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3x02 EL CORCEL SAGAZ Y LA PRINCESA EN EL PÁRAMO DE LA SOLEDAD (1ª parte)

En el salón de la mansión Halliwell, Eleanor permanecía en el sofá con la mirada perdida mientras la luz del atardecer parpadeaba difusamente sobre su rostro gracias a las cortinas.
ELEANOR: Es increíble que la vida de una persona pueda caber en apenas un par de cajas… (observó desconcertada)
RACHEL: Siento que no hayamos podido recuperar nada más de tus cosas. Hay gente con muy poca vergüenza por el mundo… (respondió asqueada)
ELEANOR: (dibujando una falsa sonrisa) Es igual, me las apañaré. Sólo son cosas.
RACHEL: Puedes dejar tus cajas en la habitación del fondo, a la izquierda.
ELEANOR: De verdad que no quiero abusar…
RACHEL: Nellie, no seas burra. Aquí eres bienvenida, no tienes por qué dormir en el sofá. (insistió ofendida)
ELEANOR: Será sólo un par de días, hasta que encuentre un sitio decente para mudarme…
RACHEL: Tómate todo el tiempo que necesites. Desde que Alice se marchó, y lo de Prue… En fin, esa habitación lleva mucho tiempo vacía. (señaló con tristeza).
Eleanor cogió su estetoscopio y comenzó a juguetear con el, probando su funcionalidad. Al comprobar que estaba defectuoso, lo tiró con desgana de nuevo a la caja y miró a Rachel con tristeza.
ELEANOR: Recuerdo algunos retazos… No puedo recordarlo bien, pero sé que había un sitio desconocido donde la vi. Algo me decía que era importante, necesaria… ¿Dónde está Prue?
Rachel agachó la cabeza y miró para otro lado.
RACHEL: Ojalá pudiéramos saberlo… (respondió apenada)
Eleanor, sintiéndose culpable por la reacción de su amiga, recogió con cuidado sus cajas y se dispuso a subir las escaleras. A medio camino giró la cabeza y echó un último vistazo hacia Rachel, que suspiraba divisando la panorámica de aquel hermoso atardecer mientras se guarecía entre las mangas de su vieja chaquetilla de lana.
La impotencia recorrió súbitamente el cuerpo de Eleanor. A pesar de que poseía esos extraños poderes premonitorios, era incapaz de utilizarlos de manera provechosa alguna, al menos no como lo podían hacer Phoebe o su madre. Aun así, el mundo de la magia era algo totalmente nuevo para ella, así que decidió aparcar por el momento sus preocupaciones y se dispuso a continuar su trayecto hacia la habitación que la primogénita Mitchell le había indicado.
Eleanor se acercó lentamente a la puerta entreabierta, y al abrirla se llevó un pequeño susto, pues no esperaba encontrar a nadie en su interior.
PIPER: ¡Oh! Perdona si te he asustado. Yo… (dijo dubitativa)
ELEANOR: No pasa nada. (Miró a su alrededor unos segundos antes de volver a hablar) Rachel me ha dicho que me quedara aquí. Unos días sólo, hasta que encuentre piso…
PIPER: ¡Claro, por supuesto! Puedes ponerte en aquella de la ventana, Alice no la va a usar en algún tiempo… (reconoció con tristeza)
ELEANOR: Gracias, muchas gracias.
PIPER: No hay de qué. (Miró hacia un paquete de la mesilla y resopló) Yo… ni siquiera sé qué hago aquí, la verdad.
ELEANOR: ¿Es por… Prue? ¿Habéis descubierto algo nuevo? (preguntó preocupada)
PIPER: ¿Eh? Oh, no. No es eso. Es… una estupidez (dijo mientras recogía el paquete envuelto de la mesilla). Estaba hoy en un mercadillo de antigüedades, y he visto una Zeiss Ikon Ikoflex a buen precio y en perfecto estado.
ELEANOR: Una… ¿qué? (preguntó extrañada)
PIPER: Es una cámara antigua. A Prue le encanta la fotografía y… Bueno, el caso es que sólo quedan dos semanas para su cumpleaños, y pensé que le encantaría como regalo. Por un mísero instante olvidé que ella no... no estaba… ¡Soy tan tonta! (dijo con lágrimas en los ojos)
ELEANOR: Pero ella… volverá, ¿no? No ha… (se paró de pronto, ahogando la palabra “muerto”)
PIPER: (llorando) No lo sé… He intentado hacer todo lo que sé, todos los hechizos y conjuros que conozco… y nada. ¡Es como si ella hubiese dejado de existir! Ha pasado ya más de dos semanas, y no hay respuestas. Empiezo a pensar que debemos esperar lo peor…
ELEANOR: Eso… eso no es… ¡Aagh! (se quejó mareada)
PIPER: ¿Eleanor? ¿Qué te sucede? (preguntó asustada)
ELEANOR: La… lámpara…
Piper dejó el paquete en la mesilla de forma descuidada y se acercó corriendo a ayudar a Eleanor. A mitad de camino, la lámpara de la mesilla se tambaleó y se estampó contra el suelo, rompiéndose en mil pedazos. Piper se giró y observó con confusión los añicos.
ELEANOR: Un coche… frenazo… bocina… gritos…
Desde la calle llegó el intenso bramido del motor de un coche corriendo a toda velocidad. De repente, el sonido de un fuerte impacto, seguido por el de una bocina y los gritos de una mujer inundaron la calle.
ELEANOR: Phoebe…
PHOEBE: ¡Aaagh! ¡Me he cortado! (gritó desde la cocina)
PIPER: ¡Eleanor, me estás asustando!
ELEANOR: Un bebé… llora…
La pequeña Bianca, que dormía tranquilamente en su cuna, comenzó a llorar a causa de tanto ruido. Piper miró hacia el pasillo extrañada, y entonces se giró de nuevo hacia Eleanor y la sujetó por los hombros.
PIPER: ¡¿Qué está sucediendo?!
Eleanor, al sentir el contacto de Piper, comenzó a convulsionar con la mirada perdida. Segundos después cesó, y miró aterrada a los ojos de Piper.
ELEANOR: Prue…
PIPER: ¿Qu… qué?
Eleanor, sin pararse a responder, se soltó de los brazos de la embrujada y se dirigió trastabillando al pasillo. Dudando, se encaminó hacia las escaleras del fondo y se dispuso a acceder al ático. Piper, tan asustada y preocupada como estaba, fue corriendo en su búsqueda.
Al llegar al ático, Piper se quedó boquiabierta. Eleanor estaba cogiendo ingredientes mágicos de forma nerviosa y los depositaba sin cuidado sobre la mesita baja donde reposaba el caldero.
PIPER: ¿Qué estás haciendo?
ELEANOR: ¡No… no lo sé! (respondió asustada mientras echaba con rapidez ingredientes desconocidos para ella)
PIPER: ¿Es una poción? ¿Para qué?
ELEANOR: No estoy segura… no lo sé…
PIPER: ¿Y cómo sabes qué ingredientes usar? (preguntó entre sorprendida y asustada)
ELEANOR: ¡No lo sé! (respondió mientras se sujetaba la cabeza, llena de pánico) No tengo ni idea de lo que estoy haciendo, sólo sé que es importante. No sé por qué tengo que echar primero estos polvos, o por qué debo remover mientras añado estas hojas secas… ¡Sólo sé que es así como debe ser!
PIPER: ¡¡¡RAAAAAAAAAAACHEL!!! (gritó enervada mientras miraba hacia la puerta del ático)
Eleanor cogió el cristal localizador y lo situó sobre el caldero. En cuestión de segundos comenzó a oscilar violentamente sobre él. Piper observaba la escena atónita.
PIPER: ¡¡¡RAAAAACHEL!!! ¡¡¡Mueve aquí tu científico culo!!! (gritó nuevamente, enrojeciendo de ira)
ELEANOR: Por los poderes del Sol y la Luna, la luz y la oscuridad, fuego y hielo, tierra y aire… Espíritus arcanos, desvelad el secreto más oculto. ¡Encontrad a la hija perdida! ¡Abrid la puerta de su destino y liberad su poder!
RACHEL: ¡¿Qué pasa?! (gritó mientras entraba por la puerta) ¡Dios mío!
ELEANOR: (gritando fuera de sí) ¡Oh guardianes de las sombras, yo os invoco! ¡¡¡MOSTRADNOS EL CAMINO!!!
Un intenso viento huracanado, salido de la nada, comenzó a agitar con fuerza el ático, rodeando a Eleanor y Piper como si de un pequeño tifón se tratase. Multitud de frascos, libros e ingredientes mágicos revoloteaban violentamente a su alrededor, mientras la experta embrujada y la novata bruja se abrazaban aterradas. La electricidad estática del ambiente comenzó a concentrarse y multitud de arcos eléctricos comenzaron a desperdigarse peligrosamente por la habitación.
RACHEL: ¡¡¡Nellie!!! ¡¡¡Tía Piper!!! (gritó aterrada)
Rachel, dispuesta a todo por protegerlas, intentó vencer la fuerza del viento mientras se acercaba hasta ellas. Intentó dirigir una onda expansiva en forma de burbuja sobre ambas a modo de protección, pero entonces una extraña descarga energética, como una especie de polvo dorado, impactó violentamente sobre su pecho y la lanzó por los aires hasta chocar contra la pared del ático, dejándola inconsciente.
PIPER: ¡Rachel!
El viento, junto con todos los restos de la habitación, comenzó a girar cada vez más y más deprisa, hasta que una luz cegadora estalló, reventando por completo todo el tejado de la mansión.
Desde los restos de la puerta del ático, Wyn observaba con tristeza el cielo anaranjado que se filtraba entre los escombros del tejado.

