¡¡Bobbie noooo!!! (gritó asustada)
Antes de que Prue pudiera hacer nada, Bobbie saltó por la ventana. Prue corrió hacia la ventana, sorprendiéndose al descubrir que una especie de tentáculo vegetal había envuelto a Bobbie y le había introducido bajo tierra.
En el inframundo, Patricia huía como loca de una bandada de vampiros. Cuanto más rebuscaba por aquellas galerías cavernosas, más perdida estaba y más demonios la perseguían. Patricia se escondió rápidamente en un sombrío surco en la pared de roca, despistando afortunadamente a sus perseguidores, y se internó a través de una oscura galería a través de la que se oían algunas voces.
SASHA: ... Adelante, que ya viene. (le animó)
CLARISSA: ¡Aaagh! ¡Duele mucho! (se quejó)
REBECCA: ¡Date prisa! No tenemos tiempo.
TESSA: (a la espalda de Patricia) Bonito espectáculo, ¿no?
Patricia intentó girarse, pero Tessa le dio un buen porrazo con una vara, haciendo que cayese al suelo.
PATRICIA: ¡Tú! Creía que había acabado contigo...
TESSA: Esa era mi hermana Rina, ¡puta! (le patea el estómago, le agarra del pelo y la arrastra) Mirad a la rata que se nos ha colado...
REBECCA: ¡¡¡Oh, jojojooo!!! Bravo Tessa, acabas de alegrarme el día.
ALEX: ¡¡¡PATTY!!!
PATRICIA: ¡¿Alex?!
Patricia alzó la mirada a su derecha y vio a Alex con los brazos encadenados a la pared. Luego dirigió su mirada al frente, y una sonrisa se dibujó en su rostro.
PATRICIA: (riéndose) Vaya, que sorpresa... La zorra ha vuelto, y encima es de la rosa negra...
REBECCA: Pero no cualquier rosa. Soy la segunda al mando.
PATRICIA: Felicidades, te regalaré una planta... (contestó irónica) Y por lo que veo también eres una mentirosa, no hay embarazo por lo que veo...
REBECCA: ¡Oh, sí que lo hay! Mi fiel Clarissa se ofreció a concebir a nuestra hija. (señala con la mano) Muy pronto será una nueva rosa negra.
Patricia miró en la dirección señalada, y vio cómo Clarissa estaba sofocada en el suelo mientras Sasha cortaba el cordón del recién nacido bebé.
PATRICIA: ¿Y para qué quieres a Alex? ¿Acaso es algún tipo de obsesión enfermiza? (preguntó confusa)
REBECCA: Le hemos sacado información muy valiosa de vuestra familia. Además, el bebé necesita beber toda la sangre del fallecido padre para adquirir su poder demoníaco. ¿Algo más?
PATRICIA: Dime la verdad, para que Alex te oiga: tú fuiste la que asesinó a Isabel, ¿cierto?
REBECCA: (pensativa) Emm... ¿Resumiendo? Sí. Nunca soporté a esa cretina mocosa...
ALEX: (revolviéndose en sus cadenas) ¡¡¡HIJA DE PUTAAAAAAA!!! ¡¡¡¡¡TE MATAREEEEEEEEEE!!!!!
REBECCA: (asqueada) Aagh, qué melodramático... Está bien, es hora de morir.
Rebecca hizo una señal, y entonces Tessa acercó un cuchillo a la garganta de Patricia, pero ésta comenzó a reírse descontroladamente.
PATRICIA: ¿Acaso pensáis que dejaría que me cazaseis tan fácilmente?
Patricia lanzó una poción contra Alex que le liberó de las cadenas, y cuando Tessa se dispuso a cortarle el cuello, el cuerpo de Patricia desapareció como una proyección astral.
PATRICIA: Interesante poción, ¿no?
Patricia apareció de repente por el pasillo frontal, lanzando por sorpresa una llamarada que abrasó y destruyó por completo a Tessa. Cogió de su bolsillo una poción explosiva y la lanzó contra el techo de la caverna, y entonces aprovechó la confusión para derribar a Sasha de una patada, robarle el bebé y entregárselo a Alex.
REBECCA: (furiosa) ¡¡¡AAAAAAAGH!!! ¡¡Ni se te ocurra, asquerosa puta!!
Rebecca saltó sobre Patricia como una pantera y comenzaron a forcejear en el suelo. Rebecca le arañó el cuello, pero Patricia respondió con un mordisco en el brazo y un puñetazo en el pecho que la dejaron noqueada. Patricia la inmovilizó sentándose sobre su abdomen y le agarró con fuerza por el cuello.
REBECCA: Eres... una sucia tramposa (susurró con dificultad)
PATRICIA: (iracunda) Soy la hermana de Alice Halliwell... (prepara una ráfaga de fuego en su mano) ... No nos parecemos sólo físicamente.
SASHA: (interrumpiéndola) Yo me lo pensaría antes de matarla...
Patricia alzó la vista hacia Sasha, que sostenía una espada sobre el cuello de Alex. Rebecca aprovechó el despiste para darle un cabezazo a Patricia en la cara, se puso de pie, cogió una lanza del suelo y la sostuvo sobre su cuello.
REBECCA: Hoy me siento generosa, Alex. Por todo el maldito tiempo que tuve que soportarte te dejaré elegir: ¿Quieres que la mate, o prefieres ir primero?
PATRICIA: Alex, no... (susurró desorientada)
REBECCA: (asintiendo) ¡Tienes razón! Me muero por matar a esta zorra primero...
Patricia cerró los ojos, asumiendo su fatal destino. Rebecca alzó la lanza un poco y la hundió rápidamente con todas sus fuerzas, pero una milésima de segundo antes tanto Patricia como Alex y el bebé desaparecieron entre órbitas.
REBECCA: ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAGH!!! (gritó furiosa)
NAHIA: (fluctuando de repente) ¡¡¡Basta, Rebecca!!!
REBECCA: ¡¡¡QUIERO VERLA MUERTAAAAAAA!!!
Nahia, sin que Rebecca lo esperase, le dio una fuerte bofetada que la tiró al suelo.
NAHIA: ¡Cállate, imbécil! Quiero que entiendas una cosa: las cosas ahora mismo están muy delicadas, y no puedo perder el tiempo resolviendo los líos en que te metes. (le aclaró con frialdad)
REBECCA: Pero... se han llevado al bebé... (replicó decepcionada)
NAHIA: Tú misma has dejado escapar a nuestra nueva hermana. Vas a dejarles en paz a partir de ahora, y vas a obedecerme si sabes lo que te conviene. (le amenazó con dureza) Ahora mismo tenemos cosas muy importantes en juego, y no podemos permitir que la atención de los Halliwell también se dirija hacia nosotras.
El cielo del atardecer estaba cada vez más oscuro, y Rachel permanecía en su coche, dudando. Llena de temor, se acercó hasta las puertas correderas de cristal y se dirigió decidida a cruzarlas.
PAULEY: (chocando inesperadamente con ella) ¡Mira por dónde vas, petarda!
RACHEL: Enana de mierda... (susurró en voz baja)
Rachel continuó su camino sin darle más importancia. El guarda de seguridad, la recepcionista, algunos trabajadores rezagados... todos ellos la saludaban amablemente, y ella les dedicaba a cambio una forzada sonrisa o un rápido gesto de saludo con la mano. Rachel tenía prisa por terminar antes de que nadie pudiese pillarla, así que se dirigió lo más rápido que pudo a su laboratorio. Una vez pasó su ficha electrónica por el SRD-WEAN y consiguió acceso, se lanzó hacia su ordenador personal y comenzó a descargar en una memoria portátil toda la información que pudiese resultar útil sobre su trabajo y los planes de Red Swan.
RACHEL: (fingiendo por si la espiaban) ♪Terminando un trabajo, un trabajo olvidado... Se me olvidó acabar este trabajoooo♪ ¡Mierda! (se quejó al ver que las reservas del fármaco estaban en el laboratorio de experimentación del subsuelo) Ehhh... ¡CREO QUE SE ME HA COLGADO EL SERVIDOR! ¡QUÉ FASTIDIO! ¡TENDRÉ QUE IR AL SUBSUELO A VER A MI AMIGO MARC PARA QUE ME AYUDE!
En la comisaría de policía, el inspector Mull interrogaba nuevamente a un agotado Henry.
HENRY: (llorando) No lo sé, ¡no lo sé! ¡¡Yo quería a Esther!!
INSP. MULL: Vamos chico, confiesa de una vez. Será mejor para todos... (le aconsejó presionándole)
Wyatt, vestido de traje y con un maletín, abrió la puerta de repente.
HENRY: (iluminándosele la cara) ¡Wyatt!
WYATT: (ofreciéndole la mano) Wyatt Halliwell, de Austin & Becker. Soy el abogado de Henry Mitchell.
INSP. MULL: (negándose a saludarle) El señor Mitchell ya tiene un abogado.
WYATT: ¿Anthony Sparks, abogado de oficio? (preguntó dudoso) Sí... Le llamé y le dije que bien podía irse a la mierda. (mira a Henry) Ya me caía fatal ese tipo desde la universidad...
INSP. MULL: (escandalizado) ¡¿Pero qué narices...?!
WYATT: Inspector, le recuerdo que las leyes del estado de Illinois permiten que mi defendido sustituya a su abogado cuando así lo requiera. Y ahora si no le importa, le recuerdo que la ley me permite tener una conversación en privado con mi cliente antes de continuar con el interrogatorio.
INSP. MULL: ... (le mira confundido)
WYATT: Largo.
INSP. MULL: ¡¿Qué?! ¡¿Cómo...?!
WYATT: ¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¡Uaah! (dijo entre burlas) ¿Necesita un diccionario de checoslovaco? Se lo deletrearé: A-D-I-O-S.
El Inspector Mull se levantó enfadado y abandonó la sala de interrogatorios, mientras Henry observaba la situación boquiabierto.
HENRY: Tío, como abogado eres tan bueno que hasta acojonas... (dijo sorprendido)
WYATT: (sonriendo) Es el venazo Halliwell...
Ambos comenzaron a reírse, y entonces se dieron un fuerte abrazo.
HENRY: ¿Qué tal va todo por casa?
WYATT: Ahora no te preocupes por eso...
HENRY: (implorando) ¡Wyatt!
WYATT: (cediendo a sus súplicas) En resumen: James sigue queriendo matarnos pero para variar la Rosa Negra no, Jared ha desaparecido, Phoebe finalmente se ha vuelto loca por lo de Owen, Bobbie está al borde de la muerte porque los dementes de Red Swan la usaron como conejillo de indias para darle poderes de bruja y Rachel ha ido sola a Red Swan arriesgando su vida para poder salvarla. Ah, y casi destrozo la casa mientras dormía.
HENRY: (horrorizado) Tienes razón, ahora no debería preocuparme por eso...
WYATT: En fin, he estado revisando tu caso y no he sacado nada en claro. Por alguna razón el informe policial es un completo galimatías del que no se puede extraer ninguna conclusión. Esto es muy raro...
HENRY: Joder, Wyatt...
WYATT: (consolándole) Tranquilo Henry, llegaremos a la verdad. Mientras tanto intentaré conseguir todo el tiempo que pueda...
En los pasillos de la comisaría, el inspector Mull balbuceaba cosas sin sentido como un energúmeno. El inspector Brewster, sorprendido por tanto jaleo, se acercó a uno de los agentes.
INSP. BREWSTER: Ey tío, ¿qué le pasa a Mully?
AGENTE: Ya le ha entrado de nuevo la neura. Parece que el abogado de su acusado se ha puesto chulito y le ha mandado a paseo. No le viene mal de vez en cuando a ese cretino, ¡jejeje!
INSP. BREWSTER: Entonces... ¿el acusado está ahí solo? (preguntó sorprendido)
AGENTE: Sí. Bueno, él y su abogado.
INSP. BREWSTER: (pensando en voz alta) Ya... Eso puedo asumirlo.
El inspector Brewster se acercó con rapidez hacia la sala de interrogatorios y se coló dentro sin que nadie le viese.
INSP. BREWSTER: (mirando a Wyatt) ¿Tú? Bah, me viene mejor incluso...
WYATT: ¿Pero qué hace aquí, inspector Brewster? (preguntó sorprendido) ¿Es que ahora le ha dado por acosarme?
INSP. BREWSTER: Sí, porque nada me hace más feliz que seguirte... (respondió irónico) Lo tuyo fue raro, pero raro, raro, raro...
WYATT: Dios, otra vez con lo del video porno no... (pensó en voz alta, avergonzado)
INSP. BREWSTER: He estado investigando, rebuscando por todas partes... ¡Joder, si creo que debo haber infringido una docena de leyes hasta que di con vuestro apellido! Eh... (le hace una señal a Wyatt para que se acerque) Dime la verdad: ese tío era un demonio y tuviste que cargártelo, ¿eh?
WYATT: ¡¿Qué?! (contestó incrédulo)
INSP. BREWSTER: (levantando los brazos) ¡Ey, tranquilos! Estoy de vuestra parte, no diré ni mu. Pero parece que no todos piensan lo mismo...
El inspector Brewster sacó un reproductor de videos portátil de su bolsillo y dio al botón de reproducción. Wyatt y Henry observaron atentamente a la pantalla, en la que se veía el parque donde Esther murió. Esther apareció de repente corriendo y asustada, y Henry la empujaba al suelo y comenzaba a agredirla hasta la muerte.
HENRY: (aterrado) ¡¿QUÉEEEEEE?!
INSP. BREWSTER: Lo he birlado del despacho de Mull antes de que lo encontrase. Si esto hubiera llegado a sus manos, te caería el paquete del siglo. (le advirtió preocupado)
WYATT: (observándolo detenidamente) ... Está demasiado bien hecho para ser una falsificación.