“Por los poderes del Sol y la Luna, la luz y la oscuridad, fuego y hielo, tierra y aire. Espíritus arcanos, desvelad el secreto más oculto. Encontrad a la hija perdida. Abrid la puerta de su destino y liberad su poder. Oh guardianes de las sombras, yo os invoco. Mostradnos el camino…”

PIPER: (llena de nervios) Creo que lo hemos conseguido. ¡Seguro que lo hemos conseguido! ¿Crees que lo hemos conseguido?
PRUE: No lo sé… De no ser así ya habría atacado.
DR. GRIFFITHS: ¿De quién estáis hablando? Primero me decís que mi vida está en peligro, después me sacáis de mi trabajo… ¡y ahora habláis de demonios y brujas! ¿Quién diablos sois? (preguntó desconcertado)
PRUE: Mire, sé que esto suena increíble, pero eso no lo hace menos cierto. Usted es un sanador. Hace el bien. Ha salvado demasiadas vidas, o está a punto de salvar una que ellos no quieren que salve…
DR. GRIFFITHS: ¿Ellos?
PRUE: ¡Sí, demonios! Concretamente Shax, el asesino de La Fuente.
DR. GRIFFITHS: ¡Ya entiendo! Esto… es una broma, ¿verdad? (dijo entre risas) ¿Dónde está la cámara oculta? ¿Os ha contratado mi segunda esposa? ¡Es muy de su estilo!
PRUE: ¡Eh! Dr Griffiths, escúcheme. Esto es de todo menos…
De repente, una sensación muy familiar dejó a Prue completamente paralizada.
PIPER: ¿Qué? (preguntó preocupada)
PRUE: No sé… He sentido un escalofrío.
De un gran estruendo, las puertas principales de la mansión Halliwell se abrió de par en par. Un fuerte viento recorrió con rapidez el hall, tumbó con facilidad a las hermanas Halliwell y se detuvo frente al Dr. Griffiths, revelando la aterradora figura del poderoso demonio Shax.
DR. GRIFFITHS: ¡Dios santo! (dijo aterrorizado)
Shax, sin dudar un segundo, alzó con decisión su brazo derecho y dirigió una potente ráfaga aerokinética contra el doctor.
PRUE: ¡No! (gritó mientras se acercaba a socorrerle, recibiendo de lleno el impacto) ¡Aagh!
PIPER: ¡Prue! (dijo preocupada mientras se levantaba, sin tiempo para reaccionar ante la segunda ráfaga aerokinética que el demonio lanzó contra ella) ¡Aagh!
DR. GRIFFITHS: ¿Qué eres tú?
SHAX: El fin…
Shax alzó nuevamente su brazo derecho, y sin vacilar un segundo, lanzó una nueva ráfaga aerokinética sobre el Dr. Griffiths, impactando de lleno en su pecho y estampándole contra la cristalera del comedor. Satisfecho con su trabajo, Shax dio media vuelta y volviendo a su forma de viento se dirigió hacia las puertas principales de la mansión.
A su salida, las puertas se cerraron de par en par, reventando los cristales en el proceso. Dentro dejaba un espectáculo aterrador: dos chicas jóvenes y un hombre de mediana edad al borde de la muerte.

Prue estaba totalmente desorientada. Todo a su alrededor era oscuridad absoluta e insondable. Sin embargo, sentía una débil corriente eléctrica surcar por todo su cuerpo, y sus oídos podían percibir distorsionadas voces que parecían muy, muy lejanas.
PIPER: ¡Vamos, no respira!
????: ¡Prue! ¿Puedes oírme?
????: ¡Hago todo lo que puedo! ¡No reacciona!
PRUE: Puedo oírte. ¿Quién eres?
PIPER: ¡Ni se te ocurra abandonarme, Prue! ¡No puedes dejarnos! No después de…
????: ¡Vuelve con nosotros, Prue! ¡No nos dejes! No me…

????: ¿Dónde estás? ¡No puedo verte!
PRUE: Estoy aquí. ¡Tengo miedo!
PIPER: ¿Qué? ¿Qué puñetas te crees que estás haciendo? ¡Sánala! ¡¡¡Sana a mi hermana!!!
????: ¡No puedo alcanzarte! ¡Ayúdame!
????: Está… ¡Está muerta!
PRUE: No puedo… ¡No puedo moverme! Me empuja con fuerza… ¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaah!!!
PIPER: ¡No! ¡Ni se te ocurra! ¡¡¡DEVUÉLVEMELA!!!
????: No puedo… respirar. Prue… ¡¡¡PRUEEEEEEEEEEEEEEE!!!

????: No te abandonaré, no ahora que por fin te he encontrado. ¡Te necesitamos! ¡Dame la mano!
PRUE: ¡No me sueltes! ¡Aaaaaaaaaagh!
Prue sintió una repentina punzada en el estómago, como si una espada la atravesara y la cortara en dos. El dolor era terrible, insoportable. Prue intentaba luchar con todas sus fuerzas, pero algo en su interior le decía que era inútil, que no había escapatoria posible. Una poderosa fuerza la empujaba hacia la oscuridad, y Prue sentía que la estaba destrozando en el proceso.
En la mansión Halliwell, Piper permanecía sentada en el suelo del hall con lágrimas en los ojos. Miraba catatónica aquel cadáver recostado sobre los escombros, el cuerpo sin vida que minutos antes había pertenecido a su querida hermana mayor. Piper se acercó lentamente al cuerpo y con cuidado se dispuso a limpiar con la manga de su camisa el hilo de sangre que surcaba la comisura de sus labios, pero al sentir el tacto de su fría piel sintió un horrible escalofrío que por muy poco no la hizo vomitar. Acercó sus labios por última vez a la frente de su difunta hermana, pero antes de poder rozarla siquiera, una intensa ráfaga de luz dorada escapó del cuerpo de Prue y lanzó contra la pared a la incauta Piper.
PIPER: ¡Aaaagh! ¿Pero qué…? (se quejó dolorida)
PRUE: (tosiendo con fuerza) Ugh…
PIPER: ¿Prue? (se acerca corriendo al cuerpo) ¡Prue! ¡¡¡Ayuda!!! ¡¡¡ESTÁ VIVA!!!
Prue se dispuso a abrir los ojos con cuidado. Lo veía todo borroso, como si se desplazase a una velocidad vertiginosa. Estaba totalmente desorientada, pero podía sentir sobre su abdomen el calor de las manos sanadoras de un luz blanca, curando sus lesiones. Prue se relajó un momento sobre aquel suelo irregular y cerró los ojos para intentar librarse de aquellas desagradables náuseas.
PRUE: Creo… que he tenido un sueño muy raro…
PIPER: ¿Estás bien? ¿Te duele algo? (preguntó en un estado de preocupación extrema)
PRUE: Agh, es como si un elefante hubiera tenido la feliz idea de echarse una siesta sobre mi cráneo. Pero basta de hablar de mí. ¿Qué tal lo de James y lo de Bianca? ¿Ha ido todo bien, Mel?
PIPER: ¿Mel? (dijo confusa) Prue, ¿de qué narices estás hablando? ¿De verdad que estás bien?
Prue abrió los ojos con rapidez. Por un segundo había bajado la guardia, pero acababa de darse cuenta de que aquel tono de voz no se correspondía con el de su sobrina y, a efectos legales, hermana Melinda. Se incorporó al instante, procurando obviar en la medida de lo posible los efectos del mareo que aun le acompañaba, y entonces un ahogado grito de sorpresa se escapó de sus labios.
Esa no era su casa, o mejor dicho, no era su casa de Chicago, y los que estaban frente a su rostro no eran su sobrina Melinda ni su luz blanca Owen. Ni siquiera ella era la misma: llevaba una ropa pasada de moda y su largo cabello negro colgaba más allá de su habitual media melena. Prue volvió a cerrar los ojos y los abrió con rapidez, intentando enfocar mejor la escena de una realidad que le era totalmente ajena.
PIPER: ¿Qué te ocurre, Prue?
PRUE: ¿A… Andy? (susurró confusa)
PIPER: Al menos te recuerda. Eso es buena señal (dijo en tono sarcástico al ex-policía mientras sonreía y le daba unas palmaditas en el hombro)
ANDY: Menos mal que has vuelto con nosotros, Prue. Por poco te perdemos…
PRUE: Todo esto es muy extraño… ¿Dónde están Wyatt, Chris, Mel…?
PIPER: ¿Quiénes?
PRUE: ¡Tus hijos! Tuyos y de Leo.
PIPER: Yo… no tengo… hijos… (respondió con una mirada cargada de furia y tristeza) Está peor de lo que pensábamos.
PRUE: Espera… ¿qué ha pasado? ¿Cómo puedes estar tan joven? (preguntó desconcertada)
PIPER: Mira quién fue a hablar, vieja… (contestó ofendida)
ANDY: ¿Recuerdas cómo te llamas? ¿En qué año estamos?
PRUE: Prue Halliwell, escorpio. Estamos en 2035 y estoy bastante cabreada…
PIPER: ¿Qué crees que puede ser? ¿Una contusión? (preguntó con preocupación, ignorando a Prue)
PRUE: Chicos…
ANDY: Ha estado varios minutos clínicamente muerta. He intentado sanarle todas las lesiones, pero no puedo asegurar que…
PRUE: Chicos, escuchad…
PIPER: (ignorándola) Pero se le pasará, ¿no? No estará con la cabeza atontada mucho tiempo, ¿verdad?
ANDY: Supongo que será temporal. (contestó dudoso) Esto no me había pasado antes…
PRUE: ¡¡¡Chicos!!! (gritó atrayendo la atención de ambos) ¿Qué está pasando?
PIPER: Prue, no sé como decirlo… Shax nos atacó mientras protegíamos al Doctor Williams, y tú recibiste un golpe muy fuerte. ¡Por poco te mata! Ahora estás algo confusa por el golpe.
ANDY: Vamos, Prue. Nosotros te ayudaremos (dijo en tono solemne mientras le ofrecía su mano) Muy pronto todo esto será como un mal sueño, ya verás. Volverás a ser la que eras…
Prue miró a Andy a los ojos, esos ojos azules que tan bien conocía pero que ahora percibía como extraños. Aquella mano suya aguardaba a pocos centímetros de su rostro, de su cuello. Una oleada de pánico invadió el cuerpo de Prue, empujándola a apartar con fuerza el brazo de Andy y a levantarse con rapidez para mantenerse lo más lejos posible de aquellos seres.
PRUE: ¡Atrás, monstruos! (gritó llena de furia) ¿Creéis que no conozco a los de vuestra calaña? ¡Decidme ahora mismo dónde está mi familia!
PIPER: Prue… Estas confundida, y lo… (dijo manteniendo la calma, intentando explicarse)
PRUE: (señalándola con la mano) ¡¡¡CIERRA EL PICO, VÍBORA!!! ¿Cómo te atreves siquiera a usar su cara? ¿Acaso crees que no sé lo que le hicisteis? ¡La torturasteis y la hicisteis creer que estaba loca! ¿Y tú te atreves a aparecer con su cara y hacerme caer en la misma trampa?
ANDY: Prue, ¡nadie está intentando engañarte! (contestó preocupado, elevando la voz)
PRUE: (tirándole una lámpara) ¡Cállate, hijo de puta! A mí no me vais a engañar, no. Y ahora decidme de una puta vez dónde tenéis retenidos a Mel, Rachel y los demás antes de que me entren ganas de hacer picadillo de demonio…
Andy miró a Piper y le hizo una señal con la cabeza sin que Prue lo notase para que se fijara en el candelabro que tenía a sus pies. Piper, entendiendo por dónde iban los tiros, se agachó con rapidez para cogerlo.
PRUE: ¡¡¡NI SE TE OCURRA, ZORRA!!! (gritó mientras la tiraba por los aires con su telekinesis)
Andy, aprovechando que Prue no le prestaba atención, se lanzó con rapidez sobre ella y la agarró por la espalda, inmovilizándola. Prue se agitaba entre los brazos de Andy como una loca.
PRUE: ¡Suéltame, escoria! (se quejó enfadada mientras forcejeaba)
ANDY: ¡Prue, escúchanos! No estás bien…
Prue, aprovechando el peso de su oponente, utilizó aquella llave de defensa personal que le enseñó Phoebe cuando aun era joven y tumbó a Andy. Éste se levantó con rapidez y se lanzó de nuevo para sujetarla, pero Prue, más rápida, le atizó un rodillazo en el estómago con todas sus fuerzas y le dio un puñetazo telekinético en la cara que le hizo volar por el hall hasta impactar inconsciente contra el suelo. Entonces, Prue sintió un fuerte escozor en la espalda.
PIPER: (con los brazos alzados) Prue, te quiero. Pero no creas que dudaré en hacerlo si es necesario, porque lo haré.
PRUE: ¿Para quién trabajas? ¿Para James? ¿Para esas malfolladas de la Rosa Negra? (preguntó con una sonrisa maléfica)
Piper entornó los ojos y suspiró. Volvió a alzar los brazos y lanzó otra descarga explosiva sobre Prue, más fuerte que la anterior pero suficiente para no matarla. Prue salió despedida hasta impactar con el perchero de la entrada, pero ignoró en la medida de lo posible el dolor del impacto y se levantó con rapidez, completamente roja de ira.
PRUE: Bien. Eso ha sido una verdadera grosería. ¡Es hora de enseñarte buenos modales, urraca!
Prue alzó su brazo con rapidez, lanzando telekinéticamente a Piper por los aires hasta que impactó contra la pared del hall y cayó al suelo algo atontada. Prue se acercó a Piper y se sentó sobre su pecho, inmovilizando los brazos de ésta con sus piernas. Situó sus manos sobre el cuello de la supuesta farsante y presionó con fuerza.
PIPER: Pr… Prue, por… favor… (susurró con dificultad)
Prue no reaccionó ante las súplicas. De hecho, al oír escaparse de esos farsantes labios su nombre, la ira inundó todo su cuerpo, provocando que apretara aun más fuerte aquel frágil cuello.
La vida de Piper se escapaba poco a poco entre aquellos dedos, y su asesina no era otra que su propia hermana. Recordaba cómo ella le había enseñado a montar en bici con cuatro años, cómo la había defendido en el colegio de Marisa Pearson cuando intentó pegarla por ser una freaky… No, no podía ser ella. Esa no podía ser su hermana.
Prue estaba extasiada, disfrutando del momento en el que finalmente acabaría con ese sucio demonio que osó usurpar la apariencia de su querida hermana pequeña. Porque esa no era su hermana, sólo un diabólico ser que intentaba engañarla. La victoria parecía estar de su lado, pero entonces, sin que hubiese podido anticiparlo, sintió un fuerte golpe en la cabeza que la hizo sumirse en un estado instantáneo de inconsciencia.
VICTOR: Lo siento, mi niña… (dijo apesadumbrado, aun con el candelabro con el que le había golpeado en su mano)
Piper se levantó con cuidado, sujetándose el enrojecido cuello con las manos y tosiendo con fuerza. Apartó con delicadeza el cuerpo de su enajenada hermana y agarró la mano de su padre para levantarse. Unos metros más lejos, Andy recuperaba la consciencia e intentaba incorporarse algo aturdido.
PIPER: ¿Ella está bien?
VICTOR: Sí, la dejé protegida por esos… cristales. ¿Pero qué puñetas ha pasado aquí? ¿Por qué Prue se está comportando así? (preguntó preocupado)
ANDY: Agh… No lo sabemos. Creo que Shax le ha debido hacer algo antes de…
PIPER: Esa no es Prue… (interrumpió con lágrimas en los ojos)