HENRY: ¡¡¡Pero yo no he sido!!! (se quejó derrotado) Yo quería a Esther...
WYATT: ¿Por qué nos enseñas esto? (preguntó confuso) No lo entiendo...
INSP. BREWSTER: ¡Es que no tiene sentido! (dijo justificándose) He leído el informe policial, un montón de palabras bonitas para no decir nada. Olía todo muy raro, hasta que mis fuentes me consiguieron el verdadero informe del forense.
WYATT: (lo coge y lo relee) ... Traumatismo craneal... arma homicida: objeto irregular...
INSP. BREWSTER: (le interrumpe) El forense analizó el traumatismo que le causó la muerte y determinó que por el ángulo y la fuerza empleada, el culpable debía ser una mujer de aproximadamente su misma estatura. ¡Y mírale a él! (señaló a Henry) Es un tipo de complexión fuerte y cerca de veinte centímetros más alto que la víctima.
HENRY: ¡Sí, sí! ¡Yo soy así! (asintió emocionado)
INSP. BREWSTER: Mull tiene la acusación únicamente sostenida por la duda razonable. Alguien debe estar untándole bien para conseguir que te condenen, seguramente el mismo que mandase el video.
WYATT: Esto no pinta bien...
HENRY: ¿Qué pasa, Wyatt?
WYATT: Todo esto no tiene ningún sentido. Es... como si quisieran distraernos para que no miremos hacia otro lado... Pero tú tranquilo, haré todo lo posible para sacarte de esto.
HENRY: Gracias, Wyatt.
WYATT: ... ¿Y tú que ganas con todo esto? (cayó de repente)
INSP. BREWSTER: Ella me da las respuestas que busco a cambio de hacer todo lo posible por liberarle.
WYATT: ¡¿Ella?!
INSP. BREWSTER: No me dijo su nombre. Esto... veintitantos, estatura media, con un cuerpazo de impresión y melena rubia. Parecía muy afectada con todo esto...
HENRY: (sorprendido) ¡¿Alice?!
????: ¿Alguna vez has oído hablar de los Manuscritos Akashic?
JARED: Espera... ¿no eras tú la chica que estaba en el hospital?
????: ¿No eras tú el chico que estaba luchando por su vida?
JARED: (confundido) ... ¿Quién... quién eres?
????: ¿Acaso importa eso?
JARED: ¡Pues claro que importa! Debes tener un nombre, ¿no?
????: Si quieres puedes llamarme Wyn, pero ese nombre te diría tanto de mí como cualquier otro...
JARED: ¿Y por qué me sigues? ¿Qué puñetas estás haciendo aquí? (preguntó ofendido)
WYN: ¿Qué puñetas estás haciendo tú? (preguntó sorprendida) Saltas de un edificio, te internas en un incendio... ¡parece como si estuvieses ansiando la muerte!
JARED: ¡¿Qué?! ¡Yo no ansío la muerte, sólo intento descubrir la verdad!
WYN: ¿Qué verdad? Mueres, y luego vuelves a la vida. Mucha gente desearía estar en tu situación.
JARED: ¡Me importa una mierda esa gente! Yo sólo quiero saber por qué me sucede esto.
WYN: ¿Y por qué es tan importante saberlo?
JARED: Porque si hay algo que me hace volver, puede que no tenga ningún reparo en hacerme desaparecer en cualquier momento... (admitió asustado)
Patricia y Alex estaban completamente desorientados, sentados en un banco frente a la estación de autobuses.
ALEX: ¿Cómo... hemos llegado hasta aquí? (preguntó confuso)
PATRICIA: No lo sé, estoy tan perdida como tú.
ALEX: No estoy seguro de lo que ha pasado, todo parece como una horrible pesadilla. ¿Demonios?
PATRICIA: Eso me temo.
ALEX: ¿Y tú...?
PATRICIA: Soy una bruja. Mi familia y yo nos dedicamos a proteger a los inocentes de los demonios.
ALEX: Y... ¿qué es esto? (preguntó extrañado mirando al bebé de sus brazos)
PATRICIA: Es tu hija. Ellas necesitaban que el bebé bebiera toda tu sangre para adquirir su forma demoníaca y obtener sus poderes. Ahora que la hemos salvado, es una niña humana normal, y te necesita.
ALEX: (la mira detenidamente y sonríe) Tiene los ojos de mi padre. Es... es preciosa.
PATRICIA: Sí que lo es. (admitió sonriente) ¿Has pensado en algún nombre?
ALEX: Isabel, como su valerosa tía.
PATRICIA: (llorando) ... Es... perfecto. ¡Hola Isabel!
ALEX: ... ¿Y ahora... qué?
PATRICIA: (mirando hacia atrás) La estación de autobuses está ahí. No es seguro que permanezcáis en la ciudad.
ALEX: Pero...
PATRICIA: (interrumpiéndole) No te preocupes por tus cosas, me encargaré de que te las envíen.
ALEX: (entristecido) ¿Volveré... volveré a verte?
PATRICIA: ... No, no es seguro. Podrían utilizarme para encontraros... (admitió apenada)
ALEX: ... El adiós... nunca ha sido tan duro como lo es ahora. (confesó entre lágrimas) Te he amado con todo mi corazón desde el primer momento en que te vi, pero al final no ha sido suficiente...
Alex se inclinó con cuidado para rozar por última vez los labios de Patricia, un último beso cargado de amor y de dolor y lleno de todo lo que pudo ser y no fue. Alex acarició por última vez la mejilla de Patricia, y finalmente se dio la vuelta, dispuesto a asumir una nueva vida alejada de su amor. Patricia le observaba alejarse emocionada, desgarrándose su corazón un poquito más a cada paso que daba. Las lágrimas brotaban de sus ojos y recorrían imparables sus mejillas como ríos de dolor.
ISABEL: Estará bien... con el tiempo, y tú también.
PATRICIA: (mirando a su espalda) ¡¿Isabel?!
ISABEL: Nunca me paré a pensarlo, pero en realidad fue el mejor hermano mayor que ninguna hermana podría tener.
PATRICIA: Yo...
ISABEL: (interrumpiéndola) Es igual. Estuviste a mi lado cuando te necesité, eso es lo que importa. Yo ya tuve mi camino. Podría haber hecho algunas cosas de otra forma, pero en cierta manera me siento orgullosa de lo que pude conseguir en mi vida, y en gran parte es gracias a ti. Finalmente pude salvar a mi hermano, e incluso a mí misma. Tú en cambio tienes aun un brillante futuro ante ti. Haz que sea memorable.
Patricia, emocionada, se acercó lentamente a Isabel y la estrechó con fuerza entre sus brazos. Ella, de repente, desapareció entre órbitas.
PATRICIA: (sonriendo) Vuela alto, Isabel...