En una oscura galería del inframundo, Cole avanzaba entre las sombras, procurando que nadie le viese. Estaba paranoico, mirando como un histérico hacia todas direcciones. Sabía que lo que estaba haciendo estaba mal, iba en contra de todo lo que creía… pero aun así tenía que hacerlo.
Lentamente se acercó a la luz que se veía a lo lejos. Allí, en el centro de una enorme sala iluminada por antorchas, se erigía un atril de piedra oscura que sostenía el mayor poder jamás conocido en el mundo demoníaco: el Grimoire, libro de los malditos. Cole acercó lentamente su mano a la cubierta forrada en piel humana, temiendo un posible castigo diabólico por la contaminación que infectaba su ser.
VIDENTE: Belthazor… (anunció a su espalda entre las sombras, gozosa)
COLE: Vidente. (dijo fingiendo una sonrisa, sin mirar atrás) He oído que Shax ha regresado de su misión. Aunque supongo que eso tú ya lo sabes…
VIDENTE: (acercándose lentamente) Al igual que también sé que ha fracasado en su cometido. Al menos, en parte...
COLE: Eso es… inusual. (respondió aliviado) La eficacia de Shax siempre ha sido incuestionable.
VIDENTE: Así es. ¿Te alegras por ello?
COLE: ¿Yo? ¿Por qué motivo debería alegrarme por su fracaso? (mintió con destreza)
VIDENTE: No sé… (dijo sonriente, mientras daba vueltas alrededor de él) Es sólo una idea tonta que de repente ha pasado por mi cabeza. Una tontería, ¿verdad?
COLE: Cierto. ¿Adónde quieres llegar?
La Vidente, con un gesto aterrador, se acercó hasta Cole lentamente y cerró el viejo libro mágico con fuerza.
VIDENTE: Una sensación. Pero como bien dices, es sólo una tontería…
COLE: Cuidado, Vidente. Cualquiera diría que no te fías de Belthazor, la mano derecha de La Fuente.
VIDENTE: ¿Debería? (preguntó extrañada)
COLE: (la mira fríamente, fingiendo ofensión) He probado de sobra mi valía, acatando totalmente las órdenes que me fueron encomendadas. ¿Acaso crees que de no ser así La Fuente me habría honrado con semejante posición a su lado?
La Vidente le miró por última vez, una mirada fría y desconfiada.
VIDENTE: … Por supuesto.
En la mansión Halliwell, Prue permanecía inconsciente en el suelo. Sin embargo, aun en su estado era capaz de oír unas voces a lo lejos, débiles como susurros.
En la cocina, Piper recogía los escombros con desgana. Andy se acercó hasta el quicio de la puerta, sujetando una bolsa con hielo sobre su dolorida sien.
ANDY: No tienes por qué hacer eso ahora…
PIPER: Alguien tiene que hacerlo. (respondió con frialdad, sin devolverle la mirada)
ANDY: Pero no tienes por qué ser tú.
PIPER: No hay nadie más. Nadie más que soporte el peso, nadie más que aparque el dolor un momento para ocuparse de todo…
ANDY: No estamos hablando de escombros, ¿verdad?
Piper, movida por la frustración, anudó con tanta fuerza la bolsa de basura que hizo que se rasgara, y al levantarla toda la basura de su interior se volvió a desperdigar por el suelo. Inspiró y expiró aire lentamente una sola vez, llena de furia, y se giró hasta taladrar con la mirada a Andy.
PIPER: No estamos hablando de putos escombros, no… (respondió intentando mantener la calma)
ANDY: Piper, yo… Sabes que puedes contar conmigo.
Andy se acercó lentamente, con los brazos extendidos, pero Piper dio un pequeño paso atrás.
PIPER: (negando con la cabeza) Eso ahora no es lo más importante. Hay cosas más urgentes…
ANDY: Prue… ¿Qué le ha pasado? (preguntó confuso) Tenemos que ayudarla.
PIPER: Estaba muerta…
ANDY: ¿Qué? ¿Qué quieres decir con eso?
PIPER: ¡Su cuerpo estaba frío! ¿Acaso no te fijaste?
ANDY: ¡Pero volvió! Volvió con nosotros.
PIPER: Puedes decir todo lo que quieras, pero ésa no es ella.
ANDY: ¿Cómo que no es ella? Sabe quién es, ¡y nos reconoció! ¿No la miraste a los ojos? ¡No había mentira en ellos!
PIPER: Puede que no mienta, sí…
ANDY: Entonces, ¿por qué dudas de tu propia hermana? (dijo exasperado)
PIPER: (mirándole con frialdad) Puede que esa sea Prudence Halliwell, ¡pero te juro por Dios que esa no es mi hermana!
Victor, el padre de las embrujadas, entró en la cocina, mirando con sorpresa alternativamente a Andy y a su hija Piper.
VICTOR: ¿Pero a qué vienen tantos gritos? ¡Vais a despertarla! (dijo enfadado, señalando a su espalda la puerta de la cocina)
PIPER: Lo siento, papá… (reconoció derrotada, ahogando un gemido de dolor)
ANDY: Perdona, Victor. ¿Qué tal se encuentra?
VICTOR: Duerme por el momento. Parece que se ha tranquilizado después de tanto jaleo…
PIPER: Gracias, papá. Me alegro que estés aquí, vamos a necesitar tu ayuda cuando Prue despierte…
VICTOR: ¿Y cómo… vamos enfocar el problema cuando despierte? ¿Qué le decimos? ¿Qué debemos hacer? (preguntó confuso)
PIPER: No lo sé. Pero creo que es importante no hacerla sentirse amenazada.
ANDY: (mirando al pasillo) Sea lo que sea, debemos darnos prisa. Parece que se está despertando…
Victor y Andy hicieron ademán de salir de la cocina, pero Piper, sin siquiera hablar, hizo un gesto con ambas manos para que se detuvieran. Piper los adelantó, girando la cabeza y dirigiéndoles una breve mirada para indicar que no la siguieran, y entonces se acercó hacia los cristales que rodeaban a una Prue algo amodorrada.
PIPER: Tranquila, no vamos a hacerte daño. (anunció en un tono apacible) ¿Qué tal te encuentras?
PRUE: Como si me hubieran golpeado la cabeza con un candelabro… (respondió en tono sarcástico mientras se levantaba)
PIPER: ¿Recuerdas lo que ha pasado?
PRUE: A trozos. Aun no lo tengo muy claro…
PIPER: Vinimos del despacho del Doctor Griffiths, cuando Shax nos atacó.
PRUE: ¿Shax? ¿En qué año estamos? (preguntó dubitativa)
PIPER: Estamos en 2003, ¿no lo recuerdas?
PRUE: No… Eso no puede ser. 2003, ¿en serio? Así no es como debía pasar…
PIPER: ¿A qué te refieres conque no es como debía pasar? (preguntó desconcertada)
PRUE: ¡Eso fue en 2001! Yo ya no estaba aquí...
PIPER: Prue, no te entiendo…
PRUE: Yo debería haber muerto. Hay algo que no es como debería ser…
PIPER: Lo estabas. O bueno, lo estuviste por unos minutos. Luego volviste a respirar, y Andy te sanó.
PRUE: ¿Andy? Él no estaba aquí… (dijo extrañada) ¿Dónde está Leo?
Piper dirigió la mirada al suelo, ahogando un suspiro, y entonces volvió a centrar sus ojos sobre Prue.
PIPER: No fue algo… normal. Tu cuerpo brilló intensamente y volviste a respirar. No lo pensé en aquel momento, pero cada vez lo tengo más claro. Tú no eres mi hermana, ¿verdad?
PRUE: ¿Peró qué puñetas quieres decir? ¡Yo soy Prue Halliwell! (respondió ofendida)
PIPER: Sí, eres Prue. Pero no eres “mi Prue”. Vamos, ¡mírame a los ojos! Más allá del aspecto físico, del nombre… Seguro que puedes verlo como yo. Tú no eres mi hermana…
Prue dudó por unos instantes, pero entonces miró a los ojos de su hermana. Ese marrón que tan bien conocía, esa cara, aquella larga melena… Era Piper ante sus ojos. Sin embargo, algo en su corazón fallaba.
PRUE: Eres Piper, lo noto. Pero no te reconozco… No eres “mi Piper”. (admitió desolada) ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estoy? ¿Cómo he llegado aquí?
PIPER: No lo sé, Prue. Pero las respuestas no están aquí dentro. (respondió con seguridad mientras le daba una patada a uno de los cristales)
Horas más tarde, Prue se encontraba en el invernadero, mirando pensativa a través de los ventanales. Andy la observaba desde la puerta del salón, en silencio, mientras Piper movía un cristal localizador sobre el mapa de la ciudad de San Francisco que se encontraba sobre la mesita de café.