Desde una colina elevada podía verse el barrio residencial y los rascacielos de la ciudad de Chicago a lo lejos, bañados por los últimos rayos del atardecer. Alice se acercó con cuidado al borde del risco y observó la vista desconcertada.
ALICE: ¿Qué hacemos aquí? (preguntó confusa)
JAMES: Disfrutar del espectáculo. Desde aquí hay una excelente vista de la Mansión Halliwell...
ALICE: ¿Para ver qué exactamente?
JAMES: Hoy es el día en que comienza la guerra. La dos veces Warren será arrancada de su hogar para atraer a tu familia como las moscas a la miel. (afirmó confiado) Su poder será muy valioso en mis manos...
ALICE: (horrorizada) ¿Bianca? ¡¿Vas a raptarla?! Jamás te lo permitirán...
JAMES: (acariciándole el rostro) Mi querida Alice... no podrán evitarlo. Su poder... lo que son... es su máxima debilidad. Caerán en las sombras más profundas antes de poder siquiera protegerla.
ALICE: (desconcertada) Esto... no me gusta. Quiero que sufran por abandonarme... ¡pero siguen siendo mi familia!
JAMES: Alice, ellos no te ven como lo hago yo. Has evolucionado, has visto la luz como yo... pero ellos no lo comprenden, y no dudarán en destruirnos en cuanto tengan la oportunidad. (le explicó con seriedad)
James se inclinó sobre Alice y comenzó a besarla. Ella, al principio reticente, se dejó llevar y le correspondió.
JAMES: Linda... (dijo en tono imperativo)
LINDA: (apareciendo de repente) Mi señor...
JAMES: Es la hora. Acompáñalos, sólo puedo confiar en ti.
LINDA: La confianza es buena, una vez confié en un troll y me dio un bastonazo, pero me puse hielo en la cabeza y era... agradable. Bueno, ¡me voy! ¡Estoy ansiosa por terminar! He quedado con un unicornio para buscar perlas... (fluctúa)
JAMES: (mirando al horizonte) Ahora, mi Reina, es hora de disfrutar del... ¡¡¡AAAAAAAAAAGH!!! (gritó dolorido)
James llevó la mano a su espalda hasta lograr quitarse la daga que le habían clavado. Miró detrás suyo, y entonces una sonrisa se dibujó en su rostro.
MELINDA: (con total frialdad) Creo que tú y yo y yo tenemos una conversación pendiente... (le explota)
JAMES: (levantándose con cuidado) ¡Jajajajaja! Creo que deberías marcharte Alice, parece que la fiesta se ha adelantado...
Alice desapareció entre llamas. Melinda sostuvo con fuerza algunas pociones en sus manos, mientras que James, riéndose maquiavélicamente, extendía sus brazos y preparaba unas bolas de fuego.
En el subsuelo de Red Swan, Rachel estaba cada vez más y más nerviosa.
SRD-WEAN: Atención intruso, su pase de seguridad no tiene el nivel autorizado. Atención intruso, su pase de seguridad no tiene el nivel autorizado...
RACHEL: (golpeando el terminal) ¡¡¡Ya lo sé!!! ¡Quiero que me pongas en contacto con Marc Stevenson!
Rachel le atizó una patada, y entonces recibió una descarga eléctrica. Por el pasillo, Oliver se aproximó corriendo hasta su posición y acercó su pase de seguridad al terminal.
SRD-WEAN: Bienvenido, señor Stevenson. Que pase un buen día.
OLIVER: ¡¿Qué estás haciendo aquí?! (susurró enfadado)
RACHEL: No puedo seguir aquí, Oliver. ¡Tengo la sensación de que en cualquier momento vendrá Karen a descuartizarme! (susurró asustada)
OLIVER: Pues estás corriendo muchos riesgos al bajar aquí abajo...
RACHEL: ¡Bobbie se está muriendo! Si no le suministro una nueva dosis del fármaco sufrirá un fallo multiorgánico...
OLIVER: ... Está bien, pero no podemos ser tan bestias como la otra vez que entraste aquí. Me costó mucho cubrir tus huellas... (saca su iPad y comienza a toquetear) Tengo instalado un malware de suspensión de vigilancia y seguridad, pero sólo tenemos 15 minutos hasta que comiencen a sospechar... ¡Ya está! Vamos.
Rachel y Oliver no perdieron el tiempo y se dirigieron hacia el laboratorio de experimentación.
OLIVER: El almacén de suministros médicos está en esa puerta del fondo.
RACHEL: Ahora voy. Pero antes... necesito pedirte otro favor. (saca su memoria portátil) Esa mujer está completamente loca y no dudará en destruir a todo el que se interponga en su camino. Necesito que me consigas toda la información que puedas sobre los planes de Karen, mi familia y yo no nos podemos permitir llevarnos sorpresas.
OLIVER: ... De acuerdo, ¡pero démonos prisa! (le advirtió preocupado)
Rachel corrió hacia el enorme almacén. Hacía algo de frío y estaba bastante oscuro, pero no le preocupaba. Comenzó a rebuscar por las estanterías, hasta que finalmente dio con una enorme reserva del compuesto. Rachel abrió su bandolera y procedió a guardar todo lo que pudo hasta llenarla, pero entonces oyó un extraño sonido a su espalda que le puso los pelos de punta. Intentando hacer el menor ruido posible, Rachel agarró el extintor de incendios que había colgado en la pared a su izquierda y se giró con rapidez empuñándolo con fuerza.
BOBBIE: Rachel... (comienza a toser)
RACHEL: (soltando el extintor) ¿Bobbie?
Rachel corrió hacia ella y la abrazó con fuerza. Estaba algo sucia y manchada de tierra.
RACHEL: ¿Qué haces aquí? (preguntó sorprendida)
BOBBIE: Esto es muy peligroso, no podía dejar que vinieses sola... (vuelve a toser con fuerza)
RACHEL: ¡Espera! Deja que te ponga una dosis...
Rachel sacó uno de los botes con el fármaco y extrajo una dosis con una jeringuilla. Subió con cuidado la manga de la camiseta de Bobbie y procedió a inyectarle.
BOBBIE: Perdóname por habértelo ocultado. No quería ponerte en peligro... (admitió avergonzada)
RACHEL: No te preocupes, no pasa nada (respondió sonriente) En un par de horas deberían pasar los dolores, y te volverás a sentir perfectamente.
Rachel se acercó a Bobbie y comenzaron a besarse. A continuación, Rachel colocó el brazo de Bobbie alrededor de su cuello y la ayudó a caminar fuera del almacén. Al llegar de nuevo al laboratorio, Bobbie se asustó al ver a Oliver.
BOBBIE: Rachel...
RACHEL: Tranquila Bobbie, está de nuestro lado. (aclaró calmándola) Es un agente encubierto del FBI. Su verdadero nombre es Oliver Platt.
OLIVER: Espero que puedas perdonarme, no quería que te sucediese nada de lo que pasó... (confesó avergonzado)
BOBBIE: (sentándose en una silla) ... Tranquilo, estabas haciendo tu trabajo. Lo entiendo, no hay nada que perdonar.
OLIVER: Aun así... Bueno, gracias. Por cierto, ¿cómo has llegado hasta aquí?
BOBBIE: Tomé un atajo bajo tierra...
OLIVER: ¿Como cuando escapaste de Karen? Bien hecho, por cierto. (dijo sonriente) Por cierto Rachel, toma.
RACHEL: (cogiendo la memoria portátil) Gracias, Oliver. Tú jefe tenía razón cuando contacté con él: eres muy bueno en tu trabajo.
OLIVER: (se pone nervioso) ... Bueno... Debéis iros ya. En tres minutos volverán a funcionar los sistemas de vigilancia y de seguridad.
BOBBIE: ... No. (dijo imponiéndose)
RACHEL: Bobbie, Oliver tiene razón. Debemos irnos de aquí cuanto antes.
BOBBIE: ¡¡No, Rachel!! ¡Estoy harta de huir y esconderme! (se quejó enfadada) ¡Aquí hay gente atrapada contra su voluntad! No puedo permitir que sigan sufriendo como ya me hicieron a mí...
Al oír aquellas palabras, Rachel se emocionó. Se acercó hasta Bobbie y se agachó con cuidado hasta rozar sus labios.
RACHEL: No sabes cuanto te quiero... (admitió sonriente) Oliver, márchate antes de que nos descubran. No puedes poner en peligro tu tapadera.
OLIVER: Pero...
RACHEL: ¡¡Oliver!!
OLIVER: Está bien. (corre hasta la puerta, pero se para antes de salir) Todos los informes que leí sobre vuestra familia tenían razón: sois asombrosos. Espero que tengáis suerte...
RACHEL: Vamos allá. (dijo mientras ayudaba a levantarse a Bobbie)
BOBBIE: Es hora de hacer justicia... (admitió decidida)
Rachel y Bobbie corrieron hacia el almacén principal del subsuelo, donde todos los brujos permanecían sedados en biocápsulas.
RACHEL: Grace Cartwright.
BOBBIE: Despertando.
RACHEL: Frederic Spears.
BOBBIE: Despertando.
RACHEL: Oscar Bensforth.
BOBBIE: ¡Despertando!
...
RACHEL: María Dolores Alonso.
SRD-WEAN: Atención intruso. Intromisión de seguridad grave en el almacén A del subsuelo. Atención intruso. Intromisión de seguridad grave en el almacén A del subsuelo.
BOBBIE: ¡Despertando!
RACHEL: Michael Lochley.
BOBBIE: Despertando.
SRD-WEAN: Atención intruso...
...
RACHEL: ¡Eleanor Mason!
BOBBIE: Despertando.
RACHEL: ¡Vamos Bobbie, ya casi estamos acabando! Toshiko Minamoto.
SRD-WEAN: Intromisión de seguridad grave en el almacén A del subsuelo...
BOBBIE: ¡¡Despertando!!
RACHEL: El siguiente es...
BOBBIE: ¡¡Mi gato!! (saltó horrorizada) ¡¡¡Esos malditos raptaron a mi gato y lo cambiaron por un asqueroso demonio!!!
...
RACHEL: Sergei Navka.
BOBBIE: Despertando.
SRD-WEAN: Atención intruso. Intromisión de seguridad grave en el almacén A del subsuelo...
RACHEL: ¡¡Bobbie, es el último!! Jessica Peterson.
BOBBIE: ¡¡¡Despertando!!!
Rachel, emocionada, se lanzó sobre Bobbie y la abrazó mientras todos los cautivos se levantaban. Todos empezaban a quejarse y a vociferar asustados.
RACHEL: (gritando) ¡¡Por favor, escuchadme!! ¡¡¡Tenemos que salir corriendo de aquí antes de que nos descubran!!!
HOMBRE: ¡El infierno! ¡¡¡Los demonios nos han secuestrado!!! (gritó aterrado)
ELEANOR: ¡¡¡Rachel!!! (se acerca corriendo y la abraza) Tenemos que salir de aquí antes de que Karen regrese.
RACHEL: ¡Por... por favor! ¡Escuchadme! (gritando sin éxito)
ELEANOR: (silba con fuerza) ¡¡¡ESCUCHADLA!!!
RACHEL: ¡Chicos, esto no es el inframundo! ¡No puedo daros ahora mismo más explicaciones, pero tenemos que salir de aquí antes de que las cosas se pongan feas! ¡Salid lo más deprisa que podáis por esas puertas grandes de allí arriba y corred hasta la segunda bifurcación a la izquierda! ¡Encontrareis allí unas escaleras de emergencia que os llevarán fuera del edificio! ¡Tened mucho cuidado si encontráis guardias de seguridad por el camino!
Todos, al oír las indicaciones, procedieron a salir de allí lo más deprisa que pudieron. Rachel miró a su alrededor, intentando encontrar sin éxito a Bobbie entre la multitud.
RACHEL: ¡Bobbie! ¡¡¡Bobbie!!!
ELEANOR: (preocupada) ¿Qué pasa, Rachel?
RACHEL: ¡¡No encuentro a Bobbie!! Por favor, ayuda a salir al resto. Yo me iré a buscarla. (sale corriendo)
ELEANOR: ¡Rachel, no! ¡¡¡Rachel!!!
Rachel se adentró por el laberinto de pasillos, decidida a encontrar a Bobbie, pero ese sitio era tan grande que era una tarea casi imposible.
RACHEL: ¡¡¡Bobbie!!! ¡¡¡BOBBIE!!!
BOBBIE: ¡Rachel! (gritó a lo lejos)
Rachel corrió hacia el origen del grito hasta que finalmente encontró a Bobbie, observando la cámara de radiación donde la usaron como cobaya y sosteniendo en sus brazos a su aun adormilado Spock.
RACHEL: ¿Es... es esto?
BOBBIE: Me encerraron y me ataron como un animal, y me hicieron pasar los peores momentos de toda mi vida... (mira a Rachel, llorando) ¡¡Ellos se llevaron aquel día una parte de mí que jamás podré recuperar!!
RACHEL: Jamás permitiré que nadie vuelva a hacerte daño. (la abraza) Acabaré con todo aquel que siquiera lo piense...
BOBBIE: (susurrando) Destrúyelo...
Mientras se abrazaban, Rachel concentró su onda expansiva en la cámara y la destruyó por completo desde el interior. Rachel y Bobbie se dirigieron cogidas de la mano hacia la salida, pero entonces se encontraron frente a alguien inesperado.
RACHEL: (acercándose) ... ¿Benjamin? ¡Benjamin, tienes que ayudarnos! ¡¡Karen está completamente loca!!