ANDY: ¿Estás segura de que podemos dejarla fuera de los cristales?
PIPER: Absolutamente. No creo que sea peligrosa…
ANDY: (rascándose la cabeza) Creo que en mi cabeza hay un chichón con su nombre que disiente…
PIPER: Vaya, yo pensaba que la autosanación de los luces blanca era más eficaz… (respondió irónica)
ANDY: Me confundes con Jesucristo…
PIPER: Ya que lo mencionas, ¿existió realmente? Vosotros lo sabréis, que tenéis buenas fuentes… (preguntó jocosa)
ANDY: Mejor dejemos las discusiones teológicas para luego, y centrémonos en lo que ahora importa.
PIPER: Claaaro, porque nuestra vida es mucho más apasionante… (se quejó sarcástica, enarcando las cejas mientras agitaba con violencia el péndulo, sin éxito)
ANDY: Bien, ¿alguna idea?
PIPER: Muchas. Especifica. (le recriminó con dureza)
ANDY: ¡Sobre Prue! ¿Qué vamos a hacer con ella? (respondió exasperado)
PIPER: ¿Has dicho vamos? (preguntó incrédula)
ANDY: ¿Es que acaso no vas a ayudarnos?
PIPER: Mira Andy, intento ser práctica. No quería ser la que se encargase de ello, pero es lo que me ha tocado.
ANDY: ¡Es Prue! ¡Es tu hermana!
PIPER: No, Andy. Creo que no lo entiendes: esa no es mi hermana. Y ella misma lo ha dejado muy claro. Prue se ha ido…
ANDY: Pero ella…
PIPER: (interrumpiéndole) ¡Reacciona, Andy! ¡Tú mismo deberías ser capaz de verlo!
Andy se giró, muy lentamente, hasta que aquella chica de cabello azabache quedó ante sus ojos. Era Prue, sin duda era Prue. Pero la chispa que recorría su cuerpo cada vez que la miraba había desaparecido. Hasta aquel preciso momento no se había percatado de ese pequeño pero crucial detalle, algo que sólo los que conocían y amaban a Prudence Halliwell podían detectar. Andy se quedó boquiabierto, con los ojos llenos de pánico y un sudor frío recorriéndole por el cuerpo.
ANDY: Yo… Parece la misma. No es por el físico, sino los gestos, su forma de hablar, de caminar… (se giró hacia Piper, con los ojos llenos de lágrimas) ¡Pero algo no encaja! ¿Cómo…?
PIPER: Porque la amabas. Y eras incapaz de aceptar que no fuese ella.
ANDY: Eso no es excusa… (respondió avergonzado)
PIPER: Tu confusión es lógica. Al fin y al cabo ella es Prue, aunque no nuestra Prue…
ANDY: Y Prue… Mi… ¿Ella… está…? (tartamudeó nervioso)
PIPER: Su espíritu ascendió tras el ataque de Shax, poco antes de que el de esta otra quedase atrapado en su cuerpo. Lo siento Andy, lo he comprobado varias veces…
Andy, desolado, se llevo las manos al rostro, respirando con dificultad. No podía creerlo, no. Prue, su Prue, había muerto. Había muerto y no fue incapaz de verlo, lo que le hizo sentirse más miserable aun. Sus ojos se fijaron en el anillo de su dedo anular, y lo comenzó a girar despacio como ido. Una imagen fugaz vino a su cabeza: la sonrisa de Prue en uno de los días más felices de su vida, justo antes de rozar sus suaves labios sobre los suyos. Andy miró nuevamente a aquella Prue, esa otra Prue atrapada en el cuerpo de su difunto amor. Alguien la echaría de menos tanto cómo él echaba de menos a su Prue.
ANDY: Debemos… Debemos ayudarla. (dijo con seguridad tras unos minutos de silencio absoluto) Debemos ayudarla a regresar a casa. Es lo que Prue habría querido…
PIPER: Vale, haz lo que quieras. (respondió con desgana mientras se levantaba y se dirigía hacia la puerta)
ANDY: Pero… ¿adónde vas?
PIPER: Me gustaría quedarme a cantar unos kumbayas, pero por si no te habías dado cuenta los malos han decidido declararnos la guerra a lo bestia… (respondió insensible)
ANDY: ¡Piper! ¿Cómo puedes actuar así después de lo que le ha pasado a Prue? (preguntó sorprendido)
PIPER: Lo siento Andy, pero no puedo. No puedo permitirme el lujo de hundirme. Ahora estoy sola.
ANDY: Piper, no estás sola.
PIPER: He localizado un nido de furias. (dijo mientras se ponía la chaqueta, ignorándole) Enseguida vuelvo.
Piper salió rauda por la puerta principal, cerrándola con un sonoro portazo que quedó amortiguado por el crujido de unas pisadas sobre la escalera. Victor se acercó lentamente hacia Andy, que miraba a la nada sin percatarse de su presencia.
VICTOR: Andy, tenemos que hablar.
ANDY: ¿De qué? ¿De cómo esta familia se desmorona? Creo que es un poco tarde para eso… (dijo con desgana)
VICTOR: ¿Así que eso es lo que vas a hacer? ¿Flagelarte? Muy práctico por tu parte… (espetó enfadado)
ANDY: ¿Por qué no? He fracasado como luz blanca, como marido…
VICTOR: ¡No puedes pretender culparte de todo lo que ha sucedido! Si algo he aprendido de la magia en estos años es que es imprevisible.
ANDY: ¿De qué querías hablar? (respondió ignorándole)
VICTOR: ¿Qué vamos a hacer con ella? Esa chica que se parece a… (paró un segundo, inspirando con fuerza) ¡Dios! Piper me lo ha explicado varias veces, pero sigo sin entenderlo del todo…
ANDY: Creo que lo justo sería que la ayudásemos a volver a su hogar. Está tan asustada como nosotros, o quizá más. No es culpa suya que se haya quedado atrapada aquí…
VICTOR: Sí, eso lo entiendo y coincido contigo en que debemos ayudarla.
ANDY: Entonces, ¿cuál es el problema? (preguntó desconcertado)
VICTOR: El problema es que por mucho que esa chica se parezca a Prue, para nosotros es una total desconocida. Cuanto menos sepa de nosotros, de este mundo y especialmente de Prue, mejor.
ANDY: (mirándole extrañado) Esa decisión no te corresponde…
VICTOR: ¿Es que no lo has visto? ¡Estaba totalmente desquiciada!
ANDY: Cualquiera en su situación habría...
VICTOR: (interrumpiéndole) ¡No! ¡No podemos deducir cualquier cosa a la ligera! Esa chica en su mundo podría ser una santa, pero también podría estar al servicio de las fuerzas del mal, o completamente loca...
ANDY: Creo que estás desvariando...
VICTOR: ¡No! (saltó ofendido) ¡Tengo derecho a estar paranoico, porque no quiero enterrar otra hija! Esa chica bien podría aprovechar su parecido con mi hija para confundirnos y hacerle más daño a esta familia. Aun tengo dos chicas de las que preocuparme, así que debemos limitar al máximo su conocimiento sobre este mundo.
Andy se quedó callado durante unos segundos, meditando sobre lo que su suegro le había ordenado. No parecía muy convencido, pero no tenía argumentos de peso para llevarle la contraria.
ANDY: Está bien. (reconoció aun con dudas) No creo que sea necesario, pero respetaré tus deseos.
VICTOR: Es lo mejor. (dijo solemne mientras apoyaba su mano sobre el hombro de Andy) Al menos, por ahora...

????: Un hermoso atardecer, ¿verdad?
Prue estaba ensimismada con aquella hermosa puesta de sol, pero al percibir aquella distorsionada voz en sus oídos dio un pequeño salto por la sorpresa que le hizo reconectar con el mundo bruscamente.
PRUE: ¿Qué?
ANDY: ¿Ocurre algo?
PRUE: ¿Me acabas de hablar? (preguntó desconcertada)
ANDY: (acercándose a ella) No. Pensaba que tú me estabas llamando...
PRUE: Vaya. Debo de habérmelo imaginado... (reconoció con una sonrisa vergonzosa)
ANDY: No te preocupes... (dijo intentando forzar una sonrisa)
Andy se dio la vuelta, de regreso hacia el salón.
PRUE: Andy, yo...
ANDY: (girándose de nuevo) ¿Sí?
PRUE: Lo siento. (dijo mientras alzaba su mano con la alianza de boda) Ella y tú estabais... Debías de quererla mucho. Siento lo sucedido.
ANDY: No es culpa tuya. (admitió resignado)
Prue se quitó con cuidado el anillo y se acercó para entregárselo.
ANDY: No, quédatelo. (dijo apesadumbrado, mirando hacia otro lado) No sabría qué hacer con él...
PRUE: ¡Oh! Lo siento, yo...
ANDY: Es igual.
PRUE: Este mundo es tan diferente... (dijo tras unos segundos en silencio) Tú y ella, Piper, Papá... Todo es diferente a como lo recuerdo. Pero no me vais a decir nada, ¿verdad?
ANDY: Prue... (intentó responder, pero le frenó una punzada amarga de dolot al decir aquel nombre en voz alta)
PRUE: No importa, lo entiendo. Yo también tomaría precauciones.
ANDY: No creo que seas peligrosa, pero debemos hacerlo hasta que te ayudemos a volver a casa.
PRUE: Sí... (respondió con desgana) He estado tanto tiempo deseando regresar a mi tiempo, y sin embargo ahora que estoy aquí no deseo otra cosa más que volver...
ANDY: ¿Regresar a tu tiempo? (preguntó confundido) ¡Agh, perdona! Yo me niego a decirte nada y sin embargo te someto a un tercer grado... No es una postura muy justa.
PRUE: Shax me asesinó, al igual que a vuestra Prue. Sin embargo, los mayores orquestaron una serie de sucesos que me hicieron volver a la vida en el año 2034.
ANDY: ¿Crees que...? ¿Crees que eso le puede haber pasado a ella? (preguntó con un pequeño atisbo de esperanza)
PRUE: No sé. Es posible, aunque… no lo creo. (respondió apenada) Tenía que ocurrir todo con una precisión milimétrica, pero todo es diferente... Lo siento.
ANDY: No te preocupes, es lo que me temía... (dijo frotándose los ojos discretamente con el puño de su jersey) Perdona, sólo estoy pensando en mí mismo y no soy consciente de que esto también es duro para ti.
PRUE: No tienes que preocuparte por mí, yo sólo estoy de paso… (dijo con una amarga sonrisa)
ANDY: En cuanto Piper vuelva de su misión con las furias… (intentó aclarar, pero al ver el rostro de Prue supo que había metido la pata) Mierda, he hablado más de la cuenta…
PRUE: Furias… (dijo para sí, pensativa) Eso no es bueno.
ANDY: ¿Por qué?
PRUE: ¡Eso ahora es lo de menos! Si mi instinto no me falla, va a necesitar ayuda. ¡Vamos! (le instó con urgencia)
Andy frunció el ceño, como si no esperase semejante reacción de aquel cuerpo, pero aun así agarró la mano de Prue y orbitó en busca de la señal de Piper.