BOBBIE: ¡¡¡Rachel nooooo!!! (gritó aterrada)
Antes de que pudieran hacer nada, Benjamin sacó una pistola y disparó tres veces sobre Rachel, la primera vez sobre el hombro y las otras dos en el estómago, haciendo que Rachel cayese al suelo. Bobbie se acercó corriendo a socorrerla.
BOBBIE: (llorando) ¡Rachel! ¡¡Rachel!!
BENJAMIN: En fin... (apunta la pistola sobre la cabeza de Bobbie) Karen tampoco es que te necesite viva...
En el exterior, la confusión reinaba entre los cautivos liberados. Eleanor corría de un lado para otro, preocupada.
ELEANOR: ¡Rachel! ¡¡¡Rachel!!!
MUJER: Var är jag? Var är jag? (preguntó en lo que parecía ser sueco)
ELEANOR: Lo siento, no entiendo su idioma... (fija su mirada en un hombre) ¡¡Tú!!
MITCH: ¡¿Yo?! ¿Qué pasa conmigo? (preguntó confundido)
ELEANOR: Mi sentido arácnido me dice que puedes ayudarme. ¿Recuerdas a mi amiga Rachel, la que nos rescató? Se fue a buscar a su amiga Bobbie, pero aun no han salido.
MITCH: Está bien, creo que puedo hacerlo... (cierra los ojos y alza los brazos, concentrándose) ¡Rachel y Bobbie!
De repente, Rachel apareció entre órbitas tirada en el suelo, con Bobbie inclinada a su lado y llorando.
ELEANOR: (horrorizada) ¡Rachel no! ¡Debemos llevarla a un hospital!
RACHEL: (agonizando) No... es peligroso...
BOBBIE: Hemos llamado a sus primos, pero no contestan. ¡Tenemos que llevarla de inmediato a su casa para que la curen!
En la cocina de la mansión Halliwell, Prue estaba terminando otra tanda de pociones mientras Wyatt estudiaba en la mesa los papeles del caso que le había pasado el inspector Brewster. Prue se acercó un momento para darle un café.
PRUE: Toma, necesitas un poco de energía...
WYATT: Uff... gracias. (contestó desganado)
PRUE: ¿Qué tal va el caso de Henry? (preguntó preocupado)
WYATT: Bien... y mal. Si conseguimos tapar lo del video falso acabarán retirando los cargos, porque en realidad no tienen caso. Pero me preocupa quién haya podido ser el responsable de ese dichoso vídeo. Es demasiado sofisticado como para ser obra demoníaca... (reflexionó dubitativo)
PRUE: Créeme, la experiencia me dice que los demonios no tienen ningún reparo en aprender a comer con cuchillo y tenedor con tal de salirse con la suya... (le advirtió jocosa)
WYATT: Puede ser... ¿Y qué tal... las pociones?
PRUE: Pues... en punto muerto. Nunca valoras la raíz de mandrágora hasta que se acaba. Espero que Phoebe la traiga pronto...
De repente, Chris apareció orbitando en la cocina junto con Patricia.
PRUE: Hola Patty. ¿Qué tal todo con Alex?
PATRICIA: Demasiado intenso... pero no como a mi me habría gustado. Por favor, dejemos el tema aparcado por un tiempo. (respondió entristecida mientras se dirigía como un zombi a la puerta principal)
CHRIS: ¿Adónde vas? (preguntó extrañado)
PATRICIA: ¡A terminar de empaquetar sus cosas! Es que soy un lujo de exnovia... (vociferó desde el pasillo)
WYATT: (mirando a Chris) Pensaba que habías ido a buscar a Rachel...
CHRIS: Pues es extraño, porque pensaba que me había llamado. Supongo que he debido confundir su señal con la de Patty... ¿Y dónde está el mando de la televisión? (dijo mientras rebuscaba)
PRUE: Lo tengo yo, se lo tuve que confiscar a Dag. (se lo entrega) ¿Por?
CHRIS: Hoy iban a emitir en el telediario el reportaje que nos hicieron en el museo sobre la nueva exposición. (respondió mientras hacía zapping) ¡Ajá! En este canal.
PRESENTADOR: ... durante 34 horas, pero por suerte los equipos de salvamento pudieron encontrar a los campistas con apenas una deshidratación leve. Y en otro orden de cosas, hoy un barco pesquero ha descubierto en el mar un cadáver que según han determinado los forenses lleva fallecido cerca de dos años. La desaparición de la víctima, identificada como Charles Watson, inexplicablemente no había sido denunciada hasta el día de hoy, lo que ha llevado a la policía a sospechar de un posible caso de suplantación de identidad...
CHRIS: (apagando la televisión) Vale, esto es demasiado raro...
WYATT: (horrorizado) Pe... pero él... Alison...
Prue se acercó corriendo a Wyatt y le abrazó con fuerza.
PRUE: ¡Shhhhh! Tranquilo... Encontraremos la respuesta a todo esto, pero tienes que procurar mantener la calma. Ahora tenemos que ser fuertes... (dijo intentando consolarle)
Prue le hizo una señal a Chris, y él se acercó y abrazó a Wyatt, que lloraba en silencio sobre su hombro. La puerta de la entrada se abrió de repente, y Prue se acercó para ver de quién se trataba.
PHOEBE: Traigo la raíz de mandrágora. (dijo alzando una bolsa en su mano) ... ¿Ocurre algo?
PRUE: Charlie Watson está muerto. Bueno, en realidad lleva muerto dos años. Acaban de contarlo en las noticias...
PHOEBE: Oh... Pobre Wyatt, debe estar volviéndose loco. (respondió apenada) ¿Hay algo que yo pueda hacer?
PRUE: (recoge la bolsa) Tranquila, ya estamos en ello. (se dirige a la cocina, pero se para) Por cierto, alguien ha venido a verte... (dijo con una sonrisa pícara)
Phoebe la miró confundida, pero al dirigir su vista al salón casi se le para el corazón.
OWEN: Hola Phoebe.
PHOEBE: ¿Owen? ¿Qué haces aquí? (cambia su rostro de la confusión al enfado) ... ¡¿Qué quieren ellos esta vez?!
Owen comienza a acercarse a Phoebe mientras se ríe.
OWEN: Phoebe... Eres única.
PHOEBE: (alza la mano para que se pare) Alto ahí chaval, porque me estoy empezando a perder.
OWEN: No sé que has hecho... o qué has dicho, pero les tienes ahí arriba completamente agotados. Así qué...
PHOEBE: Así qué... (repitió desorientada)
OWEN: Han dicho que estamos a prueba. Siempre que no entorpezca en nuestros cometidos, nos permiten continuar con nuestra relación. (aclaró sonriente)
Phoebe le miraba sorprendida, hasta que por fin su cerebro reaccionó y se lanzó sobre Owen. Los dos comenzaron a besarse apasionadamente, dejándose llevar por la felicidad que aquel mágico momento les había traído. Sus labios se separaron por un instante, pero cuando Phoebe se acercó en busca de un poco más sintió una intensa y dolorosa punzada en el estómago.
OWEN: Pho... Phoebe… (susurró con dificultad)
Una, dos, tres, cuatro y hasta cinco flechas negras más impactaron en la espalda de Owen hasta atravesar el cuerpo de Phoebe, manteniéndoles grotescamente unidos. Phoebe únicamente pudo emitir un último y sonoro grito de dolor antes de caer inconsciente.
PRUE: ¡¡Phoebe!! (gritó mientras se dirigía la pasillo) ¡¡¡Wyatt, Chris, cuidado!!! ¡¡Hay luces negras!!
Prue agarró una poción explosiva que guardaba en el bolsillo y se la lanzó al luz negra, que estalló en pedazos. Sin embargo, un demonio aprovechó la ocasión para fluctuar a su espalda y lanzarle una bola de energía que la estampó contra la pared, llevándose un golpe muy feo en la cabeza.
CHRIS: ¡¡¡Prue!!!
Chris, furioso, lanzó por los aires al demonio con su telekinesis. Él y Wyatt se encaminaron hacia el pasillo y entraron en el salón, donde se encontraron a varios demonios y warlocks. Wyatt consiguió calcinar a un par de ellos con su onda calorífica, mientras que Chris hizo morder el polvo a otros tantos al desviar las bolas de fuego que le habían lanzado. En poco tiempo consiguieron derrotarlos a todos, pero cuando se dirigieron al pasillo para socorrer a los demás, un luz negra escondido en la escalera alcanzó con su flecha a Wyatt en el estómago. De repente, la puerta principal se abrió de par en par.
PATRICIA: ¡Muerde el polvo, cabrón! (lanza una ráfaga de fuego que destruye al luz negra) ¡¿Qué está ocurriendo?!
CHRIS: ¡¡Patty cuidado!! (le advirtió asustado)
Chris intentó evitarlo, pero el demonio que había tras la puerta fue más rápido y lanzó una bola de energía a Patricia que la dejó noqueada. Chris agarró una poción y se dispuso a tirársela, pero antes de poder lanzarla, una flecha negra impactó en su espalda, haciendo que cayese al suelo derrotado. Wyatt, con las pocas fuerzas que le quedaban, orbitó semiinconsciente los cuerpos de su familia a su alrededor y generó un campo de fuerza para protegerlos.
DEMONIO: Maldito Halliwell...
LUZ NEGRA: Sí, cuando ya estábamos a punto de acabar con ellos...
LINDA: Lamentarse es inútil. Yo me lamenté cuando me hice la permanente, pero aun así sigo con el pelo frito. Eso me recuerda que tengo que hacerme la permanente... En fin, ¡buscad al bebé! Es una cosa pequeña y horrible...
Linda se fue a buscar a la cocina, mientras los demás buscaban por el resto de la casa.
LINDA: Bebé, bebé, bebé... (abre el horno) ¡Dios santo! ¡¡Han cocinado al bebé!!
????: ¡¡¡AAAAAAAAAAGH!!!
LINDA: Interesante grito. Me pregunto qué estará pasando por ahí... (pega un bocado) Mmmm, la carne de bebé está exquisita...
Mientras tanto, en el piso de arriba Dag estaba vigilando al bebé.
DAG: (quejándose) Eres un poco aburrida, te pasas todo el día durmiendo...
La puerta se abrió de repente, y alguien lazó una poción del sueño contra Dag.
En el cementerio de San Francisco, la luz ya apenas llegaba. Jared y la misteriosa chica llevaban ya un buen rato sin hablar.
JARED: ... Así que... ¿vas a estar callada todo el rato? (preguntó curioso)
WYN: ¿Qué quieres que te diga? Pareces muy convencido con lo que quieres hacer...
JARED: Para ser alguien que tiene todas las respuestas, a veces eres un poco indescifrable...
WYN: Yo no tengo todas las respuestas (respondió harta)
JARED: Pues cualquiera lo diría...
WYN: A ver... Tristan Warren tuvo una hija con una luz negra... y el abuelo de tu madre era un luz blanca... mezcla de sangres prohibida... bla, bla, bla... ¿Te basta con eso?
JARED: Entonces... ¿es algo que soy? (preguntó confuso)
WYN: Tampoco hacía falta ser un genio para imaginárselo...
JARED: Pero... no sé, es demasiado raro. Algo falla.
WYN: ¡¿Y qué más da eso ahora mismo?! Estás obsesionado con el mañana, con que no quieres abandonar a tu familia... ¡¡pero la estás perdiendo hoy!! ¡Tienes que vivir tu vida y disfrutar de cada precioso momento que tengas con ellos! De lo contrario, puedes perderlas mucho antes de lo que crees...
JARED: Yo...
WYN: Tienes una esposa que te ama, y que ha soportado meses de sospechas y de dolor. Tú en cambio no haces más que alejarte, y si estuvieras a su lado sabrías que ahora mismo está al borde de la muerte.
JARED: ... Me.. ¡¡Melinda!! (susurró aterrado) ¿Cómo he podido llegar... a esto?
WYN: Aun puedes cambiar las cosas. Es hora de volar, ángel.
Wyn se acercó a Jared y puso su mano sobre su hombro. El cuerpo de ambos comenzó a brillar, hasta que finalmente desaparecieron.
En lo alto de la colina, Melinda acababa de recibir un golpe que le había hecho salir por los aires. Con mucha dificultad, intentó ponerse de pie, mientras James disfrutaba del espectáculo.
MELINDA: Era tu amigo... ¡¡tu hermano!! (gritó furiosa mientras le explotaba) ¡¡¡CÓMO PUDISTE MATARLE!!!
JAMES: Porque era lo que se merecía... (la lanza con telekinesis) Y también va siendo hora de que tú recibas lo que te mereces...
James alzó su mano y preparó una poderosa bola de fuego. Melinda intentó acumular sus fuerzas para evadir el ataque, pero estaba tremendamente agotada y dolorida. James dibujó una malévola sonrisa en su rostro, y con gran rapidez lanzó la bola de fuego hacia Melinda.
JARED: (apareciendo mágicamente) ¡¡Noooooooo!!
Jared corrió lo más rápido que pudo y se interpuso en el recorrido de la bola de fuego, cayendo violentamente al suelo y falleciendo en el acto. Melinda se acercó al cuerpo de su amado con lágrimas en los ojos y se agachó a su lado.
MELINDA: ¡¡Jared!! ¡¡¡NOOOOOOO!!! (gritó desolada)
JAMES: Vaya con el pequeño Jared, ni que fuera un gato... (dijo entre risas) Es igual, siempre da gusto matarle... Y ahora te toca hacerle compañía.
James preparó en sus manos otra bola de fuego. Melinda, asustada, cerró los ojos dispuesta a asumir su fatal destino.
JARED: (levantándose de repente) Yo no estaría tan seguro.