En un almacén industrial de las afueras, Piper acechaba a su presa a través de un laberinto de palés de madera burdamente apilados. Sus sentidos se centraban perfectamente en la caza. Su rostro, impertérrito, rivalizaba con el de un depredador. En su mano izquierda sujetaba un athame con tanta fuerza que casi podía marcar con sus uñas el sobrio marfil de su empuñadura.
PIPER: Sé que estás ahí, zorra…
Piper se acercó hacia una bifurcación, guiada por el débil murmullo que dejaban unas pisadas. Dubitativa, giró hacia la derecha, pero antes de que pudiese reaccionar recibió un zarpazo en el hombro que le tumbó. Piper miró un instante la herida, que sangraba profusamente, y entonces se levantó hábilmente de un salto sin manos, llena de ira. La furia cogió un tablón e intentó atizarla con él, pero Piper usó a tiempo su éxtasis temporal, dejándolo flotando en aire.
Mientras la furia observaba confusa la situación, Piper agarró el tablón por el otro extremo y le dio un buen golpe en plena cara que le hizo retroceder unos pasos, hecho que Piper aprovechó para explotarla con su aceleración molecular. Pero antes de poder celebrar su victoria, una segunda furia saltó detrás suyo y le atizó una patada baja que le hizo caer de espaldas mientras el athame se deslizaba por el sucio suelo de hormigón. La furia se abalanzó con rapidez sobre Piper y la apretó firmemente el cuello con ambas zarpas. Piper la sujetó por el cuello con la mano izquierda para evitar que acercase su rostro mientras con la derecha intentaba alcanzar el athame. Sin embargo, la furia era mucho más fuerte y estaba en una mejor posición. A pocos centímetros del rostro de Piper, la furia cogió aire con intención de exhalar su tóxico aliento, pero antes de poder siquiera abrir la boca el athame salió volando e impactó en su cuello, provocando que desapareciera entre llamas.
Piper cogió el athame y se levantó con rapidez del suelo. Frente a ella se encontraba Prue, con el brazo aun levantado, y Andy a unos pasos tras ella.
ANDY: ¿Estás bien, Piper? (preguntó preocupado)
Piper no respondió, ni siquiera le dirigió la mirada. En su lugar, clavó los ojos en Prue con una expresión aterradora. Prue, sorprendida por la agresiva reacción de su no-hermana, bajó con cuidado su brazo al mismo tiempo que Piper alzaba el suyo, apuntándola con el athame.
PRUE: Piper, yo… Puedo explicarlo… (susurró asustada)
Sin embago, Piper hizo caso omiso a sus palabras. En un veloz movimiento, lanzó con fuerza el athame hacia Prue, fallando sólo por unos pocos centímetros. Prue, instintivamente, se giró para encontrar el athame, sorprendiéndose al encontrar que había impactado perfectamente en el pecho de una tercera furia que ya desaparecía entre llamas.
Piper se acercó hacia Prue, repiqueteando sonoramente sus botas de cuero sobre el suelo de hormigón, y le ofreció la mano. Prue, confundida, admiró aquella mano durante unos segundos y, dudosa, acercó la suya y se la estrechó.
PRUE: Uff, por un segundo pensaba…
PIPER: Las furias siempre se organizan en tríos. (se justificó sin remordimientos) Me has salvado la vida. Te ayudaré.

Instantes después, Piper, Prue y Andy aparecían entre órbitas en el invernadero de la mansión Halliwell.
PIPER: Nos hará falta el libro, velas, algunos ingredientes… no sé. (pensó confusa en voz alta)
ANDY: Voy a por ello. (respondió al momento mientras se dirigía con rapidez hacia las escaleras)
PRUE: Dejad que os ayude… (se ofreció mientras seguía a Andy)
PIPER: ¡No! (dijo cortante, provocando que Prue se parase de golpe en la puerta) Lo siento, pero será mejor que te quedes aquí.
PRUE: Ah, claro… (respondió decepcionada) No puedo ver nada.
PIPER: Hasta que te vayas.
PRUE: Eso explica que aquí no haya fotos o libros. Por un momento pensé que vuestro gusto personal necesitaba un urgente retoque…
PIPER: Gracias por el psicoanálisis. (espetó con una mirada asesina) Mejor espera a que vuelva Andy.
Prue comenzó a agitar levemente los brazos, jugueteando con los dedos en los agujeritos de la lana de su rebeca gris, mientras daba vueltas por el amplio invernadero. Sin embargo, era incapaz de mantenerse callada, no después de lo que había visto. Prue se giró, negando con la cabeza como si supiese que podría estar metiéndose en la guarida del lobo.
PRUE: Piper, sé que no somos exactamente… “hermanas”. Pero lo que acabo de ver me preocupa. Me preocupas…
PIPER: Que te preocupo… (repitó entre una risa nerviosa)
PRUE: Actúas de forma imprudente, buscando el peligro. ¡Es como si desearas que te matasen!
PIPER: ¡Qué protectora! Sí que sois igualitas… (respondió con sarcasmo)
PRUE: Puedes pensar de mí lo que quieras, pero esto que estás haciendo no es bueno para ti. La venganza no es el camino, debes parar.
PIPER: Vale, ¡sólo porque conoces a alguien que se parece a mí no puedes dar por hecho que sabes quién soy! (dijo con cierto tono de enfado)
Andy había bajado las escaleras con sigilo, pero el crujido de sus pisadas sobre el parquet evidenciaba su inminente entrada en el invernadero.
ANDY: ¿Va todo bien?
PIPER: Por supuesto. Ya habíamos terminado de hablar. (respondió con dureza)
PRUE: Claro… (asintió confusa)
PIPER: Pongámonos cuanto antes. No quiero perder más el tiempo. (dijo mientras le arrebataba el Libro de las Sombras a Andy)
Piper se acercó a la mesa blanca del invernadero y comenzó a pasar páginas con desgana. Prue se quedó observándola por un momento, sorprendida. Todos conocían el peculiar carácter de su hermana Piper, algunos con adoración y otros con desdén, pero esta Piper era particularmente arisca e hiriente, nada cercana y bastante autodestructiva. Sin duda ese no era su mundo…
ANDY: No se lo tomes en cuenta. (le aconsejó en voz baja, poniendo todos sus esfuerzos en mostrar una sonrisa amable y conciliadora) Ha pasado por mucho en la vida…
PRUE: Tú también, y sin embargo no te veo lanzándote en plan kamikaze contra las fuerzas del mal…
ANDY: Por cómo hablas, tu Piper debe ser completamente diferente…
PRUE: Siempre hemos tenido una relación muy cercana. Quizá con quien más cercana me siento…
ANDY: ¿En serio? ¿Y… Phoebe? (preguntó sorprendido)
PRUE: A ver, no me malinterpretes, quiero mucho a Phoebe. Muchísimo, como a Piper. Pero nunca hemos tenido un lazo tan fuerte, al menos hasta que recuperamos nuestros poderes. Simplemente no nos entendíamos. En cambio Piper… se podría decir que es mi mejor amiga. (para un segundo, dudando) Bueno, era. ¿Es? Esto de los saltos temporales es un maldito lío…
PIPER: ¿Podéis dejar el cotorreo para la hora de Oprah y venir a ayudarme un poco? Si no es mucha molestia, claro… (interrumpió irónica con su típica sonrisa de cabreo)
Prue, hastiada, hizo su típico gesto de enfado de juntar el pulgar y el índice, como intentando aplastar la minicabeza de Piper que la perspectiva dejaba en la lejanía. Piper la miró con cara rara, desconociendo el significado de aquel extraño gesto que nunca había visto, lo que hizo que Prue resoplara de resignación.
PRUE: A ver, ¿cuál es el problema?
PIPER: Pues que resolver embrollos mágicos no es lo mío. Pídeme buscar demonios y como matarlos, y te aseguro que soy un hacha.
PRUE: No hace falta que me lo jures… (dijo por lo bajinis, torciendo el morro)
Piper la fulminó con la mirada.
ANDY: Bueno, ¿y ahora qué hacemos?
PRUE: Pues… ¿puedo? (le preguntó a Piper, señalando el libro)
PIPER: Todo tuyo. Aunque imagino que ya sabrás que en el caso de que seas malvada pateará tu diabólico culo… (le recordó sonriendo de satisfacción)
PRUE: ¿Necesitáis más pruebas de que no soy la Prue demoníaca? (dijo harta mientras plantaba la mano en mitad de una página)
PIPER: ¿Pues sabes? Un buen masaje en la…
ANDY: Piper… (la interrumpió en tono reprobatorio)

PRUE: A ver, no es que sea una experta en el tema. (dijo mientras pasaba páginas del libro) Una vez estuve atrapada en otro plano de existencia que coexiste con la… con mi realidad. No es lo mismo, pero…
ANDY: ¿Qué? ¿Qué pasa? (preguntó preocupado)
PRUE: Nada, es que recuerdo este hechizo. Mi Abuela lo usó para devolvernos a nuestro tiempo cuando viajamos hasta 1975 para poder derrotar a un brujo llamado Nicholas…
PIPER: Nosotras nos lo cargamos de un disparo. (anunció levantando la mano) Bueno, en realidad fue Papá. Justo en la cabeza, muy eficiente…
ANDY: A ver… (dijo mientras se acercaba un poco más para leerlo) “Un tiempo para cada cosa, y cada cosa en su espacio…” Bueno, en tu mundo tú venías del año 2035, ¿no?
PRUE: (resoplando) No perdemos nada por intentarlo…
Prue cogió unas cuantas velas, disponiéndolas en círculo, mientras Andy ambientaba la habitación con incienso mágico. Tras encender las velas, Prue se situó en el centro del círculo.
PRUE: Estoy lista.
ANDY: Espero que encuentres el camino a casa.
PIPER: En fin… “Un tiempo para cada cosa, y cada cosa en su espacio. Que vuelva lo que se ha movido en el tiempo y en el espacio”.
Prue cerró los ojos, preparada para comenzar su viaje de vuelta. Sin embargo, no sentía nada, y al abrir los ojos vio que se encontraba en el mismo sitio.
PIPER: Pues vaya cagada… (se quejó mientras giraba los ojos en señal de hastío)
PRUE: Sospechaba que esto podía pasar. (se justificó decepcionada) Ni siquiera el poder conjunto de Mamá y de la Abuela bastó para llevarnos de vuelta.
PIPER: Intentémoslo las dos. Puede que baste para ti.
Piper se acercó a Prue y la cogió de las manos, teniendo cuidado de quedar fuera del círculo para que no le afectase el hechizo. Ambas recitaron de nuevo el hechizo, concentrando toda su energía espiritual, pero el resultado fue nuevamente el mismo.
ANDY: ¿No tenéis suficiente poder para hacerlo?
PRUE: No creo que ese sea el problema. Aunque no fuese el poder suficiente, al menos debería haberme desplazado unos segundos. El hechizo no funciona.
PIPER: Quizá si lo reescribes…
PRUE: No sé. Quizá si pongo más énfasis en lo de las realidades alternativas… (divagó sin mucho convencimiento) Dios, ¿dónde está Olivia Dunham cuando la necesitas?
PIPER: ¿Quién?
PRUE: Olvídalo.

Hechizos, pociones… Todas las variantes posibles que se les ocurrieron durante aquellas dos horas resultaban inútiles. Por más que lo intentaban, Prue era incapaz de abandonar aquel mundo, de regresar a casa. Prue, cansada tras el último intento, se acercó hacia el ventanal del invernadero y admiró en completo silencio el estrellado cielo nocturno que durante sus interminables intentos había aparecido. Piper se había despatarrado sobre una de las sillas y roncaba débilmente mientras Andy recogía el desorden de la habitación.
ANDY: Lo siento, Prue.
PRUE: No te preocupes, Andy. Habéis hecho lo que habéis podido (respondió con cierta decepción en sus palabras)
ANDY: ¿Qué vas a hacer ahora?
PRUE: No lo sé. Pero no puedo ser la única a la que le ha pasado algo así. Alguien debe saber algo, cómo ayudarme a volver a casa. Es mi última esperanza.
ANDY: Te acompañaré, Prue. Puedes contar conmigo.
PRUE: (girándose para verle cara a cara) Gracias Andy, pero ya has hecho más de lo que debías. No puedes dejarlo todo porque me parezco a la mujer que amabas, aquí haces más falta. Además, creo que es algo que debo hacer sola.
ANDY: Supongo que no puedo hacerte cambiar de opinión, ¿verdad?
PRUE: Debe ser así… (reconoció con una sonrisa melancólica)
ANDY: ¿Puedo pedirte algo que quizás encuentres extraño?
PRUE: Claro, adelante.
ANDY: ¿Podría… abrazarte?
PRUE: Andy… (dijo en tono reprobatorio)
ANDY: Lo sé, sé que no eres ella. Sois diferentes, pero… tu cara…
PRUE: … Está bien. (respondió dudosa)
Prue se acercó hacia Andy, lentamente, hasta que sus cuerpos quedaron a escasos centímetros de separación. Andy no reaccionó, fue Prue la que tuvo que dar el paso. Con cuidado rodeó su cintura y apoyó su cabeza sobre aquel hombro tan familiar y a la vez desconocido. Andy levantó sus brazos y los rodeó alrededor de aquel cuerpo menudo. Entonces fue cuando se permitió por primera vez llorar por su dolor, en absoluto silencio. Era la despedida que nunca jamás iba a tener.
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Desde una playa de Santa Mónica, Prue observaba el amanecer, mientras las olas rompían contra la arena. Abrió con cuidado su cuaderno recién comprado, y comenzó a escribir con el bolígrafo que cogió en la mansión.
<<Querida Piper,
Parece mentira que hayan pasado apenas unas horas desde que abandonase la mansión Halliwell…>>

En Arizona, en mitad del desierto, Prue se refugiaba tras un matorral seco mientras escribía en su cuaderno.
<<Mi preciosa Paige,
Estos cinco días han sido los más largos de mi vida, y posiblemente me esperen muchos más. Aquella anciana navajo hizo todo lo que pudo…>>

En mitad de la selva, en Yucatán, Prue escribía apoyada en el tronco de un árbol mientras se secaba el sudor.
<<Mi querida Melinda,
Hace ya diecisiete días que no nos vemos, y no sabes cuánto os echo de menos. Bianca debe estar enorme ya, seguramente me he perdido sus primeros gateos. Por desgracia, el chamán de aquella pequeña aldea no supo cómo ayudarme…>>
El gélido viento soplaba fuerte en la Patagonia. Prue, abrigada con un grueso anorak, escribía con ímpetu sentada sobre una roca.
<<Queridísima Phoebe,
Los rumores sobre una bruja de esta zona que consiguió regresar a su realidad han resultado ser falsos. Treinta y cinco días atrapada, ¿Cuánto tiempo más tendré que esperar para oír nuevamente tu voz?...>>

En el North Bridge de Edimburgo, Prue se guarecía de la intensa lluvia bajo un paraguas negro mientras no cesaba de escribir sobre el húmedo papel de cuaderno.
<<Mi encantadora Billie,
El 14 de Diciembre se acerca. Estabas tan ilusionada conque te viese tocar en la Universidad de Chicago… Siento romper mi promesa, y no sabes cuánto me duele. Ese hechicero milagroso era sólo un estafador de poca monta. Cincuenta y un días ya…>>

Era una noche fresca en el desierto saharaui. Prue se refugiaba frente al fuego junto a un grupo de amistosos bereberes. Su bolígrafo ya había dado todo de sí, pero ella no se rendía y continuaba escribiendo con un lápiz medio roto.
<<Querido Henry,
Hoy es mi día sesenta y cuatro. Espero con todo mi corazón que mientras escribo esta carta se haya solucionado toda aquella farsa de juicio en el que te inculparon injustamente. Desearía tanto poder abrazarte para hacerte sentir mejor… Mi corazón está con todos vosotros, pero mi cuerpo aun debe esperar un poco más. Pero tengo esperanzas, aquel anciano bereber me ha hablado de alguien en Bharatpur que quizá pueda ayudarme…>>


CONTINUARÁ


Escrito por marlop88

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