Jared le atizó una fuerte patada en la pierna a James que le hizo perder el equilibrio, y entonces cogió una piedra afilada del suelo y se la clavó en el estómago. Aprovechando la confusión, Jared cogió en brazos a Melinda y usó una de las pociones transportadoras que ella llevaba para regresar a casa.
JAMES: ¡Agh! Cómo odio a ese niñato... (se quejó enfadado)
Cuando Melinda abrió por fin los ojos, se encontraba frente a la Mansión Halliwell, en los brazos de Jared. Jared la situó con cuidado en el suelo.
MELINDA: Creía... que James te había matado.
JARED: Así fue... por un momento.
MELINDA: ¡¿Qué?!
JARED: Desde que regresé a la vida aquel día en la morgue, he tenido esta sensación extraña... No sé cómo explicarlo, ni yo mismo lo entiendo del todo. (respondió confundido) Lo único que puedo decir... es que hay algo que me impide morir.
MELINDA: Más secretos, y más mentiras... por mi bien, claro. (saltó enfadada)
JARED: Lo siento, tienes razón. Intento protegerte de todo, como si pensase que no eres lo bastante fuerte para asumir las cosas, pero sí que lo eres. He cometido errores, sólo espero que seas capaz de darme la oportunidad para compensarte y rectificarlos...
MELINDA: Jared, yo...
Antes de poder dejarla hablar, se acercó un coche a toda velocidad y se estampó contra la valla de la casa, no atropellando a Melinda y Jared de milagro.
MELINDA: (furiosa) ¿Pero qué puñetas...?
BOBBIE: ¡Ayuda! ¡¡¡Ayuda, por favor!!! (gritó aterrada)
ELEANOR: ¡Han disparado a Rachel!
MELINDA: ¡Vamos, Wyatt tiene que curarla de inmediato!
Jared corrió hacia el coche a ayudar a Bobbie y Eleanor a cargar con el cuerpo inconsciente de Rachel mientras Melinda se dispuso a coger sus llaves y abrir la puerta. Sin embargo, cuando quiso introducirla en la cerradura, la puerta cedió y se estampó directamente contra el suelo. Melinda, algo asustada, se dispuso a entrar en el recibidor, hasta que finalmente divisó los cuerpos de su familia.
MELINDA: ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAGH (gritó horrorizada)
ELEANOR: ¿Pero qué ha pasado aquí? (preguntó sorprendida)
PATRICIA: (dolorida) Ooogh...
JARED: ¡Patty! (se acerca a ayudarla)
PATRICIA: Luces negra... James... (balbuceó aturdida)
Patricia se levantó con cuidado, dirigiéndose hacia la cocina. De repente, el pánico se apoderó de nuevo del rostro de Melinda.
MELINDA: ¡¡El bebé!!
Melinda corrió por las escaleras hacia el segundo piso, y no tardó en oírse otro aterrador grito.
MELINDA: (bajando por las escaleras) ¡¡¡Se la han llevado!!! ¡¡¡SE HAN LLEVADO A MI NIÑA!!!
Jared perdió repentinamente las fuerzas y cayó de rodillas al suelo. Comenzó a gritar y a llorar de rabia y dolor.
JARED: ¡¡¡TE MATARÉEEEEEEEEE!!! ¡¡¡ESTÁS MUERTO, JAMES!!! ¡¡¡ACABARÉ CONTIGOOOOOOOO!!!
En una enorme sala del inframundo, miles de súbditos de James estaban reunidos, dispuestos a oír su discurso. James esperaba en la sala contigua, con Alice entre sus brazos.
JAMES: Es la hora.
ALICE: ... Tengo miedo.
JAMES: ¡Shhhh! Tranquila, estoy a tu lado. Muy pronto comenzará la batalla final, y ya no habrá marcha atrás...
James comenzó a besar a Alice apasionadamente, mientras el ruido ensordecedor de la multitud taladraba en los oídos de Alice y la hacían temblar de terror como nunca jamás lo había hecho. James acarició una última vez su cuello, y se dispuso a salir frente a la multitud.
JAMES: Hoy... es un día memorable. Durante milenios hemos tenido que padecer la opresión de la magia blanca, pero eso ya se acabó. La mayor fuerza del bien vendrá a por nosotros con todo su poder, ¡pero nosotros les haremos frente y les derrotaremos para siempre! El cebo ya ha sido colocado, muy pronto los infames Halliwell vendrán cegados por la venganza y caerán ante nuestro poder. ¡Porque somos más fuertes, y porque somos más numerosos y estamos unidos! Pero sobre todo... ¡porque este es el inframundo! Jugamos en nuestro terreno, ¡¡¡y la batalla final será nuestra!!!
Todos los presentes comenzaron a gritar de júbilo y alegría, alabando a James. De entre la multitud, Linda se acercó corriendo a James y le susurró algo al oído, algo que hizo que su cara pasara de la alegría al más profundo enfado.
Patricia se movió cojeando por la cocina, hasta que llegó a la puerta del patio trasero. Una vez estuvo fuera de casa chasqueó los dedos, transformándose su aspecto hasta adquirir el de Pauley. Pauley cogió su teléfono del bolsillo y marcó un número.
PAULEY: Estoy dentro. Se han creído que James tiene al bebé.
KAREN: Perfecto, el Proyecto Náyade ha sido un rotundo éxito. Ya hemos desarrollado el suero con la sangre de la niña, y estaba en lo cierto: era el catalizador para estabilizar los poderes.
PAULEY: Genial, pero tenemos un problema: Rachel y Bobbie han conseguido escapar del laboratorio.
KAREN: Vigílalas.
Pauley, sonriente, colgó el teléfono y chasqueó los dedos, volviendo a adquirir el aspecto de Patricia.
En el despacho presidencial de Red Swan, Karen daba vueltas alrededor de una silla, con una perturbadora sonrisa en su rostro.
KAREN: Y ahora... ¿qué voy a hacer contigo? (se preguntó entre risas)
SAUL: Yo... hice todo lo que me pidió. Por favor, ¡déjeme volver a verle! (le imploró entre lágrimas)
KAREN: ... Creo que esto es mejor...
Karen extendió su brazo, lanzando una ráfaga de llamaradas oscuras que destruyeron dolorosamente a Saul.
Karen se acercó sonriente hacia su escritorio.
KAREN: Estamos un paso más cerca de cumplir nuestro objetivo... (afirmó emocionada)
El sillón se giró, revelando a la persona que había al otro lado.
NAHIA: (sonriente) Te dije que no había nada que temer. En cuanto acabéis con la niña, la llevaremos al inframundo para que nuestra treta funcione. Muy pronto los Halliwell se enfrentarán a James en la batalla final.
KAREN: Ahora, debemos pasar a la siguiente fase. Primero la ciudad...
NAHIA: Luego el inframundo...
KAREN: Y finalmente, el mundo entero.
Karen y Nahia se acercaron sonrientes hacia el enorme ventanal, admirando el imperio que pronto sería suyo. Escrito por Marlop88
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